'Amiguito del alma'
La peligrosa relaci¨®n de Francisco Camps con ?lvaro P¨¦rez, alias El Bigotes, destacado miembro de la trama G¨¹rtel, acaba con el expresidente valenciano en el banquillo de los acusados por un delito continuado de cohecho pasivo. Ma?ana empieza el juicio en ValenciaCamps afirma que abon¨® las prendas con su dinero. Anticorrupci¨®n aportar¨¢ pruebas que contradicen la versi¨®n del expresidente
Nochebuena de 2008. Son las 21.43 en la vivienda familiar del entonces presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps. Suena el tel¨¦fono m¨®vil del molt honorable. Una voz con tono reverencial saluda al otro lado de la l¨ªnea: "Presidente". Camps reconoce la voz al instante. Y se muestra contento: "Feliz Navidad, amiguito del alma". Su interlocutor es ?lvaro P¨¦rez, El Bigotes, jefe de la trama G¨¹rtel en la Comunidad Valenciana. Quiere felicitar personalmente las fiestas a su amigo, en ese momento uno de los pol¨ªticos con mayor peso en el PP.
?lvaro P¨¦rez. Oye... que te sigo queriendo mucho.
Francisco Camps. Y yo tambi¨¦n... ten¨ªa que haberte llamado, te quer¨ªa haber llamado, para contarte todo (...). Pero sobre todo para decirte que te quiero un huevo.
Cuando Rajoy se proclame presidente del Gobierno, Camps llevar¨¢ ocho d¨ªas en el banquillo de los acusados
La plana mayor de la red G¨¹rtel, encabezada por Correa, desfilar¨¢ ante el tribunal. Ir¨¢n en calidad de testigos
Ninguno de los dos imagin¨® entonces, ni por lo m¨¢s remoto, que una unidad de ¨¦lite de la polic¨ªa, la brigada central de blanqueo de capitales, la UDEF, estaba grabando la conversaci¨®n por orden del juez Baltasar Garz¨®n. No segu¨ªan los pasos de Camps, pero s¨ª llevaban meses tras los de El Bigotes.
Sin buscarlo, los agentes pronto se dieron cuenta de que aquella conversaci¨®n les permitir¨ªa atar muchos cabos. El Bigotes era miembro destacado de una trama de corrupci¨®n, la red G¨¹rtel, en la que el juez Garz¨®n hab¨ªa puesto en su lupa. Informes policiales, testimonios y grabaciones de sobremesa indicaban que la red ocultaba decenas de millones de euros en el extranjero, y que era la tapadera de una organizaci¨®n que ten¨ªa sobornados a una veintena de altos cargos p¨²blicos que, a su vez, le facilitaba pelotazos urban¨ªsticos o contratas p¨²blicas a dedo y ama?ados. Dinero que sal¨ªa de administraciones p¨²blicas gobernadas por el PP en Madrid y Valencia.
La conversaci¨®n entre Camps y El Bigotes permiti¨® a los agentes de la UDEF hacerse sus propias c¨¢balas. ?Por qu¨¦ una parte nada desde?able del dinero opaco recaudado por la trama desde 2004 y hasta finales de 2008 lo hab¨ªa generado Orange Market, la filial de las sociedades G¨¹rtel en Valencia? Al frente de Orange Market, El Bigotes, un personaje clave en una trama dif¨ªcil de desmadejar. Era un tinglado compuesto por una veintena de sociedades tejidas o con ramificaciones en una docena de para¨ªsos fiscales del planeta por abogados expertos en el lavado de dinero turbio.
Con la llegada de Mariano Rajoy a la sede central del PP en la calle G¨¦nova, y la salida de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el negocio del jefe de la red G¨¹rtel, Francisco Correa, cay¨® en desgracia. La trama crey¨® encontrar un nuevo man¨¢ en Valencia. Y reactiv¨® Orange Market. Con El Bigotes de jefe. Entonces ten¨ªa un generoso y cuidado bigote, aunque ¨²ltimamente lo ha borrado de su rostro.
Sobrino del humorista Andr¨¦s Pajares, ?lvaro P¨¦rez era un buen gancho para Valencia. Con un lenguaje fluido, seductor y a veces hasta c¨®mico, que no escatima elogios. Y m¨¢s si el receptor tiene poder: "Tu caudal de palabras, tu facilidad de palabra... Te quiero mucho a ti y a tu familia. ?Vale?", lisonje¨® a Camps en su llamada de Nochebuena, despu¨¦s de que el molt honorable le rectificase un comentario acerca de la lealtad.
