La 'mayor¨ªa silenciosa' siria teme el radicalismo de la oposici¨®n
El extremismo isl¨¢mico resta apoyos al movimiento que combate al r¨¦gimen
"Al principio, simpatic¨¦ con las protestas, pero en cuanto descubr¨ª su naturaleza violenta cambi¨¦ de parecer", conf¨ªa un funcionario sirio. "Este r¨¦gimen ha cometido muchos errores. Ahora bien, ?qu¨¦ alternativa me ofrecen quienes lo combaten? ?El caos? ?Los islamistas? No, gracias, prefiero esto con todos sus defectos". Es una opini¨®n que se repite entre la llamada "mayor¨ªa silenciosa" de Siria, incluidos algunos cr¨ªticos con la dictadura de Bachar el Asad. Esa actitud parece indicar que la militarizaci¨®n de los opositores jugar¨ªa en su contra, pero tambi¨¦n beneficia al r¨¦gimen cada vez m¨¢s aislado internacionalmente.
"Por supuesto que hace falta un cambio pol¨ªtico. Necesitamos libertad de prensa, partidos pol¨ªticos y, sobre todo, transparencia para acabar con la corrupci¨®n", apunta un analista que pertenece a la minor¨ªa drusa. El interlocutor teme sin embargo que "el atajo de un cambio radical, sin una transici¨®n organizada" le arranque de paso los derechos individuales de los que disfruta en una Siria nominalmente laica (aunque su legislaci¨®n hace concesiones formales a la shar¨ªa).
La Siria regida por la familia El Asad es una pa¨ªs formalmente laico
"Bajo este r¨¦gimen, puedo tomarme una cerveza en una terraza, tener una novia o declararme ateo sin que nadie pueda hacerme nada", afirma convencido de que los islamistas, que aparecen como el n¨²cleo del opositor Consejo Nacional Sirio, van a acabar con esos avances. "No me f¨ªo de sus promesas y lo que est¨¢ pasando en T¨²nez o en Egipto tampoco resulta alentador", subraya. "Despu¨¦s de 40 a?os de dictadura, no tenemos cultura pol¨ªtica. Necesitamos crear instituciones antes de hacer el cambio", a?ade.
"Lo que m¨¢s temo son los barbudos", insiste el funcionario, que rechaza declarar su afiliaci¨®n religiosa ("no es importante; no practico"). Los barbudos son los islamistas, y este padre de familia est¨¢ convencido de que son ellos los que est¨¢n detr¨¢s de las revueltas y las financian. "Es vergonzoso que las manifestaciones salgan de las mezquitas y que sean los imames los que alienten a la gente", se?ala.
Esa misma preocupaci¨®n expresa Mayed Nyazi, presidenta de un reci¨¦n formado Movimiento Siria la Patria que busca tender puentes entre "opositores y leales". "Un partido ¨²nico es inaceptable, pero el extremismo isl¨¢mico no nos conviene", se?ala. Esta mujer, que se declara "artista pl¨¢stica y activista social" y fue miembro del Consejo Provincial de Damasco entre 2006 y 2007, insiste en su independencia del poder. "A¨²n esperamos la aprobaci¨®n oficial", afirma en una oficina que financian los 50 fundadores del grupo.
El abogado y activista de los derechos humanos Anwar al Bounny considera que el miedo a los islamistas es exagerado. "Soy cristiano y no lo tengo", asegura. "Un 40% de los sirios pertenecemos a minor¨ªas y del 60% que son ¨¢rabes sun¨ªes, la mitad no se preocupa de la religi¨®n. Aunque la otra mitad fueran todos islamistas y votaran unidos no podr¨ªan imponernos su sistema", explica. Adem¨¢s, se?ala que "todos los partidos islamistas han cambiado el lenguaje y ahora hablan de sociedad civil y democr¨¢tica porque saben que el lenguaje radical no les granjea apoyos".
Sin embargo, en Homs, la bautizada como capital de la revoluci¨®n, empieza a haber preocupantes signos de venganzas sectarias. La cadena de televisi¨®n Dunia inform¨® de la muerte de 11 trabajadores en un ataque anoche contra la furgoneta en la que viajaban. Un activista de los derechos humanos confirm¨® el incidente a Reuters y expres¨® su sospecha de que las v¨ªctimas fueron elegidas por ser de confesi¨®n alau¨ª (la secta de la familia gobernante).
