Que la muerte contenga tus fantasmas
Aunque sea m¨¢s conocido por novelas como Coraz¨®n salvaje o Perdita Durango y por las adaptaciones al cine que han hecho de ellas los directores David Lynch y ?lex de la Iglesia, Barry Gifford es tambi¨¦n un poeta muy interesante, que escribe a menudo con la nostalgia de quien hubiese preferido ser otro y vivir en una ¨¦poca distinta. Ambas cosas las demuestra este libro, Back in America, donde el autor de La vida desenfrenada de Sailor y Lula re¨²ne una serie de poemas magn¨ªficos entre los que destacan poderosamente aquellos en los que se presenta como un disc¨ªpulo de la Generaci¨®n Beat, en cuyas filas le hubiese gustado militar.
Por supuesto que en Back in America hay poemas muy notables que hablan de otras cosas, como 'Eur¨ªdice en Ruman¨ªa', donde nos recuerda c¨®mo se puede echar de menos lo que nunca has tenido, al observar a una desconocida que pasea por Bucarest e imaginarse cu¨¢nto va a "odiar no volver a verla jam¨¢s"; o algunos de los m¨¢s sentimentales, como 'Amor verdadero' y 'Recuerdo', protagonizados por una mujer parecida a "una flor / ca¨ªda / perfecta". Pero los m¨¢s impactantes son aquellos en los que cuenta c¨®mo ve expuesto en un bar el manuscrito de En el camino, seg¨²n ¨¦l escrito por Jack Kerouac "desde el ardiente coraz¨®n egipcio de Am¨¦rica"; o habla de Allen Ginsberg; o de uno de los m¨²sicos que le marc¨® con su piano el ritmo a la prosa beat, Thelonious Monk, cuyo sonido calcan ¨¦l y su magn¨ªfica traductora, Blanca Tortajada, en este alejandrino bebop: "La m¨²sica de Monk se ha robado a los sue?os"; o le hace un sentido homenaje a Gregory Corso, enterrado en Roma, muy cerca de Shelley, y al que recuerda envidiando al propio Kerouac por saber morir tan joven y despide de esta forma: "Oh, Gregory, ojal¨¢ te lleves la eternidad / igual que capturaste / el tiempo en la tierra, sabiendo desde el principio / que en realidad no hab¨ªa nada que perder. / Ap¨¢rtate, Capit¨¢n Poes¨ªa, / dile al viejo Percy lo que hay".
Back in America
Barry Gifford
Traducci¨®n de Blanca Tortajada
Renacimiento. Sevilla, 2011
190 p¨¢ginas. 16 euros
La capacidad de Gifford para escribir relatos dentro de sus poemas, queda clara en 'El d¨ªa que muri¨® Allen Ginsberg', que recuerda en su comienzo la famosa eleg¨ªa de Auden a Yeats: "Me levant¨¦ temprano / mir¨¦ por la ventana / las mercanc¨ªas que cruzaban / por el Hudson / el sol saliendo / reacio, un d¨ªa m¨¢s fr¨ªo / del esperado. / Hab¨ªa escuchado la noche anterior / que Allen estaba enfermo y se mor¨ªa (...) / y era extra?o encontrarme / en Nueva York, su ciudad (...) / El peri¨®dico dec¨ªa / que hac¨ªa poco hab¨ªa terminado / un nuevo libro (...) / Muerte y fama". Gifford imagina al autor de Aullido encontr¨¢ndose con Kerouac "en un cielo budista", y decide no asistir a su funeral, pero a la hora en la que el sepelio deb¨ªa de estarse celebrando, alguien llama al timbre de su casa y ¨¦l est¨¢ seguro de que cuando vaya a abrir se encontrar¨¢ a Ginsberg, "de pie, junto a la puerta / diciendo: no me he muerto, / pero no quer¨ªa perd¨¦rmelo". Y acaba contando c¨®mo ese genio beat que le hab¨ªa ordenado a su propio miedo, en alguna ocasi¨®n, "que la muerte contenga sus fantasmas", hab¨ªa sido, junto con Kerouac, su mayor inspiraci¨®n cuando empez¨® a escribir: "Me dieron la esperanza / de que se pod¨ªan hallar / la belleza y el sentido / en mitad del caos. / Se lo dije / una vez / y Allen dijo: / ?Mant¨¦n la esperanza!".
Hay dos buenas razones para leer Back in America: descubrir a Barry Gifford como poeta y recordar los buenos que fueron el Kerouac de Mexico City blues o Big Sur, el Ginsberg de La ca¨ªda de Am¨¦rica o el Gregory Corso de Gasolina. Releer es un modo de lograr que a la muerte se le escapen algunos de sus fantasmas. -
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