Berlioz y Prok¨®fiev

La historia de Romeo y Julieta vertebra estos d¨ªas la vida musical valenciana. Hizo su aparici¨®n el jueves en la versi¨®n de Berlioz, con la Orquesta del Palau de les Arts y el Cor de la Generalitat. Dirig¨ªa Valeri Guerguiev, que viaja con ellos para interpretarla en el Teatro Real (domingo 11). Al tiempo, la Orquesta y el Ballet del Teatro Marinski (antes Kirov) de San Petersburgo representan en Valencia el Romeo y Julieta de Prok¨®fiev (d¨ªas 10 y 11). Hoy, dirigidos tambi¨¦n por Guerguiev. Ma?ana tendr¨¢ la batuta Alex¨¦i Repnikov, mientras el titular marcha a Madrid.

En lo que respecta al pasado jueves, la obra de Berlioz se dio completa, incluyendo los episodios reservados al coro y a los solistas vocales. De la misma manera pudo verse en el Palau de la M¨²sica en 2002. La otra presentaci¨®n (extractos orquestales solamente), que es la m¨¢s habitual, se hizo en el a?o 2000, con Simon Rattle. Esta ¨²ltima, aun siendo incompleta, qued¨® muy grabada en el recuerdo por el colorido y la agitaci¨®n, muy peculiares, que presidieron el recorrido del drama.

Guerguiev, el d¨ªa 8, dio una visi¨®n m¨¢s convencional, aunque no exenta de emoci¨®n. El ajuste y empaste de coro y orquesta se antoj¨® inseguro al principio, pero despu¨¦s cobr¨® consistencia. As¨ª, una cuerda cuya precisi¨®n y sonido resultaron dudosos en el fugato inicial, se convirti¨® en pura seda durante la escena de amor. Tambi¨¦n impresionaron, por ejemplo, los solos de la madera, el aleteo del Scherzo de la Reina Mab, la suavidad del coro en el Cortejo f¨²nebre, el ostinato final de las flautas en este mismo n¨²mero, las interjecciones del clarinete solista contra la cuerda grave, la consistencia de las trompas o la tensi¨®n de los silencios en la escena de la tumba.

La mezzosoprano Ekaterina Gubanova estuvo delicada y expresiva, aunque con m¨¢s vibrato de la cuenta. Gust¨® la breve y luminosa intervenci¨®n del tenor (Kenneth Tarver). El papel m¨¢s dif¨ªcil le corresponde aqu¨ª al bajo, con pentagramas donde culmina la tragedia y donde tiene que hacerse o¨ªr por encima del coro y la orquesta. Cumpli¨® Mija¨ªl Petrenko, pero Guerguiev quiz¨¢ confundi¨®, en ese punto, el cl¨ªmax dram¨¢tico con los excesos del fortissimo.