En la piel de Marilyn
Harvey Weinstein no se separa de su lado. El poderoso productor que descubri¨® a Matt Damon y Ben Affleck, apadrin¨® a Quentin Tarantino y acerc¨® el Oscar al cine independiente se siente embelesado junto a Michelle Williams. ?Su ¨²ltima conquista? ?Su nueva protegida? "Estoy aqu¨ª por algo en lo que creo, porque Michelle Williams ha restaurado mi fe en el cine americano", responde. Son muchos los que se suman a la idea y ven en esta actriz menuda e introvertida a la nueva musa del cine. Un grupo que incluye el Oscar, esa estatuilla que llam¨® dos veces a su puerta, con Brokeback Mountain y Blue Valentine, y se rumorea que volver¨¢ a intentarlo este a?o gracias al trabajo de Williams en My week with Marilyn, reci¨¦n estrenada en EE UU.
"Quer¨ªa ser tomada en serio, pero nunca pudo romper los barrotes de la jaula dorada que se hab¨ªa construido"
"Yo aprend¨ª a pedir ayuda, a apoyarme en mis amigos, en mi familia, en una taza de t¨¦, en un ba?o caliente"
"Hay algo en Marilyn que desaf¨ªa cualquier descripci¨®n. Una diosa con la inocencia de un beb¨¦"
Todos creen en ella menos ella misma. "Llevo trabajando desde los 15 a?os y son muchos los actores que he visto de boca en boca, imparables, que desaparecen al instante siguiente. Como actriz, soy vulnerable a ese sentimiento de que vives en esta profesi¨®n gracias a los halagos de otros. He visto de todo", suspira sin perder esa sonrisa dulce y mirada calmada que la caracterizan. Con solo 31 a?os, Williams, efectivamente, ha visto mucho: vivi¨® su triunfo en el campo de la televisi¨®n con la temprana fama que obtuvo gracias a Dawson's Creek (Dawson crece). Pag¨® su peaje en el cine de horror adolescente (Halloween H2O) sin verse salpicada. Y de ah¨ª al cine independiente, donde arriesg¨® con calidad (V¨ªas cruzadas).
Hasta 'Brokeback Mountain'. Fue su victoria contra todo pron¨®stico en una pel¨ªcula donde el mundo solo ten¨ªa ojos para Heath Ledger y Jake Gyllenhaal; y tambi¨¦n el principio de una historia de amor junto al australiano, que se convirti¨® en su amante, en el padre de su hija Matilda y, finalmente, en el hombre que rompi¨® su coraz¨®n, la estrella m¨¢s fugaz de esta generaci¨®n, cuya muerte por sobredosis accidental de barbit¨²ricos acab¨® con una brillante carrera y puso un definitivo adi¨®s a una relaci¨®n que hab¨ªa empezado a marchitarse tres meses antes. "No soy buena en el adi¨®s. Es la palabra que menos me gusta del vocabulario", murmura con el recuerdo.
Quiz¨¢ por eso Williams da ahora vida a esa otra estrella fugaz que ni su muerte pudo apagar, la de Marilyn Monroe, en My week with Marilyn. Muchas actrices lo han intentado, posando como ella en el caso de Nicole Kidman y Lindsay Lohan, devolvi¨¦ndole la vida en televisi¨®n o, simplemente, emulando sus atributos para recrear una ¨¦poca como hicieron Theresa Russell o, m¨¢s recientemente, Jessica Chastain. A otras les habr¨ªa gustado, como a Scarlett Johansson, dicen. Y tambi¨¦n las hay, como Angelina Jolie, que salieron corriendo en sentido contrario al menor rumor de poder encarnar a esa leyenda voluptuosa que falleci¨® en 1962.
