Bandas sonoras
Cuando yo era jovencito -a los trece o catorce a?os- viv¨ªa en una poblaci¨®n cercana a Valencia. All¨ª hab¨ªa dos bandas juveniles. Una estaba formada por los seniors y otra por los juniors: los mayores eran los Cachibufas; los j¨®venes eran los Semicachibufas. No es broma. Se llamaban as¨ª, literalmente: a lo pendenciero le antepon¨ªan el prefijo culto.
No eran bandas exactamente rockeras. Las formaban pandilleros de comienzos de los setenta, especializados en armar peloteras en las dos discotecas de la poblaci¨®n. Una de las salas se llamaba Les Corones; la otra, Azor (no s¨¦ si llevaba hache intercalada para hacerla m¨¢s ex¨®tica). All¨ª acud¨ªan los Cachibufas y los Semicachibufas para zurrar a los rivales de otros pueblos. Los broncas locales no pod¨ªan tolerar las intromisiones de los for¨¢neos, que hab¨ªan tenido la osad¨ªa de acudir a aquellas discotecas. Incluso con cadenas llegaron a desafiarse. Eso ocurr¨ªa los fines de semana, no s¨¦ si todos o de vez en cuando. Mi memoria agiganta los sucesos y me hace pensar que esas reyertas suced¨ªan cada festivo. ?Y qu¨¦ hac¨ªan a diario o los s¨¢bados por la tarde? Acud¨ªan a unos futbolines.
Hab¨ªa all¨ª una m¨¢quina de discos, una Jukebox, y por unas monedas cualquiera pod¨ªa elegir las canciones de su preferencia: salvo que estuvieran los Cachibufas, claro. En ese caso, nadie se atrev¨ªa a estorbarlos o a enojarlos. Yo estuve en aquellos recreativos muchos s¨¢bados por la tarde o domingos por la ma?ana, despu¨¦s de la preceptiva misa: en alg¨²n sitio hab¨ªa que pasar los largos fines de semana de la Espa?a franquista, ?no es cierto? Quienes merode¨¢bamos por all¨ª acept¨¢bamos, por supuesto, los gustos musicales de aquellos bravucones. Con su exhibici¨®n de fuerza y su leyenda, nadie se atrev¨ªa a llevarles la contraria.
?Y cu¨¢l era la pieza que m¨¢s escuchaban? No era de Nino Bravo ni de Camilo Sesto. Era una vieja canci¨®n de los sesenta, de mediados de los sesenta: Sorrow, en versi¨®n de David Bowie. Est¨¢bamos en plena ¨¦poca del Glam. Nunca comprend¨ª la elegancia de los Cachibufas. ?C¨®mo era posible que unos pandilleros de tres al cuarto se deleitaran con una canci¨®n tan sofisticada?
En la Facultat de Geografia i Hist¨°ria de la Universitat de Val¨¨ncia llevamos varias semanas con un ciclo de mesas redondas y cine. Est¨¢n dedicadas a la rebeld¨ªa juvenil y al rock. Hacemos historia y repasamos la sociolog¨ªa de esta manifestaci¨®n musical. ?Su t¨ªtulo? Bandas sonoras. No s¨¦ por qu¨¦, pero cada vez que asisto a uno de esos actos organizados me acuerdo de los Cachibufas. Con agradecimiento. El rock tuvo su parte camorrista. Y tuvo su arte: era una de las bandas sonoras de aquella Espa?a raqu¨ªtica y esperanzada. Sorrow significa dolor, tristeza. Si me pongo a tararear la canci¨®n de Bowie no siento otra cosa.
http://justoserna.wordpress.com
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.