El d¨¦ficit es pol¨ªtico
La crisis de la deuda, que ya afecta a Francia, solo acabar¨¢ cuando se cree el Tesoro europeo
Otra grave convulsi¨®n financiera est¨¢ castigando las econom¨ªas de Italia y Espa?a y amenaza con afectar gravemente a la francesa. A pesar del despido de Berlusconi, de la inmediata formaci¨®n de un Gobierno de Monti en Italia, del cambio de primer ministro en Grecia y de las persistentes declaraciones, como lluvia fina, de destacados representantes econ¨®micos europeos sobre el tes¨®n con que Espa?a se est¨¢ aplicando en su pol¨ªtica de ajustes, la prima de riesgo italiana volvi¨® a rebasar ayer los 500 puntos b¨¢sicos durante la jornada y la espa?ola se dispar¨® hasta los 455 puntos. El diferencial de Francia salt¨® hasta los 183 puntos, un nivel que ratifica que ning¨²n pa¨ªs est¨¢ a salvo de la inestabilidad de los mercados. Angela Merkel pec¨® de incurable optimismo cuando, al finalizar la cumbre de jefes de Gobierno de octubre, anunci¨® que los responsables pol¨ªticos de Europa hab¨ªan dado cumplida respuesta a los problemas de la eurozona.
Hay que descartar que la formaci¨®n de nuevos Gobiernos en Italia y Grecia constituyan per se la soluci¨®n para el caos financiero del euro. No es un problema de conocimiento o de saberes econ¨®micos y t¨¦cnicos lo que eleva de forma imparable los costes de financiaci¨®n de Italia, Francia o Espa?a, por m¨¢s que est¨¦ claro que Berlusconi y buena parte de sus apoyos partidarios no llegaron a entender que la magnitud del cataclismo econ¨®mico que se cern¨ªa sobre el pa¨ªs invalidaba los trucos pol¨ªticos, el recurso a los retrasos y las ma?as del regateador. De hecho, el problema de la eurozona no es t¨¦cnico, sino pol¨ªtico; es decir, exige iniciativa pol¨ªtica antes que sabidur¨ªa econ¨®mica especializada.
Porque todos los diagn¨®sticos est¨¢n hechos y definidos los tratamientos. Solo es necesario aplicarlos. Los inversores o los mercados, a los que tanto apelan los defensores de Gobiernos fuertes y t¨¦cnicos, necesitan saber cu¨¢l es el marco institucional de las finanzas europeas. Igual que conocen la estabilidad institucional de Estados Unidos, el ¨¢rea de la libra, Jap¨®n o Brasil. La ¨²nica soluci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica que har¨¢ desaparecer la presi¨®n sobre Europa es la creaci¨®n de un Tesoro del euro, como el d¨®lar dispone de la Reserva Federal. Un Tesoro europeo facultado para responder en ¨²ltima instancia de los impagos regionales (al igual que la Fed se hace cargo de absorber la quiebra californiana), con competencias para emitir bonos del euro.
Pero Alemania y los pa¨ªses de su ¨®rbita (Austria, Finlandia, Pa¨ªses Bajos) no aceptan esa soluci¨®n definitiva. Implicar¨ªa un coste para sus respectivas deudas. Los inversores no saben, en el caso de Europa, cu¨¢l ser¨¢ su arquitectura financiera definitiva y en qu¨¦ plazo estar¨¢ construida. Cualquier reestructuraci¨®n econ¨®mica o financiera tiene beneficios y costes. Merkel no acepta los costes; no se atreve a llevar la uni¨®n europea hasta el final l¨®gico. A cambio, ofrece distracciones vistosas, como el bill¨®n para el Fondo de Rescate Europeo o quitas para Grecia. Son remiendos que no resisten una m¨ªnima presi¨®n especulativa. Despu¨¦s, se lanzan mensajes contradictorios que confunden a los inversores sobre la emisi¨®n y compra de bonos, y las tensiones de la deuda nunca acaban de calmarse.
El coste de la indecisi¨®n pol¨ªtica es inaceptable. Espa?a est¨¢ pagando unos 100 millones de euros diarios por intereses de deuda, debido a una prima de riesgo que no se corresponde con su voluntad de ajuste. El coste de financiaci¨®n estrangula las disponibilidades presupuestarias. En consecuencia, limita la capacidad de inversi¨®n en una etapa en la que es necesaria una reactivaci¨®n de la econom¨ªa y, adem¨¢s, obliga a congelar las prestaciones sociales. La ortodoxia f¨¦rrea de Alemania no es inocua. Cuesta muy cara a Espa?a, Italia y los pa¨ªses rescatados. Quiz¨¢ tambi¨¦n afecte a Francia. ?Ser¨¢ ese el l¨ªmite, la frontera a partir de la cual Alemania acepte constituir una Reserva Federal europea?
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