La melancol¨ªa
Cuando se celebraron las anteriores elecciones generales, en marzo de 2008, las principales cifras de la econom¨ªa espa?ola eran las siguientes: una tasa de paro del 8,5% de la poblaci¨®n activa, una inflaci¨®n del 4,3% (con un precio del petr¨®leo de 60 d¨®lares por barril) y una prima de riesgo de la deuda de 27 puntos b¨¢sicos. Comparar esos datos con los de ahora da idea de la magnitud de la regresi¨®n habida en nuestro pa¨ªs en estos cuatro ¨²ltimos a?os.
Entonces, al final del primer trimestre de 2008, todav¨ªa no se hab¨ªa producido "el momento Lehman Brothers" (convulsi¨®n del sistema financiero privado mundial) y el llamado "trimestre del diablo" (el ¨²ltimo de ese a?o o el primero del siguiente, dependiendo de los pa¨ªses), en el que el mundo entr¨® en la recesi¨®n m¨¢s profunda desde los a?os treinta del siglo pasado.
El desconocimiento sobre qui¨¦n ser¨¢ el responsable econ¨®mico del pa¨ªs ha aumentado la incertidumbre
Nadie lo previ¨®. Nadie es nadie. Es apasionante volver a ver el debate que se produjo en aquel momento entre los dos zares econ¨®micos del PSOE y del PP, Pedro Solbes y Manuel Pizarro, en Antena 3, para corroborar lo alejados que estaban (ambos) de lo que iba a suceder. Mientras Solbes martilleaba con la tesis de que no hab¨ªa crisis ni recesi¨®n, sino "una cierta desaceleraci¨®n", Pizarro se cre¨ªa los pron¨®sticos de la Uni¨®n Europea y del consenso de los servicios de estudios privados, que dec¨ªan que la econom¨ªa espa?ola iba a crecer en 2009 entre un 2,4% (el porcentaje m¨¢s pesimista) y el 2,7% de Eurostat, lo que "no servir¨ªa para crear empleo".
En la campa?a electoral reci¨¦n terminada no ha habido posibilidad de repetir aquel debate tan instructivo. Entre otros aspectos porque ni Rubalcaba ni Rajoy han mostrado las caras de quienes les acompa?ar¨¢n en la gesti¨®n de una situaci¨®n econ¨®mica de emergencia como la que soportamos, en el caso de que hoy ganen los comicios. Es la primera vez en la historia de la democracia en la que no se ha perfilado los sucesores de los Fuentes Quintana, Abril Martorell, Boyer, Solchaga, Solbes (en dos etapas diferentes), Rodrigo Rato o Elena Salgado.
Se podr¨ªa argumentar que, dado que la crisis econ¨®mica y sus efectos sobre el Estado de bienestar ha sido la ¨²nica agenda pol¨ªtica de la campa?a, esta les correspond¨ªa a los jefes de filas. Pero hemos comprobado, estupefactos, que en el ¨²nico debate bilateral entre ellos el concepto de Europa y todo lo que hay alrededor de ¨¦l -el escenario fundamental de la actual fase de la Gran Recesi¨®n- ni siquiera apareci¨®.
Tambi¨¦n en esto ha sufrido Espa?a una rebaja de la calidad de su democracia. Uno revisa con melancol¨ªa las im¨¢genes y los mensajes de aquel debate complejo entre Solbes y Pizarro, en el que -premonitoriamente- el primero acusa al PP de estar convocando a la crisis, y Pizarro anuncia que, en caso de ganar las elecciones, lo primero que har¨ªa el PP ser¨ªa llamar a los socialistas para cerrar un pacto contra las dificultades econ¨®micas.
Ni Solbes ni Pizarro est¨¢n ya en la contienda pol¨ªtica. -
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