Castigo
Siendo como era Javier Pradera un maestro de la iron¨ªa, de clara inteligencia c¨¢ustica, habr¨¢ que tomar como un sarcasmo el hecho de que eligiera para morir un 20-N, la misma fecha en que lo hizo Franco y la jornada electoral en que el partido socialista fue pasado por las armas de cristal, que son las urnas, para dejar a la Derecha la propiedad absoluta de todo este solar. Rafael Azcona, que era un optimista natural, decidi¨® morirse un domingo de Resurrecci¨®n por si acaso, pero el pesimismo l¨²cido de Javier Pradera no se permiti¨® fallar en el ¨²ltimo momento. Puesto que la muerte es un desastre, que lo sea hasta el fondo. Como hizo el elegante actor brit¨¢nico George Sanders antes de partir hacia el m¨¢s all¨¢, Pradera pudo haber dejado escritas en un papel sobre la almohada estas palabras para los amigos: ah¨ª os qued¨¢is en ese infecto basurero. A partir de ahora esta ser¨¢ la Espa?a que Javier Pradera ha dejado atr¨¢s, con el socialismo derrotado, acomplejado y culpabilizado por haberse portado mal. Claro, claro, los socialistas tambi¨¦n quer¨ªan tener un piso en la ciudad y un apartamento en la playa, ir de vacaciones a Canc¨²n, que sus hijos estudiaran en la universidad de Columbia, conducir un coche de gran cilindrada, abrasar la tarjeta de cr¨¦dito en los grandes almacenes, vestir ropa cara, que el banco les concediera dos hipotecas, cenar en buenos restaurantes los s¨¢bados, ser muy sexys y no dejar de re¨ªr y bailar. Esta misma gente de izquierda, que no permiti¨® al Gobierno socialista un recorte en el bienestar social o un impuesto de m¨¢s, ha entregado con un gusto morboso a la derecha, la due?a de la finca, el l¨¢tigo para que la azote. Seg¨²n el viejo manual, la socialdemocracia estaba hist¨®ricamente llamada a solucionar la crisis del capitalismo. Ni ese placer masoquista le ha sido permitido. Pero posiblemente muchos votantes de la derecha tambi¨¦n habr¨¢n de llorar por sus plegarias atendidas en las urnas. Si me encontrara con Javier Pradera en una esquina del barrio como otras veces, con su inteligencia malvada me habr¨ªa explicado en pocas palabras por qu¨¦ todos los espa?oles, de izquierdas y de derechas, estamos invocando el castigo del padre despu¨¦s de haber votado. Pero Javier Pradera ha muerto un 20-N y uno ya no sabe qu¨¦ pensar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.