Mundos posibles y ocultos
EN UNA CONFERENCIA que pronunci¨® en 1894, Albert Abraham Michelson, el primer estadounidense en recibir el Premio Nobel de F¨ªsica (1907), manifest¨® que parec¨ªa "probable que la mayor¨ªa de los grandes principios b¨¢sicos hayan sido ya firmemente establecidos y que haya que buscar los futuros avances sobre todo aplicando de manera rigurosa estos principios. Las futuras verdades de la Ciencia F¨ªsica se deber¨¢n buscar en la sexta cifra de los decimales". Un a?o despu¨¦s de que Michelson pronunciase estas palabras, R?ntgen descubr¨ªa los rayos X y al a?o siguiente Becquerel la radiactividad, que nadie sab¨ªa c¨®mo encajar en el aparentemente tan firme edificio de la f¨ªsica. Se abr¨ªa as¨ª una nueva era para la ciencia, que conducir¨ªa a una f¨ªsica muy diferente de la anterior; una f¨ªsica dominada por la f¨ªsica cu¨¢ntica y las dos teor¨ªas de la relatividad creadas por Albert Einstein. Por supuesto, no debemos ser demasiado duros con Michelson. Es cierto que debi¨® haber sido m¨¢s cauto, pero estando reciente la extraordinaria s¨ªntesis de los fen¨®menos electromagn¨¦ticos que Maxwell hab¨ªa producido y disponiendo a¨²n de la din¨¢mica de Newton, podemos comprender su optimismo. Me viene todo esto a la mente porque en alg¨²n sentido desde hace alg¨²n tiempo nos encontramos en una situaci¨®n parecida.
Cre¨ªamos que el Universo a¨²n ten¨ªa muchos secretos que desvelarnos —?c¨®mo no pensar as¨ª despu¨¦s de descubrimientos como los de los qu¨¢sares, p¨²lsares o agujeros negros?—, pero que b¨¢sicamente conoc¨ªamos de qu¨¦ est¨¢ compuesto.
"Cre¨ªamos —escribe Evalyn Gates en uno de los libros objeto de la presente rese?a— que est¨¢bamos a punto de conseguirlo. La gran imagen global del universo estaba pr¨¢cticamente esbozada y los cient¨ªficos ocupad¨ªsimos ultimando los detalles de la estructura y el mosaico de su historia. Armados con mayores y mejores telescopios, los astrof¨ªsicos se dispon¨ªan a apreciar el cosmos con una claridad sin precedentes y result¨® que el universo revelado por tan flamante instrumental no se comportaba precisamente como se esperaba de ¨¦l". En efecto, estudiando el movimiento de algunas galaxias se descubri¨® que deben estar constituidas por m¨¢s materia que la que somos capaces de identificar. Por eso se la denomin¨®materia oscura". Tambi¨¦n se encontr¨® que la expansi¨®n del universo no se va haciendo menos r¨¢pida, como consecuencia de la atracci¨®n de la fuerza gravitacional, sino que aumenta, como si existiese una misteriosa energ¨ªa —una "energ¨ªa oscura"— que lo impulsase. Y no se trata de efectos peque?os: en la actualidad se cree que el universo est¨¢ formado por un 72% de energ¨ªa oscura, un 23% de materia oscura y un 5% de materia normal. Tanta es nuestra ignorancia. El telescopio de Einstein, de la astrof¨ªsica de Chicago Evalyn Gates, se ocupa de c¨®mo se descubrieron la energ¨ªa y materia oscura, un descubrimiento observacional, no te¨®rico, en el que desempe?aron un papel destacado las denominadas "lentes gravitacionales", grandes acumulaciones de masas que al desviar la luz —un efecto propio de la teor¨ªa de la relatividad general—procedente de objetos astron¨®micos situados tras ellos dan lugar a un halo de luz, esto es, a una imagen "desdoblada".