La idea de potenciar una filial de G¨¹rtel en Valencia la desarrolla Correa cuando intuye los ingresos que puede generar a la red la aparente buena relaci¨®n que mantiene El Bigotes con el hombre m¨¢s poderoso de una de las comunidades m¨¢s ricas de Espa?a. Camps y ?lvaro P¨¦rez se conocieron a?os antes en Madrid, en 2002, en actos del partido, seg¨²n reconoce el expresidente en un escrito judicial. Camps comenz¨® a gobernar Valencia, y El Bigotes sigui¨® su estela. "Era un pelota con quienes pod¨ªan darle trabajo y un colega con sus iguales, pero iba de jefe con los inferiores", le define alguien que le conoci¨® como compa?ero en las empresas de la red.
El jefe de la trama exalta ante sus compinches las dotes de relaciones p¨²blicas de su hombre en Valencia. A veces le llama Alvarito. En una de las grabaciones interceptadas, Correa recuerda c¨®mo el mism¨ªsimo Alejandro Agag, yerno del expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, le pidi¨® a El Bigotes para el servicio de su suegro. As¨ª lo cuenta Correa a su interlocutor: "Me dijo Alejandro, ponle para que lleve los actos del presidente , y yo le dije: ?pero t¨² est¨¢s loco?, uno que viene del mundo de Pajares... Bueno, pues lo pusimos y Ana Botella
[esposa de Aznar y posible pr¨®xima alcaldesa de Madrid] se enamor¨® de ¨¦l, en el buen sentido, le encant¨®, y empez¨® a trabajar con ¨¦l y tuvo un ¨¦xito tremendo hasta que lleg¨® Mariano [Rajoy]".
En esa conversaci¨®n, el jefe de la trama, gustoso de que le llamasen don Vitto (emulando al personaje que escenifica Marlon Brando en la pel¨ªcula de Coppola El Padrino), afina sobre la relaci¨®n entre El Bigotes y el entonces jefe del Gobierno valenciano. "Cuando dej¨® de trabajar para Mariano Rajoy, Paco Camps se lo ha llevado a Valencia", apunta Correa, "y trabaja y le hace las campa?as a Paco Camps".
Entre 2004 y finales de 2008, El Bigotes hizo algo m¨¢s que alguna campa?a para el PP valenciano. Consigui¨® unas 40 contratas p¨²blicas, casi todas a dedo, de la Administraci¨®n valenciana. Casi ocho millones de euros. El balance de Orange Market creci¨® como la espuma. ?De d¨®nde sal¨ªa el dinero? Obtuvo un trato de favor, no solo de los actos del PP regional, tambi¨¦n de algunas consejer¨ªas del Gobierno valenciano. Por ejemplo, de la de Turismo, como constata el sumario.
?A cambio de qu¨¦? Quiz¨¢ por sus vinculaciones y simpat¨ªas con el PP, posiblemente por su capacidad seductora, y seguramente "porque hac¨ªa regalos a diestro y siniestro a altos cargos p¨²blicos con capacidad de decidir concursos", seg¨²n fuentes policiales. A veces eran simples detalles, un buen vino, una cesta; pero otras, seg¨²n el nivel del receptor, pod¨ªan ser relojes, trajes, joyas, bolsos.
Tras un primer a?o malo, la facturaci¨®n de Orange Market creci¨® espectacularmente. Y se convirti¨® en la envidia de otras empresas del sector que ve¨ªan c¨®mo, por ejemplo, las mieles econ¨®micas de la instalaci¨®n del estand de Valencia en Fitur se las beb¨ªa Orange Market a?o tras a?o. Aunque la suya no fuera la mejor oferta, y ocurri¨® en la edici¨®n de 2008, Orange Market se adjudicaba siempre el evento. Salpicada por este asunto ha salido la exconsejera de Turismo del entonces Gobierno de Camps, Milagrosa Mart¨ªnez, La Perla, por aceptar supuestamente de El Bigotes un reloj valorado en 2.400 euros.
