Psychedelic Minds
Ahora se entiende por qu¨¦ los vetustos Simple Minds regresar¨¢n en febrero con una gira en la que solo piensan tocar temas de sus cinco primeros ¨¢lbumes. Anoche, en una sala Rock Kitchen que registr¨® un lleno angustioso y muy poco saludable, daba la sensaci¨®n de que Jim Kerr acabar¨ªa emergiendo en cualquier momento tras la columna de humo. F¨ªsicamente, el cantante de The Horrors, Faris Badwan, recuerda m¨¢s a Ian McCulloch: escu¨¢lido como el l¨ªder de Echo & The Bunnymen, escondido tras el flequillo y ataviado con una rara camisola negra. Cuando canta ese pomposo "lalalal¨¢" en el estribillo de I can see through you, esa similitud se exacerba. A?adamos la referencia permanente de Richard Butler (Psychedelic Furs) y resultar¨¢ que estos j¨®venes, imberbes, oscuros e idolatrados The Horrors suenan como si vivi¨¦ramos en 1982 y se llamaran, pongamos por caso, Echo & The Psychedelic Minds. Solo que ninguno de ellos hab¨ªa nacido por entonces.
El concierto fue breve, intenso, claustrof¨®bico y accidentado: el sonido se averi¨® al final de la ¨¦pica Sea within a sea, justo cuando el quinteto parec¨ªa entrar en ¨¦xtasis. Es curioso comprobar c¨®mo Badwan, huidizo y peleado con el cable del micro, llena todo el escenario.
Y c¨®mo algunos temas crecen y se vuelven exultantes en directo: Who can say y sus sintetizadores chillones, o el pomposo y estupendo Endless blue.
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