La idea de la existencia de estas lentes procede de un art¨ªculo que Einstein public¨® en 1936 (de ah¨ª el t¨ªtulo, El telescopio de Einstein), pero no fueron observadas hasta 1979, cuando se detect¨® una imagen m¨²ltiple de un qu¨¢sar. M¨¢s tarde, analizando la magnitud de la distorsi¨®n que se manifiesta en esos halos luminosos, se comprob¨® que era mucho mayor de la que se esperar¨ªa si no hubiese nada m¨¢s en el c¨²mulo que las galaxias que los producen. Exist¨ªa, por consiguiente, una materia oscura.
Ahora bien, ?qu¨¦ clase de materia es esa masa oscura y de d¨®nde surge su correlato energ¨¦tico? Se trata de problemas cuya soluci¨®n buscan muchos f¨ªsicos te¨®ricos. Como Brian Greene, de la Universidad de Columbia (Nueva York), y Lisa Randall, de la Universidad de Harvard, que se distinguen por ser tambi¨¦n dos notables divulgadores cient¨ªficos, como demuestran los libros que acaban de publicar: La realidad oculta y Universos ocultos. En realidad, no se trata de textos cuyos contenidos se limiten a la cuesti¨®n de la materia y energ¨ªa oscuras. Van m¨¢s all¨¢, aprovechando un par de posibilidades que la cosmolog¨ªa, la mec¨¢nica cu¨¢ntica y la f¨ªsica de altas energ¨ªas te¨®ricas llevan manejando hace tiempo: la primera (el tema de Greene), que pueden existir otros universos, paralelos al nuestro pero acaso con propiedades diferentes; y la segunda (el objetivo de Randall), que el universo puede tener m¨¢s de las tres (o cuatro, de acuerdo con el marco relativista) dimensiones que percibimos, y que las dimensiones extra pueden ser de tipo muy diferente: acaso, por ejemplo, de tama?o infinito, y sin embargo permanecer invisibles. Los lectores avispados seguramente se preguntar¨¢n qu¨¦ hay de nuevo en estos dos libros, ya que, al fin y al cabo, abordan temas ya frecuentados en otras obras de divulgaci¨®n; si existe alguna raz¨®n para detenerse en ellos en una ¨¦poca en que tiempo y dinero son bienes escasos. Mi respuesta a esta razonable cuesti¨®n ser¨ªa que tanto Greene como Randall muestran no s¨®lo notables conocimientos cient¨ªficos sino que tambi¨¦n son capaces de transmitirlos con una gracia e imaginaci¨®n poco frecuentes. Aunque en realidad, la mejor recomendaci¨®n ser¨ªa que su lectura permite sumergirse, con cierto detalle, en mundos posibles, y ocultos. Mundos cuya sola posibilidad nos produce escalofr¨ªos, la sensaci¨®n de que a pesar de todos nuestros conocimientos, de lo orgullosos que nos sentimos como creadores y usuarios de tantos artilugios tecnol¨®gicos, en ¨²ltima instancia somos como unos isle?os limitados a una peque?a extensi¨®n de terreno rodeada de profundos e ignotos oc¨¦anos a¨²n por descubrir.
El telescopio de Einstein. Evalyn Gates. Traducci¨®n de Amado Di¨¦guez. Revisi¨®n de Emilio Jos¨¦ Garc¨ªa G¨®mez-Caro. Alba. Barcelona, 2011. 407 p¨¢ginas. 24 euros. La realidad oculta.Brian Greene. Traducci¨®n de Javier Garc¨ªa Sanz. Cr¨ªtica. Barcelona, 2011. 510 p¨¢ginas. 29,90 euros (electr¨®nico: 20,99).Universos ocultos. Lisa Randall. Traducci¨®n de Eugenio Jes¨²s G¨®mez Ayala. Acantilado. Barcelona, 2011. 687 p¨¢ginas. 29 euros.
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