De una u otra forma, Orange Market se convirti¨® en la firma de cabecera del PP valenciano: le organizaba todos sus actos. Y si iba Rajoy en campa?a a la capital del Turia, tambi¨¦n. Mientras El Bigotes se jactaba de su amistad con el molt honorable, mes tras mes se elevaban las cuentas de resultados de Orange Market. S¨ª, las cuentas. Porque llevaba una doble contabilidad. La opaca, al fisco; la caja B, eufem¨ªsticamente llamada Barcelona, frente a la oficial, Alicante.
?Cabe atribuir el ¨¦xito de Orange Mark a la amistad de El Bigotes con Camps? S¨ª y no. Seducido el jefe, se preocup¨® de que los subordinados supieran de su proximidad con ¨¦l. Eso le abr¨ªa despachos. Y todo ello adobado con regalos por doquier y mucho lisonjeo.
7 de enero de 2009, d¨ªa siguiente al de los Reyes Magos. De nuevo suena el tel¨¦fono en la vivienda familiar del molt honorable, a las 22.38.
"Con el m¨ªo te has pasado 20 pueblos", suelta Isabel Bas, la mujer de Francisco Camps, a El Bigotes abrumada por lo caro de su regalo, tras pasarle el m¨®vil su marido. Una pulsera de oro para la hija; un bolso para Isabel Bas. En la grabaci¨®n consta c¨®mo Bas le advierte que lo va a devolver... El Bigotes le habla con zalamer¨ªas y r¨ªe los comentarios de la primera dama valenciana.
Antes que con ella, El Bigotes habl¨® con Camps a trav¨¦s del mismo m¨®vil.
"?Has le¨ªdo el tarjet¨®n? ?F¨ªjate si te debo!", coment¨®.
"?Qu¨¦ le debe este se?or a usted?", preguntar¨ªa a Camps meses despu¨¦s Jos¨¦ Flors, el juez instructor del caso de los trajes.
"La idea de una Comunidad fuerte y un PP muy fuerte...", respondi¨®.
En su encuentro con Camps, el juez Flors indag¨® sobre los trajes. Esos que tantos disgustos le han dado desde entonces y por los que se sentar¨¢ en el banquillo desde ma?ana ante un jurado formado por nueve vecinos de Valencia. Est¨¢ acusado de un delito de cohecho continuado pasivo. Es decir, por haber aceptado como regalo, seg¨²n la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, "12 trajes, 4 americanas, 5 pares de zapatos y 4 corbatas" por valor de 14.021 euros de la trama G¨¹rtel a trav¨¦s de El Bigotes.
Existe un art¨ªculo en el C¨®digo Penal, el 426, que tipifica como cohecho pasivo que una autoridad o funcionario acepte regalos de ciudadanos. A esto se agarraron Garz¨®n, las fiscales anticorrupci¨®n y los jueces Antonio Pedreira y Jos¨¦ Flors para entender que los regalos de El Bigotes a Camps en trajes constitu¨ªan un delito. Aunque fuera a cambio de nada.
Cuando estall¨® el esc¨¢ndalo de los trajes, all¨¢ por febrero de 2009, Camps se apresur¨® a decir que todo era un montaje y asegur¨® que ¨¦l se pagaba sus trajes. De su propio dinero, y que ten¨ªa unas ganas "locas, locas" de aclararlo todo ante los tribunales. Luego se encerr¨® en s¨ª mismo y evit¨® toda pregunta relacionada con los trajes o el caso G¨¹rtel.
Pero el esc¨¢ndalo ya estaba en la calle. E irradiaba con fuerza en G¨¦nova, con un Mariano Rajoy que prefer¨ªa hablar de la crisis econ¨®mica antes que explicar la retah¨ªla de turbias actividades que hab¨ªa generado la red G¨¹rtel en su entorno.
Camps se autoconvenci¨® de que el esc¨¢ndalo G¨¹rtel iba a m¨¢s y que ¨¦l tambi¨¦n estaba en la diana del hurac¨¢n judicial cuando en Madrid, epicentro de la red, se desat¨® una aut¨¦ntica cascada de dimisiones de altos cargos del PP: cuatro alcaldes de grandes poblaciones, tres diputados, un consejero del Gobierno de Esperanza Aguirre, un diputado nacional, un senador...
