Los militares egipcios ceden ante Tahrir
El Consejo Supremo se compromete a celebrar las elecciones presidenciales antes de julio - Los manifestantes reciben con desconfianza las promesas de la Junta
A base de protestas y de sacrificar vidas -m¨¢s de 800 en la revuelta desatada el 25 de enero y casi 40 desde el s¨¢bado-, los egipcios est¨¢n logrando imponer su agenda pol¨ªtica. Las inc¨®gnitas sobre el futuro de la revoluci¨®n proliferan y alguna asusta, pero la presi¨®n popular ha conseguido cuando menos purgar el Gobierno de fieles a Hosni Mubarak y que el dictador derrocado el 11 de febrero fuera juzgado. Ahora quieren escribir el epitafio del r¨¦gimen militar que dirige el pa¨ªs desde entonces. Y tienen prisa. Tal vez demasiada para un proceso tan complejo y sembrado de escollos. Aunque ayer el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, organismo rector del pa¨ªs, cediera a las exigencias de la masa. "El Ej¨¦rcito est¨¢ completamente preparado para entregar inmediatamente el poder... si la naci¨®n lo desea, a trav¨¦s de un refer¨¦ndum si es necesario", prometi¨® Mohamed Tantaui, jefe de la junta militar que dirige Egipto, en una alocuci¨®n televisada a la naci¨®n.
Los partidos desean que las legislativas se desarrollen en las fechas previstas
Los f¨¦retros de las v¨ªctimas ca¨ªdas en la represi¨®n policial eran aclamados por la multitud en la plaza de Tahrir, no tan repleta como en febrero, y alg¨²n oficial que se neg¨® a castigar a los manifestantes era llevado a hombros y besado por manifestantes. A todos les resultaba insuficiente que el Consejo Supremo hubiera decretado d¨ªas atr¨¢s la prohibici¨®n de participar en la pugna pol¨ªtica a "quienes corrompieron la pol¨ªtica...". Para muchos de los manifestantes, Tantaui es uno de ellos.
El militar, que se mostr¨® alarmado por la coyuntura econ¨®mica, acept¨® la renuncia del Gobierno de Essam Sharaf; asegur¨® que las elecciones legislativas -que se celebrar¨¢n en tres fases a partir del pr¨®ximo lunes- seguir¨¢n el calendario previsto, descartado as¨ª un aplazamiento al que se opon¨ªan casi todos los partidos. Y la concesi¨®n m¨¢s importante: las elecciones presidenciales tendr¨¢n lugar antes de julio. No era su intenci¨®n. El Consejo Supremo planeaba que las presidenciales se celebraran a finales de 2012 o principios de 2013. "Vete, vete", clamaba la multitud segundos despu¨¦s de que Tantaui concluyera su discurso.
El mariscal, estrecho colaborador durante d¨¦cadas del exdictador Mubarak, ha agotado su cr¨¦dito. "El pueblo quiere la ca¨ªda del mariscal", gritaba ayer la muchedumbre en la plaza de Tahrir empleando el mismo lema que corearon hasta derrocar a Mubarak, hastiada ya de los intentos tramposos del r¨¦gimen por perpetuarse en el poder y proteger sus vastos intereses. Seguramente, intentar¨¢ conservar esos privilegios y sus inmensas prebendas econ¨®micas: alrededor del 25% del producto interior bruto est¨¢ en manos del conglomerado empresarial propiedad de las Fuerzas Armadas. Es inveros¨ªmil que semejantes intereses econ¨®micos no vayan a tener su influencia en el porvenir egipcio, al margen del papel institucional que se pueda reservar a los uniformados.
Aunque diera marcha atr¨¢s en su pretensi¨®n de que un buen n¨²mero de diputados fueran designados por los militares, el Consejo Supremo desea que el presupuesto de las Fuerzas Armadas sea secreto y pretend¨ªa tutelar una transici¨®n que se prolongar¨ªa al menos un a?o m¨¢s. La mayor¨ªa de los egipcios no han tragado. Y la emblem¨¢tica Tahrir volvi¨® a convertirse en un manifest¨®dromo desde el pasado fin de semana. En Alejandr¨ªa, segunda ciudad del pa¨ªs, Ismailia y Suez miles de ciudadanos acompa?aron ayer la masiva protesta, la mayor desde que Mubarak fue defenestrado.
La coyuntura es delicada. El Gobierno present¨® su dimisi¨®n el lunes en este pa¨ªs de 80 millones de habitantes que est¨¢ consumiendo sus reservas de divisas a pasos agigantados y que sufre el colapso del estrat¨¦gico sector tur¨ªstico: los ataques a la minor¨ªa cristiana copta, el juicio contra el dictador y sus hijos, la continua represi¨®n de la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito son tambi¨¦n circunstancias que contribuyen a fomentar una inestabilidad provocada, a juicio de manifestantes y pol¨ªticos opositores, por manos negras leales al r¨¦gimen defenestrado que quieren que la transici¨®n a la democracia sea abortada. "La revoluci¨®n contin¨²a aunque hay intentos para que descarrile. Y tambi¨¦n hay quien promueve el caos", advirti¨® el candidato presidencial Amer Musa, ex secretario general de la Liga ?rabe.
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