Terra M¨ªtica, el mayor fiasco de la apuesta tur¨ªstica del Consell
El parque tem¨¢tico ha sido un negocio desastroso desde su apertura
Terra M¨ªtica, el gran parque tem¨¢tico que los empresarios de Benidorm le reclamaron a Eduardo Zaplana cuando era alcalde de la ciudad, no ha podido salvarse de la crisis y la nefasta gesti¨®n de la Generalitat, propietaria del 22,3% de sus acciones. Asfixiado por las deudas desde que abri¨®, el Consell se ha rendido a la evidencia y ha entregado el complejo de ocio a una empresa privada. A cambio, los accionistas que fueron embarcados en el ruinoso negocio por el tambi¨¦n expresidente de la Generalitat recibir¨¢n del comprador, la empresa Ocio y Parques Tem¨¢ticos, 65 millones de euros con los que vendr¨¢n a cubrir la deuda acumulada por el parque desde que se levant¨® la suspensi¨®n de pagos. Lo que fue concebido como el mascar¨®n de proa del turismo valenciano ha acabado sumergido en su proceloso viaje con un lastre de centenares de millones de euros.
?Y qu¨¦ compran sus nuevos due?os? De entrada, una empresa que en el balance de 2009, ¨²ltimo a?o cuyas cuentas est¨¢n inscritas en el Registro Mercantil, ten¨ªa un capital escriturado de 197 millones de euros y terrenos, construcciones e instalaciones t¨¦cnicas por un valor de 213 millones. ?Una bicoca? Ni mucho menos. Entre 2006 y 2009 acumul¨® p¨¦rdidas por importe de 47 millones (15,76 y 16,49 los dos ¨²ltimos a?os, respectivamente) y su facturaci¨®n, en ca¨ªda libre, pas¨® de 23,85 millones en 2008 a 18,11 en 2009 como consecuencia del descenso de visitantes. Solo el gasto de personal de ese ¨²ltimo ejercicio super¨® los 10 millones de euros para una plantilla de 449 trabajadores -que lleg¨® a ser de 652 en 2007-.
La gesti¨®n de sus directivos convirti¨® a Terra M¨ªtica en un polo de atracci¨®n de esc¨¢ndalos y noticias negativas. Lo que Benidorm gan¨® en promoci¨®n con el parque fue abocado, en paralelo, a un sumidero de sospechas de oscuros manejos en la compraventa del suelo donde se asent¨® el complejo y de su entorno, de estrafalarias contrataciones y comisiones por doquier, de una trama de facturas falsas por trabajos nunca realizados o para defraudar a Hacienda, y acusaciones de haber convertido el parque en una agencia de colocaci¨®n de enchufados del entorno de su impulsor, Eduardo Zaplana. El derroche de dinero alcanz¨® cotas dif¨ªcilmente superables. Tanto, que de un presupuesto para su construcci¨®n de 240 millones, el parque acab¨® costando 376.
La sociedad se constituy¨® en 1998 con un capital social de seis millones de euros, pero los accionistas tuvieron que desembolsar otros 204 millones en siete ampliaciones de capital hasta 2002. Las sucesivas p¨¦rdidas llevaron al parque a acumular en 2003 un fondo de maniobra negativo de 91 millones y deudas por pr¨¦stamos impagados a las cajas por importe de otros 53.
En mayo del a?o siguiente, el consejo de administraci¨®n present¨® suspensi¨®n de pagos, asfixiado por las reclamaciones, incluso judiciales, de centenares de proveedores. Previamente, en enero, hab¨ªa realizado una operaci¨®n acorde¨®n, que redujo el capital en 100 millones de euros para ampliarlo posteriormente en 50 m¨¢s. En 2007 volvi¨® a reducir capital en 56 millones, que luego ampli¨® en otros 92. En total, los accionistas de Terra M¨ªtica han aportado 345 millones de euros de capital social.