Al final, solo Williams se atrevi¨® a desaparecer de su cuerpo para convertirse en la actriz m¨¢s conocida de Hollywood de la mano de Simon Curtis. Como ella misma declara, "hay algo en Marilyn que desaf¨ªa cualquier descripci¨®n, alguien con esa incre¨ªble habilidad de hacerte sentir el brillo del sol mientras el viento mueve tus cabellos, una diosa con la inocencia de un beb¨¦ cuando mira el mundo por primera vez". Y recuerda: "Fui consciente de lo poco que tenemos en com¨²n. Y el terror se apoder¨® de m¨ª desde el minuto uno. Sab¨ªa que iba a hacerlo, pero ten¨ªa que saber c¨®mo. Hasta que me di cuenta de que Marilyn Monroe era, en s¨ª, el personaje, no la persona. Esa imagen que ella misma cre¨® y cultiv¨®".
El filme est¨¢ basado en la novela del mismo t¨ªtulo de Colin Clark, amigo de esta leyenda, a quien conoci¨® durante el rodaje de El pr¨ªncipe y la corista, una filmaci¨®n tumultuosa donde la ficci¨®n del filme se hizo realidad y el entonces pr¨ªncipe de los actores, sir Lawrence Olivier (papel que ahora interpreta Kenneth Branagh), choc¨® de frente con el m¨¦todo y la frescura de esa corista llamada Marilyn. "Ella quer¨ªa ser tomada en serio y trabaj¨® m¨¢s que nadie para conseguirlo, pero nunca pudo romper los barrotes de esa jaula dorada que ella misma se hab¨ªa construido", resume Williams.
La joven int¨¦rprete tambi¨¦n ha trabajado muy duro para ser Marilyn. Desde un primer momento, la actriz quiso ir por la esencia, no por la copia. Adem¨¢s, ten¨ªa que interpretar a tres mujeres: el personaje de Elsie que Monroe interpreta en la pel¨ªcula, la Marilyn que fascin¨® al mundo y lo que quedaba de la verdadera Norma Jean. Todo un reto. Para ello, se lo ley¨® todo, su biograf¨ªa, la que escribi¨® Norman Mailer, los libros de Clark... "Me acostaba con ella", bromea. Y se despertaba con su voz, escuchando sus canciones y entrevistas. Y si en su infancia, en su Montana natal, un premonitorio p¨®ster de Marilyn decoraba su cuarto, ahora las fotograf¨ªas de su alter ego la envolvieron en todo momento durante seis meses. Adem¨¢s de sus pel¨ªculas. Especialmente Con faldas y a lo loco y Vidas rebeldes, sus preferidas. "Soy de pi?¨®n fijo. De las que solo pueden hacer una cosa a la vez, una extra?a bendici¨®n en este caso que me permiti¨® envolverme por completo en su agon¨ªa. Una obsesi¨®n de la que no me quer¨ªa separar para no perderla".
Adem¨¢s, Williams hizo posible un ingrediente imprescindible para este conjuro: los 10 millones de d¨®lares necesarios para la producci¨®n de la pel¨ªcula y que Weinstein financi¨® con tal de volver a trabajar con la musa que le abri¨® los ojos en Blue Valentine. La transformaci¨®n f¨ªsica de Williams le tom¨® a diario tres horas de maquillaje; aparte del lunar y la imprescindible peluca rubia platino, tuvo que echar mano de relleno. Lo comenta entre risas: "Ni engordando aumento donde me gustar¨ªa". Lo m¨¢s importante fue capturar esos momentos Marilyn, ese movimiento que la joven actriz describe como "nadar en miel" y que consigui¨® at¨¢ndose las rodillas con un cintur¨®n. "Me di cuenta de que se mov¨ªa en una serie fluida de poses. Fue modelo y sab¨ªa dirigir tu mirada donde pon¨ªa su mano", muestra con sus propios gestos, devolviendo a Marilyn por un instante al hotel Beverly Hilton de Los ?ngeles donde conversamos. "Supongo que algo he aprendido, a sentarme mejor, a moverme como una bailarina. Pero al final siempre regreso a m¨ª misma, alguien mucho m¨¢s t¨ªmida de lo que me gustar¨ªa ser a los 31", a?ade.
