"?Dios, patria, Yunque!"
Es el grito de iniciaci¨®n de un grupo constituido por "mitad monjes, mitad soldados, ¨¢vidos de poder", cuenta a EL PA?S uno de sus antiguos miembros. La Iglesia dice que no hay peligro
Acepto integrarme a la organizaci¨®n nacional del Yunque asumiendo la lucha por el reinado de Cristo en Espa?a como actividad primordial de mi vida. Juro guardar la m¨¢s absoluta reserva sobre la existencia de la organizaci¨®n, sobre sus integrantes, acciones y estrategias. Juro tambi¨¦n obedecer a sus mandos y ejercer responsablemente como jefe cuando as¨ª me fuera indicado. Juro como caballero cristiano defender aun a costa de mi vida este instrumento que Dios nos ha dado para instaurar su reinado en la Tierra". Sentado a la mesa de una cafeter¨ªa madrile?a, este antiguo activista del Yunque, una organizaci¨®n secreta supuestamente enraizada en numerosos movimientos de la ultraderecha espa?ola, recita de corrido el juramento de fidelidad que prest¨® a?os atr¨¢s y le cambi¨® su vida.
"Lo digo sinceramente: esos padres de alumnos pueden estar tranquilos", asegura el cardenal Ca?izares
"Me humillaron, hicieron correr la voz de que me drogaba e iba de putas. Era mentira, pero mi novia me abandon¨®"
"Se solapan en la Iglesia con un discurso ¨¦tico y cristiano, y en organizaciones pol¨ªticas y medi¨¢ticas de derecha"
Un abogado de Madrid ha denunciado a supuestos dirigentes del Yunque por captaci¨®n de menores de edad
El Yunque est¨¢ presente en plataformas que tuvieron protagonismo en la movilizaci¨®n contra la ley del aborto
Seg¨²n el testimonio, el rito de iniciaci¨®n de esa sociedad secreta tiene un acusado car¨¢cter militar. "Somos una milicia" (...) "T¨² no has elegido venir aqu¨ª, t¨² has sido elegido y a partir de hoy formar¨¢s parte de una casta de elegidos. Nuestra lucha es la de los cruzados, la de los cristeros" (...) "Si tus intenciones fueran traicionarnos o llegaran a desviarse de alg¨²n modo, en cada uno de nosotros encontrar¨¢s un juez justiciero", advierte el oficiante de la ceremonia de admisi¨®n, que se clausura con la consigna a coro: "Compa?eros y hermanos, ?stad firmus ut incus percusat!" ("estad firmes como yunque golpeado") y los gritos: "?Dios! ?patria! ?Yunque!", acompa?ados de sonoros golpes sobre la mesa. El testigo prosigue: "No soy el primero que ha salido de ah¨ª con graves secuelas patol¨®gicas, ni ser¨¦ el ¨²ltimo. Es una organizaci¨®n pol¨ªtica-religiosa destructiva que act¨²a como una aut¨¦ntica mafia. A m¨ª me rompieron an¨ªmicamente en cuanto vieron que empezaba a alejarme. Me prepararon una emboscada durante la ceremonia de Mar¨ªa Reina, uno de los ritos anuales que, junto al de Cristo Rey y el de fidelidad al Papa y al fundador, Ram¨®n Plata, se considera de obligado cumplimiento. Me humillaron, se mofaron de mis padres e hicieron correr la voz de que me drogaba e iba de putas. Era mentira, pero mi novia, que estaba en Pre, la fase previa al ingreso, me abandon¨® y el mundo se me vino encima".
Es un hombre joven, todav¨ªa en la treintena, atento y delicado, que trasluce reserva, introspecci¨®n y un punto de amargura. Dice que ha rehecho su vida afectiva y profesional y que si habla es para alertar a los j¨®venes de los peligros de su antigua organizaci¨®n, tambi¨¦n llamada Asociaci¨®n del Bien Com¨²n, la Orquesta, la Banda de M¨²sica, o, como les denominan sus detractores, los Mariachis. Prefiere que no se publique su nombre porque sabe del poder de esta sociedad secreta que hunde sus ra¨ªces en el integrismo religioso y el ultraderechismo pol¨ªtico. Y teme posibles represalias.
-?Qu¨¦ pretende el Yunque?