Y tambi¨¦n le preocup¨® conocer, a trav¨¦s de EL PA?S, que los tent¨¢culos de su "amiguito del alma", y por extensi¨®n de la trama G¨¹rtel, hab¨ªan robado presuntamente casi tres millones de euros, en comisiones del presupuesto de actos de la visita que gir¨® Benedicto XVI a Valencia en 2006. Un saqueo en toda regla, seg¨²n revelan los informes policiales que analizan la operaci¨®n. Urdida supuestamente por El Bigotes y su amigo Pedro Garc¨ªa, ex director general de Canal 9, la televisi¨®n p¨²blica de Valencia.
Pero lo que finalmente ha atrapado en la noria judicial a Camps no son las comisiones de la visita del Papa, ni siquiera el caso de financiaci¨®n ilegal del PP de Valencia descubierto por los investigadores de la trama G¨¹rtel. Ning¨²n juez le ha ligado con estos asuntos. Su calvario son los trajes, por los que la fiscal¨ªa anticorrupci¨®n le pide una multa de 41.250 euros.
Camps no estar¨¢ ma?ana solo ante el jurado popular que le juzgar¨¢ por cohecho continuado pasivo. La misma pena de multa pide Anticorrupci¨®n para el que fuera su n¨²mero dos en el PP de Valencia, Ricardo Costa. Ambos compartir¨¢n banquillo. Los dos por aceptar trajes de El Bigotes.
Hermano de Juan Costa, exministro de Aznar, Ricardo so?aba entrar en el Gobierno de Camps, que por entonces hab¨ªa logrado dos mayor¨ªas absolutas. Era secretario general del PP, pero ansiaba un puesto m¨¢s relevante. Y sab¨ªa de la amistad de El Bigotes con el presidente. El 27 de diciembre de 2008, seg¨²n las grabaciones interceptadas a la red, Costa le telefone¨® para preguntarle si iba a cenar con "este" [en referencia a Camps] y le pidi¨® que le enchufara y le nombrasen consejero.
?lvaro P¨¦rez. Lo ten¨ªa previsto.
Ricardo Costa. (...) Es que como secretario general le puedo ser m¨¢s ¨²til si me pusiera en el Gobierno.
Que el n¨²mero dos del PP valenciano interceda ante El Bigotes para un asunto as¨ª da idea de la amistad real que, se supun¨ªa, le un¨ªa con ¨¦l. O, al menos, de lo bien que la hab¨ªa vendido. Solo El Bigotes sabe si lleg¨® a recomendarlo. Ya que Costa sigui¨® como secretario general del PP, envuelto tambi¨¦n en las llamas de un caso G¨¹rtel que no cejaba de levantar humaredas.
Dos meses despu¨¦s de revalidar en mayo pasado su mayor¨ªa absoluta al frente del Consell, Camps arroj¨® la toalla y dimiti¨®. Fue el pasado 20 de julio, solo d¨ªas despu¨¦s de que el juez Flors decidiese sentarlo en el banquillo por cohecho pasivo continuado. Argument¨® que quer¨ªa tener tiempo para preparar su defensa. Manten¨ªa, y mantiene, que los trajes los pag¨® ¨¦l de su bolsillo, del dinero en efectivo que genera la farmacia de su esposa en Valencia. En la sede de G¨¦nova era inasumible tener un presidente acusado de cohecho impropio en el banquillo que pudiera entorpecer el camino de Rajoy a La Moncloa, allanado por la crisis econ¨®mica.
Costa no lleg¨® a consejero, perdi¨® la secretar¨ªa general por sus contactos con El Bigotes y hoy solo es diputado regional
Cuando Rajoy instale su mayor¨ªa absoluta en La Moncloa, el pr¨®ximo d¨ªa 19, el l¨ªder auton¨®mico que m¨¢s se volc¨® con ¨¦l -tras surgir un grupo de dirigentes del PP encabezados por Esperanza Aguirre que trat¨® de ponerle la zancadilla en 2008- llevar¨¢ ocho d¨ªas sentado en el banquillo, respondiendo ante un jurado. Le perjudica, con vistas al veredicto, que dos antiguos altos cargos de su Gobierno (el exvicepresidente V¨ªctor Campos y el ex asesor jefe de Turismo, Rafael Betoret) hayan reconocido ante el tribunal que El Bigotes s¨ª les regal¨® a ellos los trajes. Si lo hubieran negado, ma?ana estar¨ªan sentados con Camps. La estad¨ªstica puede beneficiarle: los valencianos, de entre los que se han extra¨ªdo los miembros del jurado, le han dado mayor¨ªa absoluta tres veces consecutivas.
