Melancol¨ªa
El pasado domingo 20 de noviembre trajo consigo tanta aflicci¨®n que me sent¨ª embargado por la melancol¨ªa. El clima an¨ªmico ya era de por s¨ª deprimente, dada la inminente victoria de la derecha espa?ola. Pero lo peor lleg¨® con la p¨¦rdida de Pradera, que tanto signific¨® para m¨ª sin pertenecer a su c¨ªrculo ¨ªntimo. Mi primer libro publicado, que por error me premi¨® Herralde cuando todav¨ªa estudiaba Sociolog¨ªa, estaba dedicado a ¨¦l como fuente de inspiraci¨®n c¨ªvica. As¨ª se explica mi orgullo cuando pas¨¦ a formar parte de su cuadra de colaboradores, primero en EL PA?S, y despu¨¦s en Claves. Adi¨®s, Javier.
Y luego se confirm¨® la injusta derrota de Rubalcaba por mayor¨ªa absoluta. Un resultado todav¨ªa m¨¢s amargo por cuanto tiene no tanto de ascenso del partido conservador (que s¨®lo gan¨® un 5% de votos) como de hundimiento del socialista (que perdi¨® casi el 40% de su electorado). Se recordar¨¢ que al perder el 14-M Rajoy le pudo reprochar a Aznar: "?T¨² y tu guerra!", pues las elecciones del 2004 no significaron la victoria del PSOE, ni tampoco la derrota de Rajoy, sino sobre todo la condena contra Aznar. Pues bien, ahora ha vuelto a ocurrir lo mismo. Rubalcaba podr¨ªa decirle a Zapatero: "T¨² y tu crisis" (o "t¨² y tu 10 de mayo"). No es tanto que haya vencido el PP, o que Rubalcaba haya sido derrotado, como que Zapatero ha sido condenado por el mismo electorado que inmerecidamente lo encumbr¨® hace siete a?os para poder castigar a Aznar. Lo cual demuestra que la ciudadan¨ªa aprende por propia experiencia a rectificar: se equivoc¨® al elegir a Zapatero en 2004 y quiz¨¢ se haya equivocado hoy al elegir a Rajoy.
?Nos aguarda una "dictadura perfecta" con el PP en el papel del PRI?
Existen tres razones que hacen temer que podr¨ªa haber sido un error concederle al PP por mayor¨ªa absoluta un cheque en blanco (dada la opacidad de su programa electoral). La primera es la ingente acumulaci¨®n de poder que concentra en todos los niveles administrativos. Lo cual ya es muy malo de por s¨ª, pues contradice una regla b¨¢sica de calidad democr¨¢tica como es el necesario sistema de checks & balances (o frenos y contrapesos), que s¨®lo resulta posible con la divisi¨®n y equilibrio de poderes separados y contrapuestos.
Pero eso es algo todav¨ªa m¨¢s amenazador si el partido que concentra todos los poderes es el PP, dado el ominoso precedente de Aznar y dada la previa trayectoria g¨¹rteliana demostrada en aquellos territorios auton¨®micos que domina por mayor¨ªa absoluta, como Madrid y Valencia.
La segunda raz¨®n es que esa mayor¨ªa absoluta coincide con una grave p¨¦rdida de esca?os por parte del primer partido de la oposici¨®n. Una tendencia que de confirmarse y quiz¨¢s agravarse en pr¨®ximas elecciones (lo que no ser¨ªa extra?o, dado el declive cada vez m¨¢s pronunciado de la socialdemocracia en Europa), podr¨ªa modificar la naturaleza de nuestro r¨¦gimen democr¨¢tico, haci¨¦ndolo derivar hacia un sistema de partido hegem¨®nico como lo fue por ejemplo el mexicano hasta el a?o 2000: ?Nos aguarda una "dictadura perfecta" (en el sentido de democr¨¢ticamente elegida) con el PP en el papel del PRI?
Y la tercera raz¨®n es el car¨¢cter de Rajoy, que a juzgar por lo visto tiende a la omisi¨®n y la indecisi¨®n por exceso de prudencia. ?Demostrar¨¢ la suficiente firmeza y capacidad de iniciativa para tomar y hacer cumplir las decisiones que le aguardan en esta vertiginosa coyuntura europea? ?O se dejar¨¢ intimidar por Angela Merkel, por los mercados financieros, por sus barones territoriales y por sus propios talibanes internos, medi¨¢ticamente teledirigidos por Aznar y la FAES?
?A qu¨¦ desaf¨ªos se va a enfrentar Rajoy? Por simple simetr¨ªa, tambi¨¦n podr¨ªamos reducirlos a tres. El primero de todos es ganarse no tanto la confianza como el respeto de los mercados financieros y de sus pares europeos. Lo cual exige interlocuci¨®n y poder de convicci¨®n en la corta distancia del cara a cara. A diferencia de Zapatero, que en las cumbres se quedaba aislado en su rinc¨®n, Rajoy debe empezar a hablar de t¨² a t¨² con Merkel (de quien depende el BCE), con Cameron (de quien depende la City) y con Sarkozy (de quien depende el bloque latino al que pertenecemos). Y debe aprender a hacerse respetar por los tres. El segundo desaf¨ªo es el de dise?ar y hacer aplicar las reformas estructurales que necesita nuestra econom¨ªa. Zapatero solo tuvo ¨¦xito en sacar adelante la reforma de las pensiones, mientras fallaba en la reforma financiera y fracasaba en la laboral (obstruidas ambas por el doble caciquismo territorial y sindical). Por ello, estas dos son las grandes reformas pendientes que tiene planteadas Rajoy, y habremos de juzgarle por c¨®mo las aborde. Y queda por fin la materia pol¨ªticamente m¨¢s sensible: los recortes fiscales que Bruselas exige. ?Sabr¨¢ templar gaitas para sanear las cuentas sin perder la paz social?
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