-Como organizaci¨®n de cat¨®licos mitad monjes, mitad soldados, buscan santificarse a trav¨¦s de la lucha pol¨ªtica y su objetivo es conquistar el poder. Es una estructura jerarquizada que se rige por el lema: "El que obedece no se equivoca". Se solapan en la Iglesia, invocando a los obispos y al Papa con un discurso ¨¦tico y cristiano, y en las organizaciones pol¨ªticas y medi¨¢ticas de la derecha. En M¨¦xico, donde surgieron, se les vincula m¨¢s con el nacionalcatolicismo. Hay dos tipos de saludo para uso interno: el corto consiste en llevarse el pu?o al coraz¨®n y el largo en extender el brazo en alto con el pu?o cerrado.
-?Creen en la democracia?
-En principio, se asume la doctrina social de la Iglesia, que considera que, pese a sus defectos, la democracia es un sistema m¨¢s justo que otros. Pero tambi¨¦n estudi¨¢bamos el libro de Jean Ousset Para que ¨¦l reine, que sostiene que la legitimidad del pol¨ªtico gobernante procede directamente de Dios y que por tanto solo deber¨ªa responder ante el Supremo Hacedor. Es una tesis asimilable al fascismo italiano y al nacionalcatolicismo espa?ol, donde el Caudillo solo responde de sus actos ante Dios y ante la Historia. Ellos se sirven de la democracia y de las personas para sus fines. T¨² no puedes decir a nadie que eres del Yunque, tienes que decir que eso son bulos.
Seg¨²n su testimonio, el Yunque est¨¢ organizado en c¨¦lulas estancas, de forma que pueda hacerse efectiva la regla: "No conozcas m¨¢s que lo estrictamente necesario". Dice que ignora el n¨²mero de sus miembros y que hay mandos nacionales e internacionales. "Nuestros enemigos eran la masoner¨ªa, el movimiento homosexual, el feminismo, las uniones de hecho, el aborto, el marxismo y, por supuesto, el sionismo. Relativizaban mucho lo del Holocausto. '?Qu¨¦ pesados se ponen con eso!', exclamaban. Tambi¨¦n negaban que la Inquisici¨®n hubiera sido nefasta".
-?C¨®mo acab¨® usted en el Yunque?
-Soy una persona religiosa. Al ingresar en la universidad, un amigo del colegio que estaba en Pre me invit¨® a hacer el Camino de Santiago con chicos y chicas de la asociaci¨®n Alfil. Me encontr¨¦ con gente culta que ten¨ªa ideas e inquietudes y un programa de acampadas, oraci¨®n, peregrinaje y visitas culturales. Para m¨ª, supon¨ªa una alternativa al botell¨®n, a la vida sin compromisos. Ten¨ªamos cursos de formaci¨®n. Los te¨®ricos los hac¨ªamos en conventos de monjas y los de autodefensa en campamentos de los Pirineos o de las sierras de Madrid y Gredos, a veces en puntos estables y otras de forma itinerante. Nos adiestraban en la lucha personal y ten¨ªamos que pelearnos entre nosotros: val¨ªa todo, tambi¨¦n las patadas en los test¨ªculos, en la cabeza o el h¨ªgado. Hab¨ªa castigos f¨ªsicos, violencia, pero nunca vi un arma de fuego. Aunque entonces no lo sab¨ªa, en esos cursos ya hab¨ªa elefantes amaestrados, que es como se llama a los miembros org¨¢nicos del Yunque.
-?Qu¨¦ requisitos exigen para ingresar en esa sociedad?
-Entrar en Pre era relativamente f¨¢cil. Sobre todo, si resid¨ªas en el barrio madrile?o de Salamanca y pertenec¨ªas a familias bien, conservadoras, aunque ¨²ltimamente han abierto mucho la mano. Pero entrar en el verdadero Yunque era much¨ªsimo m¨¢s dif¨ªcil. Antes, ten¨ªas que pasar un EO (examen org¨¢nico) muy selectivo en el que evaluaban datos sobre tu personalidad, familia, opiniones, aficiones, aportados por quienes propon¨ªan tu ingreso. Entre otras cosas, te ped¨ªan los ocho apellidos para descartar ascendientes jud¨ªos. Tener alg¨²n apellido jud¨ªo, "marrano", no implicaba forzosamente la exclusi¨®n, pero casi. Me qued¨¦ de piedra cuando me revelaron el gran secreto de que exist¨ªa una "organizaci¨®n superior".