Williams lleva a?os luchando contra su timidez. Su pasi¨®n art¨ªstica naci¨® al ver su primera obra de teatro. Ten¨ªa nueve a?os. Desde entonces, nada la detuvo, ni los estudios (complet¨® en ocho meses tres a?os de escuela), ni su familia, de la que se emancip¨® legalmente a los 16 para mudarse a Los ?ngeles. Si en algo se parece a Marilyn es en ese af¨¢n de ser tomada en serio, especialmente durante sus comienzos como actriz de televisi¨®n. Los recuerda: "En aquellos tiempos, nadie estaba interesado en conocer mi opini¨®n o en darme una oportunidad como actriz; y yo era lo ¨²nico que quer¨ªa, que me tomaran en serio". Como Marilyn. Las cosas han cambiado mucho, m¨¢s de lo que ella misma pudo imaginar. "Nunca supe ver en m¨ª la energ¨ªa, la bravura necesaria para salir de esa burbuja de la que form¨¦ parte seis a?os y medio", comenta sobre Dawson's Creek.
Williams tambi¨¦n fue la chica de. En su caso, de Ledger. Pero si esta pareja fue el reflejo de la felicidad conyugal, su separaci¨®n y el posterior fallecimiento inesperado del actor solo signific¨® un alto en la vida de Williams, en su carrera. Con los paparazzi apostados a la puerta, una ni?a de poco m¨¢s de dos a?os que criar como madre soltera y el coraz¨®n partido, Williams pens¨® en dejarlo todo. La idea le atrajo. "Pero me di cuenta de que abandonar mi carrera ser¨ªa renunciar a una gran parte de m¨ª misma. ?Qu¨¦ otra cosa podr¨ªa hacer? Esta profesi¨®n tiene un precio, s¨ª, pero ?qu¨¦ no lo tiene?". As¨ª que la nueva musa se tom¨® un a?o sab¨¢tico, un nuevo comienzo, y empez¨® a reconstruir algo parecido a una vida. "Era una vida nueva, no la que quer¨ªa, pero me funcion¨®", admite ahora, sin querer incidir m¨¢s en el tema. Una vida que, como asegura, gira en torno a Matilda, su hija, que ahora tiene seis a?os. "Yo aprend¨ª a pedir ayuda. A apoyarme en mis amigos, en mi familia, en una taza de t¨¦, en un ba?o caliente, en la canci¨®n de un p¨¢jaro. En esas peque?as cosas. ?Tiene sentido lo que estoy diciendo?".
En la actualidad, Williams sabe apreciar cada buen momento que se le presenta. Como las oportunidades que ha tenido recientemente de trabajar con Leonardo DiCaprio, Gael Garc¨ªa Bernal y Ryan Gosling. "Esto es como el tenis. Necesitas un buen rebote". O momentos duros como los que le proporcionan sus ¨²ltimas pel¨ªculas. "S¨ª debe de existir una conexi¨®n masoquista, porque entro en lugares muy inc¨®modos y duros. Papeles que duelen. Me quejo con cada pel¨ªcula que he hecho en los ¨²ltimos cuatro o cinco a?os, pero vuelvo a hacerlo, as¨ª que me debe de gustar. Quiero que mi hija se sienta orgullosa y sepa que no estaba con ella por algo importante, que era necesario que hiciera lo que hac¨ªa. Claro que a este paso lo ¨²nico que me va a quedar es interpretar a Ch¨¦jov o Ibsen", remata con humor.
Una cadena de tragedias a punto de romperse con una Williams vestida de princesa de cuento de hadas para interpretar otra leyenda americana, El mago de Oz. En el largometraje de Sam Raimi, Oz: The great and powerful, Williams interpreta a Gilda, la bruja buena de esta nueva versi¨®n del cl¨¢sico de L. Frank Baum. Un mundo m¨¢gico, un paso m¨¢s en su carrera que le ayudar¨¢ a que, tras el a?o que le espera con Marilyn, Williams se imponga al personaje. "Por mucho que me pueda identificar con Marilyn Monroe, qui¨¦n no, s¨¦ que son muchos m¨¢s los puntos que nos diferencian. Sobre todo, porque yo tengo una familia, un lugar llamado casa. As¨ª que no corro el peligro de cometer sus mismos errores".
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