Niebla en el canal: Gran Breta?a aislada
Vientos huracanados soplaron durante la noche del jueves en las islas brit¨¢nicas. Vientos de verdad, de m¨¢s de 130 kil¨®metros por hora. Pero la verdadera tormenta que se desarroll¨® esa noche en el canal fue pol¨ªtica, no meteorol¨®gica. Y esta vez, en contra de lo que dice el m¨¢s brit¨¢nico de los chistes, no es el continente el que se qued¨® aislado, sino Gran Breta?a.
Lo que pas¨® el jueves por la noche es un sue?o para los euroesc¨¦pticos brit¨¢nicos. Para los de verdad: para los que quieren que Reino Unido abandone la Uni¨®n Europea. Pero puede acabar siendo una pesadilla para el euroesc¨¦ptico medio, para aquel que preferir¨ªa que la UE no existiera pero que, ya que existe, lo que quiere es que sea lo m¨¢s brit¨¢nica posible.
La tormenta amenaza la estabilidad de la coalici¨®n de conservadores y liberales-dem¨®cratas
Para algunos analistas brit¨¢nicos, lo que pas¨® es m¨¢s significativo que el hecho de que Gran Breta?a se quedara en Maastricht fuera del euro y fuera del cap¨ªtulo social o que en su d¨ªa decidiera mantener los controles fronterizos a los viajeros procedentes de un pa¨ªs comunitario. A fin de cuentas, en el primer caso lo que obtuvieron los brit¨¢nicos fue el derecho a incorporarse cuando quisieran -y quisieron firmar el cap¨ªtulo social en 1997, al llegar los laboristas al poder- y en el segundo, el hecho de que haya que ense?ar el pasaporte al llegar a las islas es sobre todo un s¨ªmbolo cuyos efectos pr¨¢cticos son de perjuicio solo a quien viaja a la islas.
Esta vez es m¨¢s significativo porque muestra la voluntad brit¨¢nica de mantenerse al margen pero tambi¨¦n la de los continentales de hacer esa marginaci¨®n expl¨ªcita: sin cl¨¢usulas de opt-in o de opt-out, abriendo por primera vez el camino de un tratado para la gran mayor¨ªa, sin brit¨¢nicos y dem¨¢s esc¨¦pticos. No es un triunfo de los federalistas: es un triunfo para quienes, como Nicolas Sarkozy, David Cameron y tambi¨¦n de alguna manera Angela Merkel, creen sobre todo en la Europa de los Estados-naci¨®n.
Pol¨ªticamente, el aislamiento de Cameron en Bruselas puede tener muchas consecuencias internas. En t¨¦rminos de la relaci¨®n con Europa, encamina el debate hacia el terreno puro y duro de la pertenencia a la UE. ?Tiene sentido realmente seguir en la Uni¨®n Europea en lugar de quedarse fuera y mantener los v¨ªnculos econ¨®micos y comerciales? Pero, si es ese el caso, ?puede la City de Londres seguir siendo la plaza financiera de Europa si el pa¨ªs est¨¢ fuera de la UE? A fin de cuentas, Cameron ha justificado su oposici¨®n a las nuevas propuestas por temor a que acaben perjudicando a su industria financiera.
Los euroesc¨¦pticos van a magnificar a¨²n m¨¢s su campa?a a favor de un refer¨¦ndum sobre la pertenencia a la UE. El antieuropeo Daily Mail titula hoy su cr¨®nica sobre la cumbre con un significativo Por fin el primer ministro se pone duro con Europa y acompa?a esa cr¨®nica con un art¨ªculo en el que afirma que un 80% de los simpatizantes conservadores quieren ese refer¨¦ndum.
Y el debate europeo va llevar inestabilidad al Partido Conservador. Los euroesc¨¦pticos son ya casi la especie ¨²nica dominante, con el incombustible Ken Clarke como ¨²nico pol¨ªtico tory capaz de seguir defendiendo Europa en voz alta. Pero en la medida de que el debate se traslade de verdad a la pertenencia o no a la UE, han de surgir m¨¢s voces defendiendo ese v¨ªnculo.
La inestabilidad en el partido tory va a tener tambi¨¦n tintes personales. Ya los tiene. Gran parte de la intransigencia de Cameron esta madrugada se debe a que siente su liderazgo amenazado por la creciente hostilidad de los euroesc¨¦pticos. Un s¨ªntoma de esa debilidad es que su gran rival pol¨ªtico, el carism¨¢tico alcalde de Londres, Boris Johnson, ha olido sangre y se ha tirado a la yugular del primer ministro al defender en p¨²blico en v¨ªsperas de la cumbre que cualquier nuevo tratado que afecte a la soberan¨ªa de Gran Breta?a deb¨ªa ser sometido a refer¨¦ndum. Johnson no es m¨¢s eur¨®fobo que Cameron, pero tiene a¨²n menos escr¨²pulos pol¨ªticos.
La tormenta abre dudas tambi¨¦n sobre la estabilidad de la coalici¨®n de conservadores y liberales-dem¨®cratas que Gobierna el pa¨ªs, cuyo punto flaco siempre ha sido Europa porque los liberales son el partido brit¨¢nico m¨¢s proeuropeo. La cuesti¨®n europea no ten¨ªa importancia en la medida en que no hab¨ªa conflictos reales sobre la mesa. Eso se ha acabado.
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