La dif¨ªcil despedida de Zapatero
El presidente del Gobierno ejercer¨¢ el traspaso de poderes en La Moncloa y en Ferraz en medio de una turbulenta crisis financiera y pol¨ªtica
La jornada de hoy no es la de la despedida de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero porque agotar¨¢ su mandato como presidente hasta el traspaso de poderes en un mes y porque ejercer¨¢ como secretario general del PSOE hasta la elecci¨®n de una nueva direcci¨®n, tras un pr¨®ximo congreso.
Las convulsiones financieras desatadas en agosto y que han arreciado durante la campa?a, con r¨¦cords en la subida de la prima de riesgo espa?ola, no le est¨¢n permitiendo a Zapatero un final de etapa relajado. Le est¨¢n forzando a ejercer su presidencia con intensidad en permanente contacto con la ministra de Econom¨ªa, Elena Salgado, y con los l¨ªderes de la UE. Y hasta dentro de un mes se ver¨¢ obligado a mantenerse muy activo en estrecho contacto con el l¨ªder de la oposici¨®n, Mariano Rajoy, como lo viene haciendo desde la agudizaci¨®n de la crisis financiera en agosto. Y con m¨¢s motivo si las urnas confirman hoy lo que dicen las encuestas. Este traspaso de poderes tendr¨¢ que ejercerlo de modo paralelo en la direcci¨®n del PSOE.
El acto de Vitoria fue el de mayor impacto pol¨ªtico de Zapatero
La respuesta a la crisis financiera oblig¨® a Zapatero a contravenir su decisi¨®n de estar fuera de los focos durante la campa?a. No lo pudo cumplir en el terreno institucional, pero s¨ª en el partidista. Desde mucho antes de su inicio, desde que Alfredo P¨¦rez Rubalcaba fue elegido candidato, en abril, Zapatero tuvo claro que todo el protagonismo pol¨ªtico del partido correspond¨ªa al candidato.
As¨ª lo acord¨® con Rubalcaba, con la excepci¨®n de la acci¨®n de Gobierno, aunque Zapatero le ha consultado sus decisiones, alguna complicada para los intereses electorales del candidato, como la reforma constitucional.
Zapatero es de la tesis de que el candidato debe establecer un v¨ªnculo particular con el electorado y que hay que someterse a ese liderazgo. De ah¨ª que renunciara a una campa?a como la que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar protagoniz¨® en 2004 de manera paralela a la del candidato del PP, Mariano Rajoy.
Del mismo modo, los estrategas de Rubalcaba redujeron la participaci¨®n de Zapatero en la campa?a y admiten que lo hicieron por la baja valoraci¨®n que las encuestas, que tanto mandan en las campa?as, daban al presidente. Zapatero, aseguran en su entorno, asumi¨® con deportividad esa decisi¨®n.
El silencio absoluto sobre su persona y su ejecutoria en el mitin de Dos Hermanas (Sevilla), al inicio de la campa?a -con la participaci¨®n de Rubalcaba, Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra-, y que tanta resonancia medi¨¢tica tuvo, suscit¨® resquemores en su entorno. Parece que lleg¨® a afectar al presidente, pero ¨¦l le ha restado importancia. "En una campa?a hay que ponerse en la piel del candidato" o "a este partido le debo lo que he sido y asumir¨¦ lo que decida". Es lo que ha contestado, tras recalcar que conversa a diario con Rubalcaba.
A los dirigentes socialistas, como Carme Chac¨®n, les pidi¨® que apoyaran a Rubalcaba y que comprendieran que asum¨ªa una campa?a en condiciones muy adversas. Y no se arrepiente de su apoyo al candidato por su capacidad pol¨ªtica. "Es un pol¨ªtico que ante cualquier problema que le plantees te encuentra una soluci¨®n", dec¨ªa esta semana.
Zapatero limit¨® su participaci¨®n en la campa?a a una presencia simb¨®lica en actos con candidatos con los que ha tenido una relaci¨®n especial. Fue a Lugo a acompa?ar a su n¨²mero dos en el PSOE, Jos¨¦ Blanco; a Alicante a acompa?ar a la ministra de Sanidad, Leire Paj¨ªn; y a M¨¢laga, con la ministra de Exteriores, Trinidad Jim¨¦nez.
Tambi¨¦n particip¨® en sendos actos, que tuvieron un aire de despedida, en dos comunidades con las que ha tenido una relaci¨®n especial: la vasca y la castellano-leonesa. Su presencia en Soria y ?vila, el jueves, y en Le¨®n, el viernes, con un mitin-cena de despedida, en presencia de sus amigos, como el portavoz en el Congreso, Jos¨¦ Antonio Alonso, fue su contribuci¨®n a sus ra¨ªces castellano-leonesas.
Su participaci¨®n en un homenaje del PSE en Vitoria, el 7 de noviembre, fue, con su presencia en el mitin de M¨¢laga, el acto de mayor impacto pol¨ªtico en la despedida electoral del presidente. Dos semanas despu¨¦s del anuncio del cese definitivo de la violencia de ETA, Zapatero lo festej¨®. "No vamos a olvidar todo esto. En Euskadi siempre ser¨¢s un presidente y un amigo de los vascos", le homenaje¨® el lehendakari Patxi L¨®pez, que ensalz¨® su estrategia: por su capacidad de riesgo con el intento de final dialogado con ETA y, tras romper ETA el di¨¢logo, por mantener la "firmeza democr¨¢tica". Zapatero respondi¨® que era un "m¨¦rito de todos los vascos".
El mitin de M¨¢laga, del mi¨¦rcoles, el ¨²nico que comparti¨® con Rubalcaba, fue el otro acto de reconocimiento de Zapatero. Rubalcaba resalt¨® su "profundo patriotismo" por situar "los intereses generales de Espa?a delante de los electorales, lo que ha permitido que Espa?a, pese a sus dificultades, est¨¦ mejor que otros pa¨ªses".
Su contribuci¨®n al fin de ETA y a amortiguar los efectos de una crisis de la que ¨¦l mismo admite que en su inicio no previ¨® su alcance, fue el principal mensaje pol¨ªtico que le dirigi¨® Rubalcaba en su despedida. Pero estaba m¨¢s pensado en clave de reconocimiento hist¨®rico que electoral.
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