El remolino
Si las encuestas recientes, la del CIS y la posterior de un medio de prensa vasco, tienen alguna credibilidad o alg¨²n viso de acertar en su pron¨®stico, es posible que nos hallemos en medio de un remolino, de una perturbaci¨®n de consecuencias imprevisibles. No me refiero a los resultados electorales que se anuncian a nivel nacional -esa parus¨ªa tan esperada por la derecha desde que se les col¨® el "nefasto Zapatero"-, resultados que parecen cantados, para alivio del rencor, y sobre los que poco influir¨¢ seguramente el debate del pasado lunes entre Rubalcaba y Rajoy. Ganar¨¢ el PP, y espero esa victoria sin resentimiento, sin ese deseo suicida de que la patata caliente que les cae los queme y nos queme, y con la esperanza de que el PSOE muestre en la oposici¨®n una actitud m¨¢s generosa y constructiva que la que ha tenido la derecha con el Gobierno saliente. Supongo que todo depender¨¢ de si el taumaturgo Rajoy convierte en realidad su alusi¨®n m¨¢gica al empleo, clave de un discurso pol¨ªtico que se le puede derrumbar si no consigue en un plazo razonable resultados tangibles. Pero no es este el asunto que ahora me ocupa.
Las encuestas que me preocupan son las que se refieren a los resultados electorales en Euskadi. Hay motivos para desconfiar de esas previsiones, dado el escaso acierto de los sondeos con los resultados de las pasadas elecciones municipales y forales, pero esta misma prevenci¨®n ya es indicio de una anomal¨ªa. ?Por qu¨¦ s¨ª nos podemos fiar, sobre poco m¨¢s o menos, de las encuestas a nivel nacional y no podemos fiarnos de las encuestas vascas? Todo parece indicar que el comportamiento de los votantes espa?oles no va a diferir sustancialmente del que tuvieron en las pasadas, y recientes, elecciones locales. Lo que anuncian las encuestas vascas, por el contrario, es un sorprendente revolc¨®n en nuestros pr¨®ximos comicios respecto a los anteriores. Si resumimos lo que unas y otras pronostican, en algunas aparece como fuerza ganadora el PP -que fue cuarta en las locales-, en otras la fuerza ganadora ser¨ªa el PSE -tercera en las locales-, y hay alguna que nos ofrece un empate a cuatro, con el PSE ganando en Gipuzkoa, es decir, en territorio Amaiur. Sorprendentemente, en ninguna aparece como ganador el partido que s¨ª lo fue en las elecciones locales, el PNV.
Es posible que los vascos vivamos con naturalidad la dicotom¨ªa local/nacional y que eso nos lleve a votar de una u otra forma en los diferentes comicios. Pero cabe tambi¨¦n que los comicios locales tengan un efecto inhibitorio sobre determinados votantes -el miedo a mostrarse-, efecto que desaparecer¨ªa en las generales. Sea por la raz¨®n que sea, si lo que las encuestas nos anuncian se hace realidad, resultar¨¢ evidente que el universo pol¨ªtico vasco es un terreno en ebullici¨®n, y que toda visi¨®n reduccionista, o triunfalista, estar¨¢ condenada a equivocarse. Ser¨ªa lo mejor que nos podr¨ªa ocurrir.
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