C¨®mo super¨® el SPD la cat¨¢strofe
Con su fuerte recuperaci¨®n desde 2009, el socialismo alem¨¢n se convierte en ejemplo para el PSOE
El 27 de septiembre de 2009 fue un d¨ªa aciago para el Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD). Tras 11 a?os de Gobierno ininterrumpido en dos coaliciones diferentes, la centenaria formaci¨®n encaj¨® sus peores resultados desde la II Guerra Mundial. Solo obtuvieron 10 millones de votos, la mitad de los que logr¨® Gerhard Schr?der para formar su Gobierno con Los Verdes (1998-2005). El inusitado 23% de hace dos a?os parec¨ªa certificar la baja definitiva del SPD como segundo partido popular (volkspartei) alem¨¢n. Sin embargo, los socialdem¨®cratas alemanes est¨¢n recuper¨¢ndose de aquel descalabro. Seg¨²n una encuesta publicada el viernes por la televisi¨®n p¨²blica, el SPD se estabiliza por encima del 30% de intenci¨®n de voto. A¨²n est¨¢n varios puntos por debajo de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU) de la canciller Angela Merkel, pero tendr¨ªan suficiente fuerza para reemplazarla junto a Los Verdes.
La clave, seg¨²n un exasesor de Steinmer, fue que "se revisaron las pol¨ªticas pasadas, pero no se reneg¨® de ellas"
La recuperaci¨®n del SPD ha salido adelante sin grandes golpes de efecto. Poco despu¨¦s de perder las elecciones y verse expulsados de la Gran Coalici¨®n (2005-2009) con Angela Merkel, el SPD eligi¨® a Sigmar Gabriel como nuevo presidente. Actu¨® con precauci¨®n: se entendi¨® con el fracasado candidato Frank-Walter Steinmeier y lo conserv¨® como jefe del grupo parlamentario en el Bundestag. Gabriel y Steinmeier se complementan bien: el primero es un ret¨®rico h¨¢bil, un buen repartidor de pullas de aspecto y actitud populares. Steinmeier, por su parte, est¨¢ sacudi¨¦ndose con ¨¦xito su imagen de segund¨®n bur¨®crata sin perder su halo de seriedad y de competencia. El d¨²o se ha convertido en tr¨ªo en estos ¨²ltimos meses, desde que se les ha sumado Peer Steinbr¨¹ck como posible candidato a liderar las listas del SPD en las generales de 2013. Juntos protagonizan, en asombrosa armon¨ªa, la salida del SPD de su agujero.
En modo alguno ha sido una revoluci¨®n, ni siquiera una aut¨¦ntica renovaci¨®n. El triunvirato est¨¢ casi tan entrado en a?os como en carnes. Bien fogueados, todos fueron ministros federales en la Gran Coalici¨®n de Merkel (2005-2009). Steinmeier (55) llev¨® la cartera de Exteriores y la Vicecanciller¨ªa. Steinbr¨¹ck (64) ocup¨® el crucial sill¨®n de Hacienda, y Gabriel (52), el de Medio Ambiente. A¨²n hoy no se sabe cu¨¢l de los tres ser¨¢ candidato a la Canciller¨ªa dentro de dos a?os.
En los primeros meses se debati¨® en el SPD la conveniencia de distanciarse de las pol¨ªticas seguidas durante los 11 a?os de gobierno. Primero, de los recortes sociales de la llamada Agenda 2010 y la participaci¨®n en la guerra de Afganist¨¢n, decididas por Schr?der. Despu¨¦s, del retraso de la edad de jubilaci¨®n hasta los 67 a?os y de las dem¨¢s reformas pactadas con Merkel. Ulrich Deupmann, que era asesor de Steinmeier cuando dirig¨ªa la diplomacia alemana y dirige la consultora pol¨ªtica Ideas.ag, considera que la clave fue que "se revisaron las pol¨ªticas pasadas, pero no se reneg¨® de ellas". Las continuidades en el directorio del SPD se vieron as¨ª refrendadas por la congruencia program¨¢tica: "La l¨ªnea del partido no se perdi¨® y eso nos permiti¨® recuperar la credibilidad". S¨ª se revocaron algunas decisiones menores, como las relativas a la regulaci¨®n de los trabajos temporales y los salarios m¨ªnimos.
