Primeros movimientos

El futuro presidente, Mariano Rajoy, revel¨® ayer el nombre de los candidatos populares para presidir las Mesas del Congreso y del Senado, as¨ª como el reparto pactado con otras fuerzas para cubrir los restantes puestos. Jes¨²s Posada, diputado por Soria, antiguo presidente de la Junta de Castilla y Le¨®n y dos veces ministro con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, ser¨¢ el presidente del Congreso. La presidencia del Senado recaer¨¢ sobre P¨ªo Garc¨ªa Escudero. Su nombre no ha resultado una sorpresa, en la medida en que ha sido en el Senado donde ha desarrollado su principal tarea pol¨ªtica y era conocida su disposici¨®n a aceptar el cargo. No es este el caso de Posada, dirigente que no estaba en los pron¨®sticos.

Dependiendo del candidato o la candidata que hubiera propuesto, la presidencia del Congreso podr¨ªa haberse convertido en un indicio de la composici¨®n del nuevo Gobierno. Bien para ganar tiempo, bien para evitar movimientos internos en el Partido Popular, Rajoy ha recurrido a un veterano y ha dejado todos los interrogantes abiertos hasta despu¨¦s de su investidura.

Rajoy tambi¨¦n anunci¨® que las Mesas contar¨¢n con representantes de los dos grupos mayoritarios de la oposici¨®n, el Partido Socialista y CiU. Es una decisi¨®n acertada incorporar al grupo catal¨¢n en las direcciones del Congreso y el Senado, ampliando su representatividad. Incluir electos de IU obligaba a una subrepresentaci¨®n de los socialistas o a la renuncia de la mayor¨ªa por parte de los populares. Era dif¨ªcil hacer gestos hacia el PNV cuando, dentro del nacionalismo vasco, Amaiur cuenta con mayor n¨²mero de diputados.

Las elecciones del 20 de noviembre han dado lugar a un Congreso m¨¢s plural y a un Senado donde la hegemon¨ªa del PP ha convertido en irrelevante la fuerza socialista. Si el partido de Rajoy se decidiera a emprender la reforma del Reglamento, siempre pospuesta, estar¨ªa obligado a un esfuerzo de consenso que no mostr¨® mientras estuvo en la oposici¨®n.

Y otro tanto cabr¨ªa decir de la renovaci¨®n de cargos institucionales. Ser¨ªa una mala se?al que el PP utilizase su mayor¨ªa absoluta para imponer a los mismos candidatos por los que anteriormente bloque¨® el sistema, al carecer de suficientes apoyos parlamentarios. Resultar¨ªa dif¨ªcil no interpretarlo como prepotencia o revancha, actitudes pol¨ªticas con las que el Gobierno que se forme la semana pr¨®xima a?adir¨ªa problemas a los muchos que ya tiene planteados antes de tomar posesi¨®n.