Mucho ruido y pocas nueces
Nadie puede dar nada por hecho: si tras el estreno de 2012 (2009) alguien hubiese profetizado que la siguiente pel¨ªcula de Roland Emmerich espolear¨ªa un encendido debate en el ¨¢mbito acad¨¦mico, se le habr¨ªa tomado por loco. Por supuesto, el estreno de Anonymous no funda una pol¨¦mica sobre la autor¨ªa de las obras de William Shakespeare, pero s¨ª la amplifica y, como nota pintoresca, ha propiciado que la cr¨ªtica norteamericana haya empezado a hablar m¨¢s de filolog¨ªa que de cine en sus an¨¢lisis sobre la pel¨ªcula. Anonymous no abandona los registros sensacionalistas tan caros al cineasta, pero s¨ª los transforma al dictado de esa patolog¨ªa tan com¨²n que es la lujuria por el Oscar.
Anonymous recicla una de las teor¨ªas de reasignaci¨®n de autor¨ªa sobre el legado de Shakespeare -en concreto, la variante Pr¨ªncipe Tudor de la hip¨®tesis oxfordiana, que atribuye la obra del bardo de Strattford a Edward de Vere, conde de Oxford, y, de paso, sexualiza a la Reina Virgen- en forma de thriller conspirativo cruzado con imposible melodrama g¨®tico-isabelino. Las tonalidades sarrosas de la dentadura que luce Vanessa Redgrave en el papel de la reina Isabel I permiten apreciar la diferencia con el (para este cr¨ªtico, bastante grato) recuerdo de Shakespeare in love (1998): la pel¨ªcula de Emmerich ha decidido ser la gemela mal¨¦fica (y s¨®rdida) del divertimento que propon¨ªan John Madden y Tom Stoppard.
ANONYMOUS
Direcci¨®n: Roland Emmerich. Int¨¦rpretes: Rhys Ifans, Vanessa Redgrave, Sebastian Armesto, David Thewlis, Xavier Samuel.
G¨¦nero: Drama. Gran Breta?a- Alemania, 2011. Duraci¨®n: 130 minutos.
El principal problema es que Anonymous expone su tesis con cierta torpeza, se complace mostrando a un William Shakespeare idiota y, quiz¨¢ sin pretenderlo, reduce un legado can¨®nico, levantado sobre el m¨¢s profundo conocimiento de la complejidad humana, en coyuntural instrumento pol¨ªtico para la intriga cortesana. Emmerich logra la m¨¢s convincente y espectacular recreaci¨®n de ese periodo hist¨®rico en la gran pantalla, pero la pone al servicio del m¨¢s epid¨¦rmico efectismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.