Trompetas celestiales
Cuando, en mayo de 2006, Zach Condon public¨® Gulag Orkestar, su primer disco como Beirut, ten¨ªa 20 a?os reci¨¦n cumplidos. En septiembre de 2007, apenas 15 meses despu¨¦s, suspendi¨® repentinamente la gira europea. "Sol¨ªa decir a todo que s¨ª. Pensaba que era un privilegiado porque la gente quisiera verme en directo y me prestaba a cualquier cosa. As¨ª que llevaba en la carretera tres meses y medio. Estaba en Inglaterra. Recuerdo que un d¨ªa me levant¨¦ por la ma?ana y todo era perfecto, ning¨²n problema. Pero de camino al siguiente bolo, cuando paramos en una gasolinera, algo pas¨®. No s¨¦ c¨®mo fue exactamente. Me acuerdo de que simplemente entr¨¦ buscando el ba?o, mir¨¦ las luces fluorescentes y me parecieron muy raras. Cuando despert¨¦ estaba en el suelo del parking con todos mis m¨²sicos rode¨¢ndome. Me llevaron al hospital. All¨ª no vieron que me pasara nada f¨ªsico. Simplemente tuve un ataque de p¨¢nico. Para ser sincero, hasta aquel momento pensaba que eso no exist¨ªa. Cre¨ªa que simplemente era una reacci¨®n exagerada. Pero empezaron a ser tan frecuentes e intensos que cuando llegu¨¦ a Par¨ªs, que era el lugar donde m¨¢s me apetec¨ªa tocar, simplemente no pude hacerlo y me tuve que ir a casa de mis padres en Nuevo M¨¦xico", recuerda desde su piso de Brooklyn, que este m¨²sico de 25 a?os comparte con su mujer, la fot¨®grafa Kristianna Smith, con la que se cas¨® en 2010. Ella fue la que le ayud¨® a salir del hoyo, la que le apoy¨® durante los seis meses de tratamiento en Nuevo M¨¦xico y le asisti¨® mientras grababa su segundo disco, The Flying Club Cup, inspirado por su amor por Francia y por todo lo franc¨¦s. "Fue casi un a?o de mi vida, pero sent¨¦ las bases para que aquello no volviera a pasarme otra vez", asegura.
As¨ª que la historia p¨²blica de Beirut, cinco a?os, cuatro discos, incluido el que motiva esta entrevista, The rip tide, puesto a la venta en septiembre, se puede partir en dos. La actual es la profesionalizaci¨®n sensata y equilibrada de un artista con experiencia: "Beirut se est¨¢ convirtiendo ahora en un grupo. Yo quer¨ªa una orquesta, as¨ª que us¨¦ la tecnolog¨ªa que ten¨ªa disponible para hacerlo sonar as¨ª. Lo hice durante a?os hasta que se public¨® el primer disco, y el sello me apremi¨® para formar un grupo e ir de gira. Y lo hice por esa ¨²nica raz¨®n. Me vi obligado a seleccionar a toda prisa a cuatro o cinco m¨²sicos que pudieran encajar en lo que yo hac¨ªa y que me siguieran alrededor del mundo. Pero aquello era un arreglo temporal".
Esa fue la primera parte, la de la conversi¨®n de un adolescente de Nuevo M¨¦xico en una estrella. Posiblemente una de las primeras realmente propulsadas por blogs. "Fue muy sorprendente. El primer disco lo grab¨¦ en mi habitaci¨®n, solo. Y fue publicado por sorpresa. Se lo ense?¨¦ a una persona, esa persona ten¨ªa un sello y lo edit¨® inmediatamente. No esperaba nada, era solo algo que hac¨ªa para m¨ª. Y cuando creci¨® fue una locura". ?Qu¨¦ ten¨ªa Gulag Orkestar? Era un viaje por la m¨²sica de las bandas de vientos de los Balcanes guiado por un adolescente de 19 a?os, con una voz llena de florituras y de emoci¨®n, era pop ¨¦pico y maravilloso, era un debut sorprendente, que ha crecido con el tiempo y ha dado lugar a fen¨®menos ¨²nicos. En 2008, una serie de televisi¨®n brasile?a us¨® uno de sus temas como sinton¨ªa. El fervor que despert¨® fue tal que por todo el pa¨ªs surgieron grupos de homenaje, jovencitos con mandolinas, trompetas, acordeones y violines tocando sus canciones, tiene hasta nombre, lo llaman beiruteando.
La leyenda cuenta que descubri¨® ese sonido en un viaje de mochilero por Europa cuando apenas ten¨ªa 15 a?os, pero al parecer no fue exactamente as¨ª. "Es cierto que ese viaje a Europa existi¨®. Fui con mi hermano a Londres. Me pareci¨® un lugar muy deprimente y pens¨¦ que ten¨ªa que huir lo m¨¢s r¨¢pidamente posible a Par¨ªs, que fue lo que hice. Pero mi contacto con la m¨²sica balc¨¢nica no sali¨® de all¨ª. Cuando viaj¨¦ a Europa ya sab¨ªa de d¨®nde ven¨ªa, cu¨¢l era su origen, su funci¨®n y su importancia cultural. Fue muy sencillo llegar hasta ella", asegura. Porque Condon procede de un hogar muy especial: "Soy el mediano de tres hermanos. Mis padres ten¨ªan trabajos de ensue?o y tuvieron que dejarlos por algo m¨¢s realista y funcional para darnos de comer. Mi madre era pintora y se convirti¨® en urbanista. Mi padre era arque¨®logo y se hizo dibujante topogr¨¢fico. Yo crec¨ª en una estricta dieta de pel¨ªculas de la nouvelle vague y sent¨ªa la llamada de Par¨ªs. Y aunque no puedo decir que fuera muy amable conmigo, consegu¨ª dominarla y ahora puedo hablar de ella como mi segundo hogar". Y aqu¨ª llega la respuesta. "El ¨²nico instrumento en el que he tenido una educaci¨®n acad¨¦mica ha sido la trompeta, lo eleg¨ª despu¨¦s de ver un mont¨®n de bandas de mariachis, que est¨¢n por todas partes en Nuevo M¨¦xico. Yo trabajaba en un cine y una vez hubo un ciclo de pel¨ªculas balc¨¢nicas. Y cuando empec¨¦ a verlas no pod¨ªa creer la manera en la que usaban los vientos. Me enloqueci¨®".
The rip tide est¨¢ editado por Ba Da Bing! Records / PopStock. beirutband.com.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.