La plana mayor de la red G¨¹rtel desfilar¨¢ por el juicio. Esta vez como testigos. Empezando por Don Vitto / Correa, que a¨²n sigue en la c¨¢rcel en constantes enfados por escrito con el juez de Madrid que ha instruido el tronco principal del caso G¨¹rtel, Antonio Pedreira. El juez le ha negado nueve veces la libertad provisional porque teme que pueda huir en busca de los millones que presuntamente oculta en el extranjero. Siguiendo por Pablo Crespo, lugarteniente en la trama, que sigue preso. Y c¨®mo no, Alvarito, El Bigotes. El hombre de la voz reverencial que llam¨® a casa de Camps la Nochebuena del 24 de diciembre de 2008, a las 21.43, y oy¨® al honorable llamarle "amiguito del alma".
El jurado se retirar¨¢ a deliberar la v¨ªspera de esta pr¨®xima Nochebuena. Habr¨¢n pasado casi tres a?os desde la llamada. Y ha llovido mucho.
Un juicio de 19.000 folios y 56 tomos
? El juicio contra Francisco Camps, expresidente de la Generalitat de Valencia,y el exsecretario general del PP en esa comunidad, Ricardo Costa, por el caso de los trajes se inicia ma?ana, d¨ªa 12, a las 10.00 en la sede del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana. Lo presidir¨¢ el magistrado Juan Climent
? Est¨¢ previsto que se celebre en sesiones de lunes a viernes, hasta el pr¨®ximo d¨ªa 23, para desentra?ar un sumario que ocupa 56 tomos con unos 19.000 folios de diligencias.
? El lunes se constituir¨¢ el jurado. Elegido al azar entre vecinos de Valencia. Tras una criba inicial, deben comparecer ante el tribunal al menos 26 de los posibles candidatos. Hasta que queden nueve, m¨¢s dos suplentes. Por eso se producir¨¢ otra purga por parte de las defensas y de la acusaci¨®n. Por Anticorrupci¨®n intervendr¨¢n las fiscales Miriam Segura y Concepci¨®n Sabadell.
? Los elegidos para el jurado cobrar¨¢n dietas por ser miembros del mismo mientras dure la vista y estar¨¢n escoltados por la polic¨ªa para que nadie les inquiete en su labor, incluso fuera de las sesiones del juicio.
? Constituido el jurado, empezar¨¢n las declaraciones de los dos acusados, Francisco Camps y Ricardo Costa. La previsi¨®n es que el martes, d¨ªa 13, se inicien las declaraciones testificales, que llevar¨¢n toda la semana, hasta el viernes.
? Los informes periciales (polic¨ªas, miembros de la Agencia Tributaria...) se iniciar¨¢n el lunes 19 de diciembre. Entre peritos y testigos, el tribunal ha citado a un centenar de personas.
? A partir del d¨ªa 20, los abogados empezar¨¢n a esbozar sus conclusiones definitivas. La intenci¨®n es que el juicio concluya el 23 de diciembre, v¨ªspera de Nochebuena. Y que el jurado comience sus deliberaciones, culpable o inocente, ese mismo d¨ªa. -
?Qui¨¦n pag¨® los trajes?
La cuesti¨®n nuclear de la vista que se celebra desde ma?ana en Valencia contra el expresidente Francisco Camps por cohecho continuado, se centrar¨¢ en si acept¨®, o no, trajes de la trama G¨¹rtel en funci¨®n de su cargo p¨²blico. Lo de la financiaci¨®n ilegal y el saqueo en la visita del Papa a Valencia llevan un cauce diferente. No es lo que se juzga ahora.
El abogado de Camps, Javier Boix, trazar¨¢ previsiblemente la defensa en que su cliente pag¨® en met¨¢lico sus trajes, con dinero de la farmacia de su esposa, y que no se los regal¨® la red G¨¹rtel. Tambien tratar¨¢ de ensombrecer y quitar credibilidad a los testimonios de Jos¨¦ Tom¨¢s, el sastre de Camps, que mantiene que el expresidente nunca aport¨® "ni una peseta" para abonar las prendas que le confeccion¨®, sino que lo hizo El Bigotes a trav¨¦s de la red G¨¹rtel.