Pero incluso sin el factor islamista, existe el temor al desorden que puede generar un levantamiento generalizado. "Este r¨¦gimen nos ha protegido, nos permite celebrar nuestras fiestas y vivir tranquilos. Me da miedo lo que puede venir", afirma M., una cristiana casada con un extranjero. "Hemos perdido la seguridad", afirma por su parte un polic¨ªa. "Si este pa¨ªs est¨¢ bien, es porque su l¨ªder est¨¢ bien", declara el padre de un soldado herido.
"Lo entiendo. El 95% de quienes tienen menos de 65 a?os no ha conocido la libertad. Solo ha o¨ªdo hablar de ella y cualquiera tiene miedo de lo desconocido", justifica Al Bounni. "Cuando el cambio se produzca, estoy convencido de que lo respaldar¨¢n", manifiesta. Para ¨¦l es solo una cuesti¨®n de tiempo. Miasi sin embargo opina que a¨²n est¨¢n a tiempo de evitar un vuelco radical y que percibe como impuesto desde fuera ("en Occidente no les importan nuestros derechos sino sus intereses"). "Nunca es demasiado tarde", concluye.
4.000 heridos luchando por el r¨¦gimen
Bandas armadas, bandidos, elementos extranjeros... La versi¨®n oficial de lo que acontece en Siria dibuja un panorama en las ant¨ªpodas de las denuncias de la oposici¨®n. Sin acceso a las zonas de conflicto resulta arriesgado evaluar, pero en el hospital militar Techrin de Damasco, su director, el general Feisal Hasan, asegura los insurrectos han herido a 4.168 miembros de las fuerzas de seguridad y matado a 600 (hasta el 31 de octubre).
He aqu¨ª las historias de tres de los 36 agentes ingresados en ese centro:
- Muhiddin Hanwa, primer suboficial de las Fuerzas de Mantenimiento del Orden, 35 a?os. Herido de bala en el pecho y ambos brazos el 8 de noviembre, en Abukamal (provincia de Deir er Zor), en la frontera con Irak. "Me hab¨ªan encomendado peinar una carretera en busca de cargas explosivas. Iba hacia all¨ª en mi motocicleta cuando me dispararon en una calle de Abukamal. Al parecer, alguien me estaba vigilando", recuerda. Hanwa, que iba solo, qued¨® tendido en el suelo sin que nadie le prestara ayuda. "Llam¨¦ por el m¨®vil y vino una ambulancia militar".
- Rashad Said al Dgesh, sargento de remplazo en el Ej¨¦rcito, 23 a?os. Herido de bala en ambas piernas el 25 de octubre en Khorbet al Joss (provincia de Ibleb), en la frontera con Turqu¨ªa. Estuvo a punto de perder la pierna derecha. "Iba en un cami¨®n militar con mi unidad a llevar comida a otros compa?eros cuando nos sorprendi¨® un grupo armado que nos atac¨® con fusiles, lanzagranadas y bombas al grito de Al¨¢-u-akbar. Ser¨ªan una veintena. Nos dieron por muertos y se fueron", recuerda. ?Qui¨¦nes les atacaron? "Gente que habla ¨¢rabe, pero no tienen ni religi¨®n ni moral. Iban enmascarados". Dos de sus compa?eros murieron. Adem¨¢s de ¨¦l, hubo otros cinco heridos.
- Raed Munzer Salum, primer teniente de las Fuerzas de Mantenimiento del Orden, de 27 a?os y originario de Homs. Herido en la pierna izquierda por un francotirador en Harasta. "Me despacharon con mi unidad all¨ª despu¨¦s de que algunos habitantes llamaran a la comisar¨ªa para denunciar que hab¨ªa hombres armados en las calles. Fuimos a detenerlos y nos tendieron una emboscada. Me alcanzaron con un arma tan sofisticada que ni siquiera la tenemos las fuerzas del orden. Como era una zona residencial no pudimos responder para no causar heridos civiles", asegura. "Occidente debiera recordar que si en Siria ten¨ªamos una seguridad que muchos pa¨ªses envidiaban era precisamente por su pueblo y por su presidente", se?ala.
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