Estos son los cambios que el polit¨®logo berlin¨¦s Peter L?sche considera perentorios para la reparaci¨®n del SPD. L?sche, militante socialdem¨®crata como lo fueron sus padres y sus abuelos en el siglo XIX, considera que la Agenda 2010 "est¨¢ qued¨¢ndose atr¨¢s en el recuerdo", pero cree que a¨²n irrita al electorado cl¨¢sico del SPD. Sindicalistas e izquierdistas del SPD "tienen problemas con aquellas medidas". Gabriel y Steinmeier est¨¢n consiguiendo separarse de su imagen como art¨ªfices de los recortes, aunque Steinmeier fuera de hecho el verdadero padre de la Agenda 2010. As¨ª que Steinbr¨¹ck se queda con el ala liberal del SPD y es, "hoy por hoy, el m¨¢s indicado para tender puentes al centro, algo imprescindible para ganar unas elecciones".
La imagen de Steinbr¨¹ck prometiendo junto a Merkel que las cuentas corrientes estaban a salvo de la crisis financiera de 2008 ha quedado grabada en la retina millones de alemanes. El que fuera ministro de Hacienda protagoniza ahora una agresiva campa?a para presentarse como futuro rival socialdem¨®crata de su antigua jefa. El influyente Der Spiegel le dedic¨® hace un mes una portada encomi¨¢stica, apadrinada por el excanciller Helmut Schmidt. El envite es claro, pero los otros dos l¨ªderes se han mantenido delicadamente al margen. El SPD no designar¨¢ a su candidato hasta entrado 2012, de modo que el audaz avance de Steinbr¨¹ck podr¨ªa salirle por la culata debido al desgaste. Hasta entonces, el tr¨ªo evita cualquier roce en p¨²blico. Atr¨¢s quedan las trifulcas internas entre 2005 y 2009.
El SPD ha sabido evitar el caos en el que podr¨ªan haber ca¨ªdo tras un desastre como el de 2009. Pese a las tentaciones de pasarse a la oposici¨®n frontal, ha mantenido sus posturas europe¨ªstas apoyando en 2011 la impopular participaci¨®n alemana en el segundo rescate griego y en el multimillonario fondo europeo de estabilidad. Esta pol¨ªtica sufri¨® un patinazo notable en 2010, cuando se abstuvieron de dos votaciones en el primer rescate. En 2011, en cambio, el SPD ha criticado la falta de compromiso del Gobierno con la idea europea.
El SPD ha pasado estos dos a?os esforz¨¢ndose en ofrecer una imagen centrada, de responsabilidad de Estado. Las elecciones regionales celebradas desde entonces les han dado resultados satisfactorios. La recuperaci¨®n de Renania de Norte-Westfalia en 2010 o la mayor¨ªa absoluta en Hamburgo este a?o han apuntalado el crecimiento del SPD como segundo partido federal. El desastre nuclear de Fukushima en marzo dio alas a Los Verdes, que llegaron a superar al SPD en algunas encuestas e incluso quedaron por delante en las estrat¨¦gicas elecciones de Baden-W¨¹rttemberg, donde ahora gobiernan con el SPD. Sin embargo, la burbuja Verde ha pinchado en las recientes elecciones de Berl¨ªn. Del 28% de hace unos meses han vuelto ahora a los alrededores del 15% en las encuestas. Tambi¨¦n el partido la Izquierda (Die Linke), afectado por tensiones internas, ha frenado su auge de hace un par de a?os.
El propio Gabriel reconoce que buena parte del m¨¦rito de su recuperaci¨®n est¨¢ en el Gobierno. La CDU y sus socios liberales del FDP empezaron su coalici¨®n con p¨¦simo pie. El FDP, habituado a la oposici¨®n, parec¨ªa m¨¢s una plataforma ciudadana que un partido de gobierno. Se presentaron a las elecciones asegurando que bajar¨ªan los impuestos y obtuvieron as¨ª el 15% de los votos, su mejor resultado hist¨®rico. No han cumplido su promesa, por la crisis, y los sondeos de intenci¨®n de voto los sit¨²an ahora por debajo del 5% necesario para entrar en el Bundestag. Un socialdem¨®crata ped¨ªa no dar su nombre al explicar, con bastante schadenfreude (regodeo en el mal ajeno), que "esa tropa de aficionados se cre¨ªa sus propias monsergas, porque no ten¨ªa ni idea de que gobernar no es aplicar un programa, sino elegir entre una mierda y otra mierda m¨¢s grande".
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