Enfrente, Camps tendr¨¢, adem¨¢s del abogado que representa al PSOE de Valencia, a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, que dispone de toda una bater¨ªa de pruebas incriminatorias que avalan lo reiterado por el sastre Jos¨¦ Tom¨¢s. Fue Isabel Jord¨¢n, administradora de una de las empresas del cabecilla de G¨¹rtel, Francisco Correa, la que sac¨® a relucir por primera vez la existencia de un apunte contable por importe de 30.000 euros relativo al abono de trajes. Pregunt¨® al contable Javier Nombela y este confes¨® que ese dinero correspond¨ªa a trajes pagados al presidente de la Comunidad Valenciana y otros pol¨ªticos del PP. Jos¨¦ Tom¨¢s lo aval¨® despu¨¦s y el sumario, a juzgar por la instrucci¨®n, as¨ª parece acreditarlo.
En enero de 2009, a solo unas semanas de las detenciones que se avecinaban, con la polic¨ªa estrechando el c¨ªrculo sobre la red G¨¹rtel, El Bigotes mantuvo la siguiente conversaci¨®n con Correa sobre los trajes. Se le notaba nervioso. "Yo no le he regalado ning¨²n traje a ese hombre, al curita [como llamaban a Camps]. Yo he comprado trajes a su medida porque cuando hemos hecho una sesi¨®n de fotos se lo ha puesto y luego me lo ha devuelto". Sin embargo, alguien miente. Cuando Camps fue interrogado por el juez Flors sobre si hab¨ªa recibido regalos de trajes nunca dijo que el Bigotes le hubiese prestado prendas. Y explic¨® que ?lvaro P¨¦rez le coment¨® en alguna reuni¨®n que conoc¨ªa "a alguien en una tienda en Madrid que ten¨ªa sastrer¨ªa industrial (...) a muy buen precio. Un d¨ªa de los que fui por Madrid, me acerqu¨¦ a la tienda y conoc¨ª al se?or Tom¨¢s".
Juez Flors. ?Y adquiri¨® usted all¨ª alguna prenda de vestir, en este establecimiento llamado Milano?
Camps. En este establecimiento no adquir¨ª ninguna prenda. No hubo manera de que ninguna de las prendas (...) me viniese bien.
J. Despu¨¦s de este incidente, parece ser que usted tambi¨¦n fue a otra tienda regentada por el mismo se?or, que se llama Forever Young, donde al parecer tambi¨¦n encarg¨® prendas de vestir.
C. Quien me llam¨® fue Tom¨¢s, me dijo que hab¨ªa cambiado de tienda, que estaba en un lugar fenomenal en el paseo de la Castellana, que, por favor, me pasara por all¨ª, que estaba llamando a clientes de la anterior tienda, que hab¨ªa comprado un sistema de confecci¨®n industrial, no de sastrer¨ªa, que el precio de los trajes ser¨ªa interesante. Y all¨ª aparec¨ª, a finales de 2006. Yo le llev¨¦ un traje m¨ªo, de los que tengo de sastrer¨ªa, para ver si lo pod¨ªa mirar, para no perder tiempo otra vez con la chaqueta, el pantal¨®n, etc¨¦tera. Bueno, me hizo dos trajes en aquel momento, y luego fui a recogerlos, debi¨® de ser a principios del 2007, recog¨ª los trajes, le pagu¨¦ al se?or Tom¨¢s los trajes y me volv¨ª.
J. ?Los pag¨® en efectivo?
C. S¨ª.
J. (...) ?Ha comprado usted o ha encargado alguna otra prenda de ropa en Forever Young?
C. S¨ª, s¨ª, s¨ª. Cuando esos dos trajes ya me ven¨ªan, unos trajes tambi¨¦n relativamente baratos, pues fui por la tienda, recog¨ª los trajes y me dijo: mira, si te parece, como la cosa va funcionando, bueno ahora le hemos cogido el aire, no s¨¦ cuantos... Al final termin¨¦ encargando un tercer traje.
J. ?C¨®mo satisfizo usted el importe de este traje?
C. En efectivo.
J. (...) Y aparte de estas prendas. ?Ha adquirido usted alguna otra cosa en 2007 y 2008?
C. En el 2007, zapatos, que eran muy bonitos y estaban a muy buen precio.
J. ?Y eso tambi¨¦n lo abon¨® en efectivo?
C. S¨ª, en efectivo. -
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