Cayetano

Me he puesto al habla con el caballo de Cayetano Luis Mart¨ªnez de Irujo y Fitz-James Stuart, conde de Salvatierra, y gestor de la Casa de Alba. En la pol¨¦mica que han provocado las declaraciones del terrateniente, el ilustre equino mantiene una posici¨®n leal, muy equilibrada, pero sin renunciar a su propia perspectiva.

"Con Cayetano", me dice, "tengo una relaci¨®n de mutuo respeto, desde que un d¨ªa nos quedamos mirando y sentimos lo que Jean-Paul y Goethe: miedo de nuestro yo". As¨ª, el corcel se muestra muy en desacuerdo con la primera de las afirmaciones del arist¨®crata: "Los jornaleros andaluces tienen pocas ganas de trabajar".

Veamos la opini¨®n del caballo: "El punto de vista de Cayetano est¨¢ muy condicionado por la altura en que suele moverse, adecuada para el ejercicio de la equitaci¨®n, pero inapropiada para juzgar el proceder humano. Se lo he comentado en m¨¢s de una ocasi¨®n: ?Hay que bajar m¨¢s a tierra, Cayetano! Y es que lo malo que tiene la tierra, el trabajo en la tierra, es que exige inclinarse, doblar el espinazo. La tierra est¨¢ a ras de tierra. ?Ojal¨¢ estuviese a la altura de una mesa! Otro inconveniente que tiene la tierra es que suele estar ubicada a la intemperie". Y a?ade el corcel: "Mi visi¨®n de los jornaleros es diferente. Es agradecida. Me alimentan, me cuidan, y de vez en cuando hasta me cantan o me cuentan alg¨²n chiste. No podr¨ªa vivir sin ellos. Estoy m¨¢s a su altura. Por decirlo as¨ª, mi mirada es m¨¢s paisana que la del conde de Salvatierra".

En lo que est¨¢ en total acuerdo es con la segunda afirmaci¨®n de Cayetano de Alba: "Me gustar¨ªa vivir en la Edad Media". Veamos lo que dice el caballo: "Mire, a m¨ª me gusta el tiempo que me ha tocado vivir. Pero en eso Cayetano habla con el coraz¨®n en la mano. ?l es muy medieval".