Dos excepciones en el mapa azul

El resultado electoral del 20-N ha sido tan contundente que los titulares van de la hist¨®rica victoria del PP a la derrota igualmente hist¨®rica del PSOE con un margen de casi cuatro millones de votos. Los socialistas solo han salvado dos provincias de una marea popular que ha te?ido todo el mapa de azul con dos excepciones relevantes: Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco, donde se consolidan unas fuerzas nacionalistas que se proponen desbordar el marco estatutario vigente cuando no el ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n como paso hacia la independencia. La econom¨ªa ha sido casi el ¨²nico caballo de batalla all¨ª donde el voto se decid¨ªa en t¨¦rminos bipartidistas, pero cada cita con las urnas nos recuerda que en esos dos territorios se mantienen vivas unas demandas de dif¨ªcil encaje constitucional, que han tenido esta vez un apoyo mayoritario.

Las encuestas atinaron con el vuelco entre los dos principales partidos, pero sobrevaloraron el peso de sus votos en las comunidades vasca y catalana. La victoria de CiU, que por primera vez desde 1977 supera a los socialistas, ha sido una sorpresa que consolida el poder de Mas despu¨¦s de un duro plan de recortes que hab¨ªa poblado las calles de protestas. Duran i Lleida ya se ha ofrecido a Rajoy como socio potencial para un plan de choque contra la crisis, pero en la otra mano trae la exigencia de un pacto fiscal para Catalu?a que establezca un tope a la transferencia de recursos al resto de Espa?a. La revisi¨®n del sistema de financiaci¨®n auton¨®mica en 2013 se apunta como un momento de alta tensi¨®n a menos que se allane el camino en negociaciones discretas y directas como desea el l¨ªder de CiU.

El poderoso desembarco de Amaiur en el Congreso, con siete diputados y grupo propio, anticipa una fricci¨®n permanente en todas las materias relacionadas con el marco territorial del Estado. Su programa electoral versa exclusivamente sobre el ejercicio del derecho de autodeterminaci¨®n en una Euskal Herria que incluye las comunidades de Euskadi y Navarra. El PNV, que gracias a su feudo de Vizcaya ha conseguido salvar el liderazgo en votos aunque no en esca?os, incorpora tambi¨¦n una nueva versi¨®n del "derecho a decidir" que Ibarretxe convirti¨® en su bandera. Est¨¢ por ver si la fuerte irrupci¨®n de Amaiur modera a un PNV que presenta un programa econ¨®mico compatible con el del PP y cuyo l¨ªder, I?igo Urkullu, ha cultivado la relaci¨®n personal con Rajoy.

Otro error de los sondeos ha sido sobreponderar el trasvase directo de votos socialistas al PP, que se anticipaba muy cuantioso. Rajoy apenas ha reba?ado medio mill¨®n de votos de los 4,3 millones perdidos por el PSOE en su ¨²ltima traves¨ªa, que han nutrido sobre todo a Izquierda Unida (+700.000), UPyD (+830.000) y la abstenci¨®n. La gran ola popular que le ha permitido a Rajoy superar todos los registros de Aznar en 2000 (esca?os, porcentaje y n¨²mero de votos) se asienta no tanto en la deserci¨®n socialista cuanto en la fidelidad de los votantes conservadores.

Esto significar¨ªa que la resistencia a saltar directamente del PSOE al PP es mayor de la prevista, aun en tiempos de m¨¢xima tribulaci¨®n. Tal vez sea la ¨²nica lectura positiva que los socialistas puedan hacer de una aciaga jornada electoral que les ha conducido a una sima hist¨®rica despu¨¦s de haber alcanzado su cima en 2008, con 11,2 millones de sufragios. Hombre de r¨¦cords -ha ganado con m¨¢s de once millones de votos las dos ¨²nicas elecciones generales a las que se ha presentado-, Zapatero tiene que asumir como propia la humillante derrota de este domingo aunque fuera por candidato interpuesto.

La inmediata convocatoria de un congreso para elegir nuevo secretario general es un rasgo de sensatez. La generaci¨®n que le aup¨® sale achicharrada de este proceso, especialmente su sucesora in pectore Carme Chac¨®n, que en las v¨ªsperas electorales hac¨ªa ejercicios de calentamiento con ambig¨¹edad calculada. La sangr¨ªa de 700.000 votos que le ha hecho perder las elecciones en Catalu?a puede haber amortizado sus aspiraciones. Al margen de c¨®mo resuelva el PSOE el proceso sucesorio, una cosa parece clara: Rubalcaba es ahora mismo su mejor l¨ªder parlamentario. Lo demostr¨® en su debate con Rajoy.