Nueve d¨ªas sin parar

A principios de julio, el equipo de cirujanos de La Paz que realiza los trasplantes hep¨¢ticos e intestinales vivi¨® unos d¨ªas a tope. Realizaron siete intervenciones en solo nueve d¨ªas, cuando en general hacen dos o tres al mes. "Hacer siete trasplantes en un plazo tan corto de tiempo no es, desde luego, frecuente", seg¨²n el jefe del servicio de cirug¨ªa pedi¨¢trica de La Paz, Manuel L¨®pez Santamar¨ªa, de 59 a?os, que desde los a?os ochenta trabaja en equipos de trasplantes.

Los siete receptores eran "muy chiquititos todos... desde unos meses hasta cuatro a?itos", afirma L¨®pez Santamar¨ªa. "De repente, adem¨¢s de tener programadas dos donaciones de donante vivo de un familiar del paciente, llegaron unas ofertas de cad¨¢veres". Una oferta pedi¨¢trica es mucho m¨¢s extraordinaria que las de cuerpos de adultos, y por lo tanto, no pod¨ªan desaprovechar la ocasi¨®n. Por eso realizaron cinco trasplantes de h¨ªgado, otro de intestino y uno multiorg¨¢nico.

Seis de los pacientes est¨¢n bien. "Algunos siguen en el hospital, pero el resto ya est¨¢ en casa", dice el m¨¦dico. Tristemente, uno no sobrevivi¨®. "Era un ni?o muy deteriorado, estaba muy grave y pr¨¢cticamente muri¨¦ndose antes de la cirug¨ªa".

Las operaciones para insertar los ¨®rganos "son cirug¨ªas largas, de 10, 12 horas", explica el jefe de cirug¨ªa pedi¨¢trica. Pero, adem¨¢s, cada operaci¨®n requiere dos procedimientos anteriores: "Hay que extraer el injerto del donante, sea vivo o de cad¨¢ver, y luego preparar el tejido, antes de, finalmente, implantarlo en el paciente".

Cuenta c¨®mo fueron esas largas horas: "Descans¨¢bamos en las camas de guardia a ratos, porque todos los miembros del equipo de cuatro cirujanos participamos en los siete trasplantes", explica. "Pero no eran solo los cirujanos, para el servicio de enfermer¨ªa y todos los otros profesionales supuso una carga importante". No hay duda de que el hospital "est¨¢ preparado para estos momentos".

Y despu¨¦s, ?se van a tomar algo? "No, en este trabajo no solemos ir mucho a los bares, porque nunca se sabe cu¨¢ndo va a sonar el tel¨¦fono con la posibilidad de hacer otro trasplante".