Theodore Forstmann, un tibur¨®n financiero con un lado tierno
Figura implacable en Wall Street, don¨® su fortuna a obras ben¨¦ficas
Ted Forstmann era un artista en el mundo de los negocios. Se dedicaba a comprar y vender grandes empresas como Gulfstream Aeroespace, Dr. Pepper o General Instruments, y lo intent¨® incluso con el gigante alimentario RJR Nabisco. Operaciones que le convirtieron en una de las grandes fortunas de EE UU, que acabar¨ªa donando a obras ben¨¦ficas.
Theodore Joseph Forstmann (Greenwich, Connecticut, 1940) muri¨® el 20 de noviembre en Nueva York, la ciudad que le vio crecer. Ten¨ªa 71 a?os y padec¨ªa c¨¢ncer. El magnate pudo tener una vida f¨¢cil de joven, de no ser porque su padre quem¨® la ingente fortuna familiar que hab¨ªa heredado: eso marc¨® su vida y su carrera. Con las apuestas al bridge pudo pagarse los estudios universitarios. Y sigui¨® la filosof¨ªa de que hay que devolver a la sociedad lo que te ha dado.
Hasta la pasada primavera fue presidente ejecutivo de IMG Worldwide, la agencia que adquiri¨® en 2004 por 750 millones de d¨®lares y que representa a deportistas como Tiger Woods, Roger Federer y Rafael Nadal. El pasado mayo, Forstmann cedi¨® los mandos de IMG a Mike Dolan a causa de su enfermedad.
IMG es la organizadora de la Semana de la Moda de Nueva York y otros eventos relacionados con el mundo de la pasarela, adem¨¢s de representar a las modelos Gisele Bundchen, Heidi Klum y Kate Moss. Pero el magnate fue, sobre todo, una figura prominente en Wall Street. En 1978 cre¨® con su hermano Forstmann Little, en cuyo registro aparecen una treintena de grandes operaciones.
Era astuto y un ferviente competidor, como cuando jugaba al tenis o al golf. Desde su oficina con vistas a Central Park orquest¨® el asalto de RJR Nabisco, puja que qued¨® en manos de su rival Henry Kravis. Y esa agresividad en su manera de hacer negocios fue representada en la gran pantalla por David Rasche en P¨¢nico en Wall Street, inspirada en el libro Barbarians at the gate, de Bryan Burrough y John Helyar.
Forstmann juntaba a inversores para hacerse con el control de compa?¨ªas cotizadas que estaban en dificultad, inyectarlas liquidez y reestructurarlas fuera de Wall Street. Una vez saneadas, las vend¨ªa enteramente o en partes para pagar deudas. Fue pionero en estas operaciones. En su legado queda la conferencia que cada septiembre re¨²ne en Aspen a intelectuales, pol¨ªticos, artistas y empresarios.
Es conocida en el parqu¨¦ neoyorquino su batalla contra el frenes¨ª de los bonos basura en los ochenta. Y fue de los primeros en culpar directamente a Alan Greenspan de inundar, desde la Reserva Federal, el sistema de liquidez para combatir el miedo generado por los ataques del 11-S. Y en esa defensa por seguir rutas ¨¦ticamente m¨¢s seguras al invertir, fue una voz muy cr¨ªtica contra los instrumentos financieros que incentivan el riesgo excesivo.
Forstmann ten¨ªa un h¨¦roe: el expresidente sudafricano Nelson Mandela, que particip¨® en una de las conferencias en Colorado. Tras una visita al Nobel adopt¨® a dos ni?os en Sud¨¢frica. Su nombre aparece tambi¨¦n en la lista de multimillonarios que primero se sumaron a la iniciativa filantr¨®pica The Giving Pledge, creada por Warren Buffett y Bill Gates, los dos hombres m¨¢s ricos de EE UU, para evitar que las fortunas se dejen en herencia.
El neoyorquino era un financiero particular, de los que no se aburr¨ªa y explotaba su imagen porque sab¨ªa que eso ayudaba tambi¨¦n a sus causas ben¨¦ficas, principalmente educativas. Nunca se cas¨®, pero tuvo conocidos romances de alfombra roja, como los de Diana de Gales o Elizabeth Hurley.
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