Para levantar la suspensi¨®n de pagos a finales de 2006, las cajas valencianas y otras empresas redujeron su deuda a la mitad y capitalizaron el resto en acciones, lo mimo que la Generalitat, que adem¨¢s le dio cinco a?os de plazo para devolver 22,7 millones sin intereses. Desde entonces, el Consell y las cajas acumulan m¨¢s de dos tercios del capital social de la empresa. Adem¨¢s, la subasta de 216.000 metros de su suelo de reserva que se qued¨® Enrique Ortiz por 85 millones de euros posibilit¨® que los dos a?os siguientes el parque tuviera beneficios operativos. Una quimera. Cuando consumi¨® la inyecci¨®n de capital, volvi¨® a las p¨¦rdidas.
Para justificar la inversi¨®n, Zaplana pidi¨® cuantos informes fueron necesarios. La cifra m¨¢gica que se buscaba era la de los tres millones de visitantes anuales. La Economic Research Associates dio una previsi¨®n de entre 1,1 y 1,5 millones de visitas. Baker Leisure Group predijo dos millones. Tampoco llegaba. Finalmente, Price Waterhouse, la firma que asisti¨® a Terra M¨ªtica en su estudio de viabilidad, lleg¨® a la cifra que justificaba la inversi¨®n de 270 millones de euros.
Pero los tres millones de visitantes previstos se quedaron al cierre del a?o pasado en 520.000, un 20% menos que en el ejercicio anterior. Ese a?o el Consell asumi¨® definitivamente su fracaso y decidi¨® traspasar la gesti¨®n de Terra M¨ªtica a manos privadas. En julio de 2010, los due?os de Aqualandia-Mundomar asumieron el control por un canon anual que cubr¨ªa los intereses de la deuda y la opci¨®n de compra ahora ejercida.
Gesti¨®n de los fondos europeos
Uno de los mayores desprop¨®sitos en la gesti¨®n del parque Terra M¨ªtica fue tener que devolver 14,5 millones de ayudas europeas que recibi¨® en 1999 a fondo perdido, m¨¢s otros seis millones de intereses de demora y recargo de apremio. La mala gesti¨®n de aquellos fondos desemboc¨® en una factura millonaria. Y, adem¨¢s, para garantizar la devoluci¨®n aplazada de la suma, Terra M¨ªtica tuvo que constituir un derecho real de prenda sobre algunas atracciones por importe de 22,45 millones.
En marzo de 2007, la Comisi¨®n Delegada del Gobierno para Asuntos Econ¨®micos resolvi¨® declarar el incumplimiento total de las condiciones establecidas para el disfrute de los incentivos regionales por parte del parque y acord¨® la devoluci¨®n al Tesoro P¨²blico de los 14,5 millones recibidos, m¨¢s 2,56 millones de intereses. El recurso de Terra M¨ªtica acab¨® cost¨¢ndole un recargo de apremio de 3,43 millones.
A 31 de diciembre de 2009, en el informe de auditor¨ªa de Terra M¨ªtica todav¨ªa figuraban atracciones por un valor contable de 29,5 millones de euros, aunque todas ellas estaban pignoradas en garant¨ªa de pagos aplazados ante organismos p¨²blicos. El parque no ha dejado de estar atrapado en sus defectos. Ocio y Parques Tem¨¢ticos se encontr¨® con contratos blindados y una plantilla sobredimensionada, aunque con un comit¨¦ de empresa organizado. Un primer expediente de regulaci¨®n de empleo liquid¨® los sueldos m¨¢s altos y los contratos blindados, pero el segundo, que pretend¨ªa el despido de 142 empleados, no ha sido autorizado por Trabajo. El convenio colectivo est¨¢ denunciado y unos 120 trabajadores han presentado demandas. Y el ex director general, Juan Jos¨¦ de Torres, reclama en el juzgado casi 400.000 euros por su despido.
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