Ni Harold ni Maude
Digamos que a un joven guionista se le ocurre la historia de un adolescente obsesionado por la muerte, que se hace adicto a los entierros de gente a la que nunca hab¨ªa visto, y que en uno de ellos conoce a otro personaje del sexo contrario, del que se enamora, con el que vive una ins¨®lita, exc¨¦ntrica y extremadamente corta relaci¨®n sentimental. Seguro que muchos lectores ya est¨¢n pensando en la inigualable Harold y Maude (Hal Ashby, 1971). Pero no. Hablamos de Restless, la nueva pel¨ªcula del estadounidense Gus van Sant, basada en un libreto de Jason Lew, ese joven. Y ahora la gran pregunta: ?esto es un homenaje a la pel¨ªcula de Ashby o un saqueo? ?Una muestra de buen gusto cinematogr¨¢fico o una jeta considerable? Si Harold y Maude no nos hubiesen hecho llorar de risa y carcajearnos de pena desde hace 40 a?os (si la desconoc¨ªan, b¨²squenla desde ya), estar¨ªamos ante una potente premisa argumental de inmensas posibilidades en los m¨¢s diversos registros. No es el caso. Al menos Lew ha variado el tono: de la comedia negra al drama rom¨¢ntico.
RESTLESS
Direcci¨®n: Gus Van Sant.
Int¨¦rpretes: Henry Hopper,
Mia Wasikowska,
Ryo Kase, Schuyler Fisk.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2011. Duraci¨®n: 91 minutos.
Independientemente de los parecidos, Restless, por s¨ª misma, tiene unos cuantos atractivos e inmensos problemas. El principal aliciente es la buena mano de Van Sant para moverse en el territorio de la l¨ªrica existencial juvenil, para componer planos de gran belleza y para que el dise?o art¨ªstico y el acompa?amiento musical conformen cuadros sonoros de innegable estilo, lo que hace que, por ejemplo, los dos minutos finales, de exquisito montaje, dejen un regusto m¨¢s confortable que el que asalta al espectador amante de Harold y Maude durante los primeros minutos de metraje.
Como contrapartida, dos bajonazos, y ambos esenciales para el devenir del relato, para su l¨ªnea de flotaci¨®n. Primero, que la necesaria reflexi¨®n sobre la muerte y, en fin, sobre la demencia impl¨ªcita en la historia, nunca llega a ser trascendente, pareci¨¦ndose mucho m¨¢s a unas cuantas ocurrencias envueltas en un cierto sello de estilo. Y segundo, que el encanto que deben desprender los j¨®venes protagonistas nunca es tal, llegando al extremo de que en diversos momentos se llega a estar m¨¢s del lado de los personajes que les rodean y sufren las consecuencias de sus ins¨®litos comportamientos, que de la propia pareja, y eso es una losa en una pel¨ªcula que, desde sus cimientos, lo que est¨¢ intentando contar es una supuestamente maravillosa historia de amor.
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