Una imposible resignificaci¨®n
El 25 de enero de 1942 realiz¨® el general Franco una visita a la abad¨ªa benedictina de Montserrat. All¨ª, el abad mitrado, Antoni Maria Marcet, rodeado de obispos y superiores de ¨®rdenes religiosas, lo recibi¨® como "instrumento de la Providencia", agradeciendo a sus ej¨¦rcitos, victoriosos "contra la furia de sus enemigos", la devoluci¨®n a los monjes de "sus templos y hogares y con ellos el ejercicio de los derechos de cristianos y espa?oles". Franco, entronizado en la bas¨ªlica bajo palio y en loor de multitud, record¨® la Cruzada y mostr¨® su alegr¨ªa por haber liberado "a Espa?a de las hordas rojas".
De nuevo bajo palio, de nuevo rodeado de cardenales, obispos y monjes, de nuevo en loor de multitud, el 1 de abril de 1959, Franco visit¨® otra abad¨ªa benedictina, reci¨¦n construida en roca viva, bajo una cruz colosal erigida a la memoria de los ca¨ªdos en la Cruzada. All¨ª, ante otro abad mitrado, Justo P¨¦rez de Urgel, y su ilustre y nutrida audiencia, sentenci¨® una vez m¨¢s: "La anti-Espa?a fue vencida y derrotada".
El Valle de los Ca¨ªdos nunca ser¨¢ un monumento a la reconciliaci¨®n
Y ahora, tantas d¨¦cadas despu¨¦s de tan gloriosas efem¨¦rides, una comisi¨®n de expertos propone a un gobierno en funciones, incapaz de resolver por s¨ª mismo el futuro de aquel horror de monumento, que negocie con la Iglesia cat¨®lica el traslado del cad¨¢ver del general all¨ª enterrado, de manera que se proceda a "resignificar" todo el conjunto monumental como lugar de reconciliaci¨®n y de memorias compartidas. Donde los fundadores erigieron un monumento a la gloria de los que dieron su vida por Dios y por Espa?a, los expertos, previo el obligado trabajo de resignificaci¨®n, quieren fundar, "sin destruir ni cambiar nada", un Memorial a las v¨ªctimas de "los dos bandos".
?Puede dotarse a una gigantesca cruz sobre una enorme bas¨ªlica de un significado no ya distinto sino contrario a lo que en s¨ª misma significa? ?Cabe la "relectura" de un monumento extrayendo de ¨¦l un sentido contrario al que se deriva de su texto en piedra? Los expertos dicen que s¨ª, porque "como no son las piezas, los soportes, quienes poseen la fuerza comunicativa sino el relato que emana de su fundaci¨®n, lo que procede es un discurso que desvele el significado global del proyecto".
O sea, las piezas y sus soportes, la colosal cruz y la bas¨ªlica, son mudas, no dicen nada; lo que importa no es lo que en s¨ª mismas significan, sino el relato que acompa?¨® su fundaci¨®n. Cambiemos, pues, de relato, y cambiar¨¢ el significado del monumento.
No ser¨¢ "empresa f¨¢cil", escriben, y por eso proponen abordar esa resignificaci¨®n del Valle "de una manera global", con una "actuaci¨®n integral" que proporcione a los visitantes la relectura completa del conjunto monumental. Para lograrlo, los expertos sugieren la construcci¨®n de un Centro de Interpretaci¨®n, situado a la entrada de la bas¨ªlica, de la que se habr¨¢ retirado el cad¨¢ver del general Franco. El visitante, antes de entrar en lugar sagrado, habr¨¢ de tomar una especie de ducha laica, impartida en el Centro, de la que saldr¨¢ empapado de relectura y de resignificado. Y ?qui¨¦nes ser¨¢n los que impartan esa relectura, qui¨¦nes ser¨¢n los mu?idores de la resignificaci¨®n? De eso nada se dice, pero es curioso que encarguen la tarea de resignificaci¨®n a un centro oficial que necesariamente habr¨¢ de estar bajo control del Estado.
Dejando aparte discusiones te¨®ricas sobre los l¨ªmites de la interpretaci¨®n y representaci¨®n del pasado -ni aunque se arrepintieran todos los nazis se podr¨ªa nunca reinterpretar Auschwitz como lugar de reconciliaci¨®n- una cosa es clara en esta propuesta: los estragos que han provocado las amenidades posmodernas cuando reducen la realidad, pasada o presente, a mera construcci¨®n discursiva. Pues por mucha relectura y mucha resignificaci¨®n que caiga sobre sus piedras, el Valle de los Ca¨ªdos nunca ser¨¢ un monumento a la reconciliaci¨®n ni un lugar de memorias compartidas. Es el monumento erigido al triunfo de la Naci¨®n Cat¨®lica por un dictador, tras una devastadora guerra civil, resignificada, ella s¨ª, como Cruzada en el relato m¨ªtico de los obispos. Eso fue en su origen, eso era a la muerte del dictador, eso es hoy, y eso ser¨¢ siempre que, bajo la sombra y el peso de la cruz, se mantenga en pie la abad¨ªa y no se derrumbe la bas¨ªlica.
Hay, con todo, en el informe un motivo de esperanza para el futuro: el conjunto amenaza ruina y ser¨¢n necesarios millones de euros para taponar las filtraciones de agua en la bas¨ªlica y rehabilitar el deterioro de los grupos escult¨®ricos. Dejemos, pues, que la madre naturaleza siga su curso y resignifique por s¨ª sola como campos de soledad, mustio collado, todo el conjunto monumental. Abandonemos, con o sin Franco en su tumba, aquellos parajes a las nieves del invierno y a los soles del verano hasta que surja otro poeta que cante: "Este llano fue plaza, all¨ª fue templo
Mira m¨¢rmoles y arcos destrozados / mira estatuas soberbias que violenta / N¨¦mesis derrib¨®, yacer tendidas / y ya en alto silencio sepultados / sus due?os celebrados..."
Nunca lucir¨¢ m¨¢s hermoso que en sus ruinas el Valle de los Ca¨ªdos.
Santos Juli¨¢ es historiador.
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