-?D¨®nde, c¨®mo se produjo su ingreso en el Yunque?
-Me dieron una fecha, una hora y una direcci¨®n, que result¨® ser la del domicilio de mi jefe, y all¨ª me fui con una mezcla de temor, porque no sab¨ªa d¨®nde me estaba metiendo, y de curiosidad, por integrarme en un mundo selecto y secreto. Despu¨¦s de ponerme el uniforme, todo de negro, salvo la camisa, blanca, me hicieron pasar a una sala en la que hab¨ªa seis o siete personas ante una mesa y las banderas de Espa?a y del Yunque, que es una cruz ¨¢rbol que se abre en la parte superior para formar la y. La mesa estaba cubierta con un mantel en el que hab¨ªa s¨ªmbolos rar¨ªsimos. Mi jefe me dijo que me pusiera delante y entonces se recitaron las oraciones org¨¢nicas y me asignaron el seud¨®nimo. La ceremonia no dur¨® m¨¢s de 20 minutos. Antes de la oraci¨®n final, del brindis y de un breve discurso de bienvenida, yo le¨ª el juramento de adhesi¨®n. Estaba tan nervioso y emocionado que lo firm¨¦ casi sin entenderlo. Despu¨¦s, lo firmaron tambi¨¦n los testigos.
-?Qu¨¦ tipo de actividades realizaban?
-En mi caso, pintadas y reparto de octavillas contra el preservativo, el aborto, la eutanasia, y tambi¨¦n pitadas y manifas contra los dirigentes socialistas y contra Alberto Ruiz-Gallard¨®n, el alcalde de Madrid, al que consider¨¢bamos un tibio.
El antiguo miembro del Yunque afirma que, mientras estuvo dentro de la organizaci¨®n, no fue muy consciente de la influencia real de esa sociedad secreta creada en M¨¦xico clandestinamente en 1952 y exportada a otros pa¨ªses hispanoamericanos, pese que tuvo algunas se?ales de ello. Hace 14 o 15 a?os, "lo que entonces denomin¨¢bamos 'grupos externos' no ten¨ªan casi visibilidad. Son plataformas, que se utilizan para multiplicar la influencia y captar nuevos miembros, aunque la inmensa mayor¨ªa de los que trabajan o colaboran all¨ª ignoran qui¨¦n mueve los hilos", afirma.
Infiltrada en el asociacionismo laico cristiano, el Yunque, siempre seg¨²n los testimonios recabados, se mimetiza en medios de comunicaci¨®n de la derecha radical y escala posiciones en instancias eclesi¨¢sticas sin que las denuncias hayan surtido efecto hasta el momento, pese a que el art¨ªculo 22 de la Constituci¨®n y el 515 del C¨®digo Penal proh¨ªben las asociaciones secretas. El propio Derecho Can¨®nico obliga a todas las asociaciones de fieles a tener estatutos y a someterse a la autoridad eclesi¨¢stica.
A las cr¨ªticas de los grupos cat¨®licos que se han sentido manipulados por esas plataformas, supuestamente tapaderas del Yunque, y al testimonio de un antiguo activista, se suman las denuncias por manipulaci¨®n sectaria que el abogado madrile?o Pedro Leblic Amor¨®s ha presentado ante la polic¨ªa y en la Oficina de Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid. El letrado, padre de alumnos del colegio San Jos¨¦ de Cluny, ha denunciado en la comisar¨ªa de Pozuelo de Alarc¨®n (Madrid) a cinco supuestos miembros del Yunque, dos de ellos importantes integrantes de HazteO¨ªr. A su juicio, esas personas est¨¢n relacionados con la asociaci¨®n A Contracorriente, que organiza excursiones a la sierra los fines de semana con ni?os menores de edad.
"Estamos escandalizados", indica. "Tengo amigos del Yunque captados a los 15 y 16 a?os, pero ahora lo intentan con chicos cada vez m¨¢s j¨®venes, a espaldas de sus familias. En la invitaci¨®n que han cursado a nuestros ni?os piden expresamente que los padres no participemos en las excursiones", explica. Pedro Leblic dice tener constancia personal de que el Yunque trata de adoctrinar a menores de edad para incorporarlos a su sociedad secreta. "Para los chavales, eso supone que el resto de sus vidas estar¨¢n dirigidos a la actividad p¨²blica, tendr¨¢n que estudiar determinadas carreras y dar primac¨ªa a la secta. De ah¨ª surgir¨¢n conflictos conyugales, familiares y graves desequilibrios emocionales. Su modus operandi es la infiltraci¨®n, la coacci¨®n y, finalmente, la falta de caridad", asegura.
