Vulnerabilidad de los BRIC
Una de las consecuencias de la crisis que est¨¢ sufriendo Europa es que ha vuelto a alimentar las tendencias introspectivas. La d¨¦cada pasada fue una d¨¦cada malgastada en debates institucionales: recoger las piezas de la fallida Constituci¨®n europea tras la debacle de los referendos franc¨¦s y holand¨¦s y recomponer los consensos necesarios para lograr impulsar el proyecto europeo consumi¨® una cantidad enorme de tiempo y energ¨ªa. Por eso, con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, hace ahora dos a?os, se hizo el firme prop¨®sito de dejar atr¨¢s los debates institucionales, renunciando a emprender nuevas reformas de tratados. Lisboa, se dijo, ser¨ªa el ¨²ltimo Tratado en mucho tiempo: en adelante, los europeos har¨ªan pol¨ªtica, no ingenier¨ªa institucional. Sin embargo, dos a?os despu¨¦s, esa Europa m¨¢s capaz de actuar unida en el mundo en defensa de sus intereses y valores no termina de cuajar y los europeos se disponen a emplear sus escasas energ¨ªas en elaborar un nuevo Tratado.
Brasil, Rusia, India y China tambi¨¦n tienen problemas, como Europa, y m¨¢s de lo que parece
Mientras tanto, la crisis econ¨®mica est¨¢ contribuyendo a fragmentar la acci¨®n exterior de la UE, ya que sus miembros, presionados por la crisis, est¨¢n compitiendo unos con otros. Esta carrera hacia los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) se centra en la b¨²squeda de inversiones y, a la vez, de mercados para sus bienes y servicios nacionales que eventualmente pudieran estimular sus deterioradas econom¨ªas. Esta competici¨®n entre europeos no solo proyecta debilidad y deteriora su imagen, sino que afecta muy negativamente a su capacidad negociadora en asuntos clave, desde la seguridad a los derechos humanos, el cambio clim¨¢tico o la gobernanza econ¨®mica mundial. Sin duda, la UE, que es el primer bloque comercial del mundo y que necesita para prosperar un sistema comercial y financiero internacional abierto y bien regulado, sacrifica sus intereses a largo plazo cuando, dej¨¢ndose llevar por el corto plazo, alienta un nuevo mercantilismo en el que los Gobiernos intercambian comercio e inversiones por favores pol¨ªticos.
De la misma manera, los europeos infravaloran el da?o que sufre su imagen cuando, siendo todav¨ªa infinitamente m¨¢s pr¨®speros que los BRIC, se unen para solicitar que estos les ayuden a financiar sus deudas, bien mediante un refuerzo de las capacidades del FMI que consideran injusto y desproporcionado, o bien solicit¨¢ndoles que inviertan en unos fondos, como el fondo europeo de rescate, en los que los propios europeos invierten de forma cicatera y a todas luces insuficientes, mientras tienen a mano un Banco Central al que se niegan a recurrir, prefiriendo salvaguardar su pureza e integridad como guardi¨¢n de una inflaci¨®n inexistente. El resultado es que, en el G-20, el FMI o la OMC, los europeos aparecen crecientemente como actores m¨¢s preocupados por servirse de estas instituciones que por contribuir a reforzar sus reglas y capacidad de acci¨®n global.
En su ensimismamiento, los europeos est¨¢n pasando por alto, adem¨¢s, que los BRIC tambi¨¦n tienen sus problemas y que son mucho m¨¢s vulnerables de lo que parece. De hecho, no est¨¢n percibiendo que la misma crisis que les est¨¢ llevando a solicitar ayuda a los BRIC es la que est¨¢ debilitando sus perspectivas de crecimiento. Con un crecimiento ligeramente negativo en el tercer trimestre del a?o y una previsi¨®n de crecimiento del 3% para 2012 comparado con el 7,5% de 2010, Brasil ya est¨¢ viviendo los primeros s¨ªntomas de enfriamiento, que podr¨ªan hacer estallar las burbujas financieras e inmobiliarias provocadas por el r¨¢pido crecimiento de los ¨²ltimos a?os. En China, los efectos de la crisis europea tambi¨¦n se est¨¢n haciendo notar, con una ca¨ªda del 18% en el tr¨¢fico comercial hacia Europa y una reducci¨®n, por tercer a?o consecutivo, de su super¨¢vit comercial. Mientras, en India tambi¨¦n vemos signos de ralentizaci¨®n, con una ca¨ªda de la producci¨®n industrial interanual del 5,1% en el mes de octubre. Al parecer, mientras Europa busca importar las soluciones a su crisis pidiendo ayuda a otros, no se da cuenta de que los dem¨¢s son m¨¢s vulnerables de lo que parecen y de que es un elemento m¨¢s de esas vulnerabilidades. EE UU tambi¨¦n est¨¢ percibiendo el impacto de la crisis europea, con una rebaja en sus previsiones de crecimiento para 2012. Que la crisis europea est¨¦ convirti¨¦ndose en un factor importante en la reelecci¨®n de Obama no dejar¨ªa de ofrecer una cruel iron¨ªa si finalmente resultara que el presidente que quiso abrir un siglo pac¨ªfico para EE UU no pudiera hacerlo por culpa de unos europeos empe?ados en seguir estando, a su manera, en el centro del mundo.
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