La eurozona se reforma para sobrevivir

?Es razonable pintar la casa sin reparar antes las ca?er¨ªas? El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, presentar¨¢ el 9 de diciembre a los l¨ªderes de la UE, reunidos en Bruselas en una cumbre que se presenta como la ¨²ltima oportunidad para salvar a la divisa europea, un informe sobre la reforma del Tratado de Lisboa: qu¨¦ hay que cambiar y c¨®mo hacerlo.

Rompuy y el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, ya han abierto el confesionario, un mecanismo de consultas bilaterales dirigido a identificar el m¨¢ximo com¨²n denominador entre los 27. El objetivo es construir el Gobierno econ¨®mico europeo -una pol¨ªtica fiscal y presupuestaria com¨²n- y subsanar as¨ª el pecado original con el que naci¨® el euro.

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Las propuestas que hay sobre la mesa suponen una nueva vuelta de tuerca en el ajuste y la disciplina fiscal: imposici¨®n de sanciones autom¨¢ticas -como la p¨¦rdida del derecho de voto o de los fondos de cohesi¨®n- para los pa¨ªses que incumplan el compromiso de d¨¦ficit; censura previa de los proyectos de presupuestos antes de que se presenten a los parlamentos nacionales, y supervisi¨®n estricta de su ejecuci¨®n. Adem¨¢s de la siempre aplazada armonizaci¨®n de tipos impositivos.

La Comisi¨®n Europea ya visa los presupuestos nacionales, pero sus opiniones no pasan de meras recomendaciones, mientras que en el futuro tendr¨ªan el peso de un dictamen vinculante.

La cuesti¨®n es tan delicada que ni siquiera Francia y Alemania se ponen de acuerdo en c¨®mo abordarla. Merkel, seg¨²n fuentes comunitarias, aboga por dotar a un supercomisario europeo de los nuevos poderes y por convertir al Tribunal Europeo de Justicia en el ¨¢rbitro que sancione a los incumplidores. Sarkozy, receloso de ceder soberan¨ªa a Bruselas, aboga por dejar la llave en manos de los l¨ªderes de la zona euro y reclama mecanismos de solidaridad a cambio.

No menos complejo es dar forma jur¨ªdica al proyecto. La experiencia demuestra que reformar el tratado es embarcarse en una traves¨ªa incierta, sujeta a los vaivenes de la pol¨ªtica dom¨¦stica de los 27 pa¨ªses socios y pendiente hasta el ¨²ltimo momento de la amenaza de naufragio.

Lo m¨¢s probable, seg¨²n las fuentes consultadas, es que en vez de modificar el articulado del tratado se opte por agregar un protocolo que solo vincule a los 17 pa¨ªses del euro. Pero ni siquiera as¨ª podr¨ªa evitarse que cualquiera de los otros 10 socios amagase con ejercer el veto.

Por eso el plan B dise?ado por Francia y Alemania -no est¨¢ claro si como alternativa o forma de presionar a los m¨¢s remisos a reformar el tratado- es un acuerdo intergubernamental paralelo. Los 17 del euro firmar¨ªan su propio tratado al margen de la UE, como en su d¨ªa lo hicieron los socios de Schengen, el acuerdo de supresi¨®n de fronteras. Lo que no est¨¢ claro es c¨®mo podr¨ªa el Tribunal de Justicia de la UE vigilar el cumplimiento de un tratado ajeno a las instituciones comunitarias. Y lo que es m¨¢s peligroso, agregan las mismas fuentes, qu¨¦ pasar¨ªa si alguno de los socios del euro no se incorpora al futuro tratado por considerar sus preceptos demasiado duros. "No solo estar¨ªamos ante la Europa de dos velocidades, sino ante la ruptura de la divisa europea", advierten.

El Gobierno espa?ol asiste expectante al resultado del debate. Cree que la reforma del tratado de Lisboa no es necesaria y puede resultar contraproducente. Sostiene que, si al final hay reforma, "debe ser un acuerdo a 27", no limitado a los socios del euro. E insiste en evitar a toda costa la ruptura de la eurozona. Pero agrega que, en todo caso, quiere estar en la vanguardia de la construcci¨®n europea, el n¨²cleo duro de la UE, sea el que sea. En contrapartida a la disciplina fiscal, espera que Merkel admita una "flexibilizaci¨®n" del papel del Banco Central Europeo, para que pueda actuar como prestamista de ¨²ltimo recurso.

"Lo importante no puede llevarnos a dejar de lado lo inaplazable. Si no se toman medidas para frenar la sangr¨ªa que supone la escalada en la prima de riesgo, la reforma del tratado puede llegar demasiado tarde para salvar al enfermo", advierten fuentes gubernamentales. Lo que pasa por aplicar ya los acuerdos de la cumbre europea del 27 de octubre, que preve¨ªan dotar al fondo de rescate de potencia suficiente para movilizar hasta un bill¨®n de euros.

Por una vez, los dos principales partidos est¨¢n de acuerdo en la estrategia. Y coordinados. Zapatero y Rajoy, que ya han tratado el asunto, volver¨¢n a hacerlo la semana que viene. Y se repartir¨¢n los papeles: Rajoy defender¨¢ ante Merkel y Sarkozy el 8 de diciembre en Marsella, en la cumbre conservadora europea, la misma posici¨®n que Zapatero al d¨ªa siguiente en Bruselas.