El embudo de Mourinho
El t¨¦cnico ide¨® un plan para evitar que Messi da?ara al Madrid como en la Supercopa, avanzando por el centro - Encomend¨® a ?zil las funciones de Khedira y peg¨® a Lass y a Xabi a los zagueros
Jos¨¦ Mourinho afront¨® un doble dilema cuando prepar¨® el partido contra el Bar?a. Por un lado, estaba convencido de que no le quedaba m¨¢s remedio que ceder el bal¨®n al rival. Por el otro, era consciente de que un cl¨¢sico en el Bernab¨¦u exige tomar decisiones pol¨ªticas que se ajusten al gusto de la afici¨®n. Para resolver el primer problema ide¨® lo que sus jugadores llaman trivote y ¨¦l, sensible a las resonancias impopulares, prefiri¨® denominar tri¨¢ngulo de presi¨®n ofensiva. Para responder a las expectativas de la gente dispon¨ªa de Mesut ?zil. Pero ?zil, por su naturaleza, no encajaba en el trivote. As¨ª es que Mourinho, imaginativo, concibi¨® dos operaciones en una: acentu¨® las funciones defensivas de los tres integrantes del trivote y sacrific¨® a Khedira para darle a ?zil la bater¨ªa de deberes m¨¢s compleja y extenuante del once titular.
La plantilla prefiri¨® que jugase el media punta, que acab¨® agotado de tanto defender
El argentino acab¨® haciendo exactamente lo que el sistema pretend¨ªa evitar
Dicen los testigos de las ¨²ltimas charlas t¨¢cticas antes del cl¨¢sico, el s¨¢bado pasado, que lo m¨¢s asombroso del plan fue la parte que le correspondi¨® al media punta alem¨¢n. Mourinho abord¨® a ?zil para pedirle que hiciera el mismo trabajo que Khedira hab¨ªa realizado en Mestalla, solo que adem¨¢s le pidi¨® que apoyase los ataques de Di Mar¨ªa, Cristiano y Benzema de un modo creativo.
Los jugadores aseguran que el trivote de Mestalla tuvo su v¨¦rtice en Xabi, que guard¨® la posici¨®n por detr¨¢s de Lass y Khedira, mientras que en el tri¨¢ngulo del cl¨¢sico el v¨¦rtice apunt¨® a ?zil. A la t¨¢ctica de Mestalla el entrenador le llam¨® "tri¨¢ngulo ofensivo" porque Lass y Khedira obedecieron a la consigna de descolgarse peri¨®dicamente para acompa?ar las maniobras de los atacantes. Esto no sucedi¨® contra el Bar?a.
Mourinho repas¨® ante la plantilla las jugadas en las que Messi desequilibr¨® los partidos de la Supercopa y la Champions. En ambos encuentros, jugados en el Bernab¨¦u, el argentino avanz¨® por el centro del campo, precisamente, la zona m¨¢s poblada, antes de marcar sus goles. El s¨¢bado, obsesionado por crear un embudo capaz de atrapar a Messi, el t¨¦cnico orden¨® a Xabi y a Lass que se mantuvieran en el centro, que bascularan lo menos posible, y que se pegaran a Pepe y a Ramos para cerrar espacios por delante de la defensa. Fue un trivote an¨¢logo al de Valencia solo que m¨¢s compacto, menos flexible, y con un solo elemento liberado.
El ¨²nico jugador con permiso para descolgarse fue ?zil pero al mismo tiempo Mourinho le encomend¨® tres funciones defensivas. Primero, acompa?ar a Benzema cuando subiera a presionar la salida de Piqu¨¦ y Busquets; segundo, acudir a las dos bandas en auxilio de Cristiano y Di Mar¨ªa cuando hicieran la presi¨®n sobre sus respectivos laterales; y tercero, replegarse hasta incrustarse entre Lass y Xabi, junto a los centrales, cuando el Bar?a se hiciera con el control del bal¨®n.
?zil es reconocido por sus compa?eros como el futbolista m¨¢s creativo y habilidoso de la plantilla pero nadie le considera un talento atl¨¦tico. Para correr sin descanso el m¨¢s dotado es Khedira. Khedira, un fondista con registros extraordinarios, era el hombre que quer¨ªa poner Mourinho contra el Bar?a. Pero, seg¨²n fuentes del club, su instinto pol¨ªtico, y el deseo mayoritario de la plantilla, le persuadi¨® de decantarse por ?zil. Fue la concesi¨®n. Pero a cambio, le carg¨® de tantas misiones t¨¢cticas que ?zil acab¨® por consumirse sin ox¨ªgeno. El media punta debi¨® cubrir demasiado campo y tuvo poco el bal¨®n porque, entre otras cosas, el entrenador hizo hincapi¨¦ en acabar las jugadas lo m¨¢s r¨¢pido posible. Un factor acentu¨® el d¨¦ficit de posesi¨®n, seg¨²n los jugadores: Mourinho prohibi¨® a Coentr?o que subiera y limit¨® a las incursiones de Marcelo. Quer¨ªa defender con seis atr¨¢s sin descomponerse. Seis m¨¢s ?zil en la primera parte. En la segunda parte, todos atr¨¢s.
El plan se desintegr¨® exactamente cuando Messi provoc¨® el 1-1. El argentino hizo todo aquello que Mourinho hab¨ªa intentado evitar con su trivote: se escap¨® de ?zil, sorte¨® la entrada de Xabi, y desconcert¨® a Lass y a Sergio Ramos antes de dar el ¨²ltimo pase a Alexis.
Tras el partido, el t¨¦cnico culp¨® a sus jugadores. En el vestuario dicen que Xabi y ?zil se sintieron se?alados. "No me ha gustado el primer gol porque ha sido igual a otros que hemos sufrido contra el Barcelona", lament¨® Mourinho. "Si un jugador m¨ªo va a un bal¨®n dividido al 50-50 el bal¨®n tiene que quedarse ah¨ª. Mi centrocampista hace que mete el pie y saca el pie y a partir de ah¨ª se desarrolla una jugada que es t¨ªpica de nuestro adversario. Si t¨² tienes agresividad mental esas cosas no pasan".
Mientras tanto, Lionel Messi hace cruces en sus botas: una por cada trivote demolido.
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