La vulnerabilidad de ETA
Desde que los dirigentes del Sinn Fein Gerry Adams y Martin McGuinness lideraron el final del IRA, en los c¨ªrculos pol¨ªticos vascos era moneda corriente constatar que en Euskadi faltaban los Adams y McGuinness que desde Batasuna pusieran a ETA en su sitito. Han tenido que pasar a?os, centenares de personas asesinadas y mucho acoso policial, judicial y social sobre ETA para que, en medio del escepticismo general, finalmente haya sucedido. Pero ha ocurrido, y la banda terrorista lo ha reconocido en la entrevista que public¨® Gara el viernes. Y junto a ello admite, tambi¨¦n, que la utilizaci¨®n del terrorismo como v¨ªa se ha agotado.
En esa entrevista, cuya importancia radica en que es el relato del final del terrorismo vasco, m¨¢s all¨¢ de su ret¨®rica y de la narraci¨®n ¨¦pica con la que pretende justificar 43 a?os de actividad terrorista, ETA reconoce, entre l¨ªneas, su vulnerabilidad. Y su reconocimiento confirma lo que se pod¨ªa intuir, e incluso algunos han escrito, a lo largo de estos a?os.
M¨¢s all¨¢ del permanente acoso policial, ETA admite que, en su historia, el mayor da?o, en clave pol¨ªtica, se lo han producido el Pacto de Ajuria Enea, la Ley de Partidos y la ruptura del proceso de di¨¢logo de 2006 con el atentado de la T-4 de Barajas. ETA explica que el Pacto de Ajuria Enea, firmado por todos los partidos vascos en enero de 1988 a excepci¨®n de Batasuna, rompi¨® la l¨ªnea divisoria tradicional entre nacionalistas y no nacionalistas que vivi¨® Euskadi en los a?os de plomo y que daba cobertura al brazo pol¨ªtico de ETA.
El Pacto de Ajuria Enea traz¨® una nueva l¨ªnea divisoria entre dem¨®cratas y violentos, aisl¨® a Batasuna y, con ello, logr¨® las primeras movilizaciones unitarias de nacionalistas y no nacionalistas y de los primeros movimientos sociales contra la banda terrorista, que adquiri¨® su m¨¢ximo auge con la rebeli¨®n ciudadana contra el asesinato de Miguel ?ngel Blanco, en 1997. Fue una iniciativa del lehendakari Ardanza (PNV) con el aval de Felipe Gonz¨¢lez en La Moncloa, y a la que a?os despu¨¦s se sum¨® Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
La Ley de Partidos, aprobada en 2003 bajo el mandato de Aznar y en el marco del Pacto Antiterrorista propuesto por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, ilegaliz¨® a Batasuna. ETA confiesa que esa ilegalizaci¨®n anul¨® toda actividad pol¨ªtica de la izquierda abertzale y todo se redujo a una lucha del Estado contra ella, que fue letal para su proyecto pol¨ªtico.
Por ¨²ltimo, ETA reconoce que se equivoc¨® al romper el proceso de di¨¢logo, que mantuvo con el Gobierno de Zapatero en 2006, con el atentado de la T-4 porque le aisl¨® de sus bases y le cre¨® un conflicto con la izquierda abertzale. Cinco a?os despu¨¦s reconoce que la izquierda tuvo raz¨®n cuando, ya en ese momento, cuestion¨® la v¨ªa terrorista.
El reconocimiento de ETA de que la v¨ªa terrorista ya no sirve es una gran noticia y era un sue?o hace a¨²n no mucho tiempo. Pero el hecho de que sea una decisi¨®n utilitaria -"ya no sirve", dice la banda- y no tenga detr¨¢s una reflexi¨®n ¨¦tica marca el largo recorrido que a¨²n queda. Aunque no por eso hay que dejar de avanzar en el camino de la consolidaci¨®n del final -desarme y presos- y de la convivencia.
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