La Iglesia espa?ola permanece callada. "La Conferencia Episcopal no se ha pronunciado sobre este asunto", indica Isidro Catela, responsable de prensa de esa instituci¨®n. Es un silencio espeso, roto aqu¨ª, excepcionalmente, por el cardenal Antonio Ca?izares, exarzobispo de Toledo y ahora prefecto de la Congregaci¨®n del Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, con sede en el Vaticano. "Ya no se llaman el Yunque, ahora se llaman Asociaci¨®n por el Bien Com¨²n y creo que est¨¢n prestando grandes servicios a la sociedad. No hay problema con ellos, por sus hechos se les conocer¨¢. Se lo digo sinceramente: esos padres de alumnos pueden estar tranquilos", afirma el cardenal Ca?izares en declaraciones a este peri¨®dico.
La jerarqu¨ªa cat¨®lica espa?ola tiene en sus manos un estudio sobre el comportamiento y actividades del Yunque elaborado con los testimonios de 24 personas que pertenecieron o fueron instrumentalizados por esta sociedad. Seg¨²n ese informe, al que ha tenido acceso EL PA?S, la estrategia de despliegue de esta organizaci¨®n en Espa?a y Latinoam¨¦rica se caracteriza fundamentalmente por la b¨²squeda del poder a partir de una concepci¨®n mesi¨¢nica de la pol¨ªtica. En ese empe?o, los dirigentes del Yunque no han dudado en colocar a sus adeptos en ¨®rganos eclesiales estrat¨¦gicos -singularmente, en el influyente Consejo Pontificio para los Laicos-, en introducirse secretamente en estructuras sociales y pol¨ªticas a su alcance y en crear un fondo de documentaci¨®n que se alimenta con miles de informes y fichas sobre las personas relacionados con ellos.
Los autores del documento mencionado, todos ellos cat¨®licos fervientes, aseguran que el Yunque aplica un modelo "de inteligencia interior de espionaje y contraespionaje" copiado de los sistemas de control de las Fuerzas Armadas. El acoso al Gobierno para obtener la promulgaci¨®n de leyes favorables a supuestos prop¨®sitos de la Iglesia cat¨®lica, y la creaci¨®n de redes de adolescentes y j¨®venes con que nutrirse, constituir¨ªan otros dos pilares estrat¨¦gicos. Seg¨²n el estudio citado, el Yunque controla plataformas que tuvieron notable protagonismo en las movilizaciones contra la ley del aborto y la asignatura educaci¨®n para la ciudadan¨ªa.
Los testimonios recabados les permiten asegurar que esa sociedad secreta est¨¢ igualmente en asociaciones universitarias. Con el tiempo, "la mitad soldado absorbe a la mitad monje", se subraya en ese mismo informe, coordinado por el doctor en Filosof¨ªa por la Universidad Complutense y vicepresidente de la asociaci¨®n Educaci¨®n y Persona, Fernando L¨®pez Luengo.
La duda sobre los verdaderos fines de esa organizaci¨®n queda flotando en el aire. "Pretenden legitimar evang¨¦licamente su particular visi¨®n pol¨ªtica como si esta fuera la ¨²nica leg¨ªtima", sostienen los autores del trabajo de referencia.
Seg¨²n sus averiguaciones, el Yunque est¨¢ presente en Madrid, Barcelona, Valladolid, Salamanca, Valencia, Toledo y Sevilla. Pero llegan a todas partes gracias a Internet, al correo electr¨®nico y a las charlas que tanto prodigan, a poder ser junto a personalidades conocidas con las que procurarse una p¨¢tina de honorabilidad y prestigio. Muchos cristianos de los movimientos laicos se preguntan por qu¨¦ calla su jerarqu¨ªa. ?La Iglesia acepta la existencia en su seno de una secta y una sociedad secreta? Parece claro que el informe ha ca¨ªdo en saco roto pese a estar avalado por cat¨®licos comprometidos en la causa de la fe. "Sus autores habr¨ªan estado mejor callados", sentencia el cardenal Ca?izares. -
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