George Harrison: living in the material world
Cuando Martin Scorsese habla, su verborrea no conoce fin. Se arranca y charla, charla, charla... Y a qu¨¦ velocidad, sin control. Usando las palabras como balas de una ametralladora que segara un campo repleto de enemigos. Como si no fuese a haber siguientes preguntas ni tiempo para responder a su interlocutor. Y esa faceta de su personalidad es la que prima en su documental George Harrison: living in the material world. Hay que reconocer sus ingentes cantidades de material in¨¦dito, el banquete beatlemaniaco que supone su visionado. Es un disfrute, pero parece hecho sin montador o al menos sin alguien que mirara a Scorsese y le dijera: elipsis. En el exceso nunca se pueden sacar cosas ¨®ptimas. Menos a¨²n pel¨ªculas. Esa y sus pocas ganas de mordiente: bien por su edad (ya no estamos para sacar el colmillo), bien por su cari?o y admiraci¨®n por el beatle fallecido, el caso es que Martin Scorsese no golpea con contundencia ni indaga en los episodios m¨¢s oscuros de la vida de Harrison. Cuesti¨®n tal vez, adem¨¢s, de que la productora e impulsora del proyecto sea la viuda del m¨²sico, Olivia. Aun as¨ª, entre las im¨¢genes surgen momentos m¨¢gicos, y en las entrevistas, algunas confesiones (de Ringo, el m¨¢s cachondo de los Beatles, y de Eric Clapton, principalmente) y personajes impagables. Los dos hermanos mayores de Harrison aparecen como los dos viejos ingleses calvos y sin dientes que son y que podr¨ªa haber sido George sin el refinamiento de la fama, y atrapan al p¨²blico con su imagen de abueletes que recuerdan viejas batallitas: aquella boda familiar en la que John Lennon moj¨® a una pianista, aquel George de instituto... Ya solo por ellos el documental habr¨ªa merecido la pena. Pantagru¨¦lico.
George Harrison: living in the material world
Martin Scorsese
DVD, libro y CD
Avalon
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