De un tiempo, de un pa¨ªs
Probablemente, y digo solo probablemente, la canci¨®n de la resistencia final al franquismo fue Al vent, de Raimon. La resistencia siempre ha sido m¨¢s abierta que la complacencia, y lo mismo daba que fuera una canci¨®n en catal¨¢n, que una en gallego o en euskera. Ahora, seguramente, ser¨ªa imposible o¨ªdos los rugidos extempor¨¢neos y temibles de la caverna. Al vent era una canci¨®n sencilla que invitaba al optimismo, que miraba al sol en plena ¨¦poca de nubarrones, que invitaba a la revoluci¨®n por el camino de la alegr¨ªa. Algo as¨ª como aquello que escribi¨® mucho despu¨¦s Serrat, en otro contexto (dirigido a su madre), al se?alar el camino: "El horizonte es luz y el rumbo un beso".
Pero Raimon escribi¨® m¨¢s canciones, muchas m¨¢s canciones. Y de entre ellas entresaco ahora D'un temps, d'un pais y que arranca as¨ª: "D'un temps que ser¨¤ el nostre / d'un pa¨ªs que mai no hem fet / cante les esperances / i plore la poca fe. / No creguem en les pistoles: per a la vida s'ha fet l'home / i no per a la mort s'ha fet. / No creguem en la mis¨¨ria, / la mis¨¨ria necess¨¤ria, diuen/de tanta gent". Raimon la escribi¨® en los tiempos de Al vent, en los tiempos del franquismo puro y duro, del enano de la voz atiplada que lo mismo confund¨ªa un gorgojeo con un tiroteo.
Y sin embargo me ha venido a la memoria porque pasadas tantas d¨¦cadas bien pudiera ser un himno a la segunda transici¨®n, la que se avecina con el imperio de los mercados, de los bancos centrales, de la prima de riesgo, del bono alem¨¢n, de la vieja Europa que se hizo vieja antes de nacer. Dice Raimon que habla de un tiempo que ser¨¢ el nuestro y de un pa¨ªs que no hemos hecho, y canta las esperanzas y llora la poca fe. Hoy por hoy, este pa¨ªs de los oscuros mercados no es el nuestro ni lo hemos hecho la buena gente del pueblo, los parados, los inmigrantes, los empleados precarizados, los pensionistas, los empleados sumergidos, las prostitutas, los sin techo, la clase media, las amas de casa, los j¨®venes desplumados,...
No creemos en las pistolas, dice Raimon para la vida se ha hecho el hombre y no para la muerte se ha hecho. Bienvenida sea la despedida de ETA que siempre se sinti¨® m¨¢s importante, por asesina, que la fuerza de los ciudadanos. Pero a?ade Raimon: no creemos en la miseria, la miseria necesaria, dicen, de tanta gente. ?Intuyen ah¨ª los mercados, los bancos centrales, los especuladores, los partidos de derechas y los de izquierdas que funcionan como la derecha, el FMI, la Comisi¨®n Europea (?Ah, que ya no existe? Vale). El capitalismo brutal, es decir, el de ahora mismo, siempre ha contemplado la miseria como un argumento para su supervivencia tranquilizado, eso s¨ª, por las oraciones de Rouco Varela, que rezar¨¢, seg¨²n dijo, por el Gobierno, no por los gobernados. De un tiempo, que es ¨¦ste, y de un pa¨ªs, que son todos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.