Buenos Aires antes de Castelao
El CGAI recupera una pel¨ªcula filmada en 1939 de un homenaje a Rosal¨ªa
El se?or Rodolfo Prada, con una brillante conferencia, se encarg¨® de inaugurar la ceremonia. Luego, la comitiva se desplaz¨® hasta la calle Rosal¨ªa de Castro para descubrir una placa y hacer una ofrenda floral en honor a la autora de Cantares Gallegos. Siguieron, seg¨²n el programa preparado por la Federaci¨®n de Sociedades Gallegas de la Rep¨²blica Argentina, una conferencia del gran poeta Eduardo Blanco Amor y varias actuaciones, entre ellas la del destacado conjunto de gaitas que dirig¨ªa el se?or Manuel Dopazo, la del Orfe¨® Catal¨¤ y hasta la de la eximia bailarina gitana Carmen Amaya. M¨¢s o menos as¨ª se contaba la celebraci¨®n del centenario de Rosal¨ªa en Buenos Aires en los r¨®tulos de una brev¨ªsima pel¨ªcula muda en 16 mil¨ªmetros que se cre¨ªa perdida. Sin t¨ªtulo y sin acreditar, acaba de ser m¨ªnimamente restaurada por el Centro Galego das Artes da Imaxe (CGAI). Estaba en la casa-museo de la matriarca de las letras.
El centro apunta con cautela que la pieza podr¨ªa ser de Eligio Gonz¨¢lez
A juzgar por la ret¨®rica y la tipograf¨ªa de los r¨®tulos, apuntan con todas las cautelas en el archivo de la filmoteca gallega, la pieza podr¨ªa haber sido filmada por Eligio Gonz¨¢lez (1899-1972), el autodenominado "fot¨®grafo de la colectividad". Cuando se festejaron los cien primeros a?os desde el nacimiento de Rosal¨ªa de Castro en 1939, el camar¨®grafo y documentalista de Entrimo (Ourense) llevaba ocho instalado en la capital, donde hab¨ªa fundado Celta Films. Para entonces, su trabajo m¨¢s popular, Galicia en Buenos Aires (1933), se hab¨ªa proyectado ya en numerosos cines gallegos como parte de la campa?a a favor del abortado Estatuto de Autonom¨ªa de 1936.
Entre 1931 y 1972, el ourensano se dedic¨® a registrar la actividad de la comunidad gallega en Argentina en multitud de cortometrajes. Sus im¨¢genes de Castelao en la di¨¢spora acabaron formando parte de un largomentraje de Jorge Prelor¨¢n (Castelao, 1978), pero no todas tuvieron la misma fortuna. Se recuerdan y conservan algunas, como Noticiero de la emigraci¨®n (1940) o Un d¨ªa en la vida del Centro Gallego (1960), pero hoy resulta casi imposible reconstruir su filmograf¨ªa completa. "Estas filmaciones nunca fueron suficientemente valoradas por las propias sociedades que las encargaban, y en su mayor parte se pueden considerar perdidas", recuerda el historiador Manuel Gonz¨¢lez en el art¨ªculo que le dedic¨® en el Dicionario do cine en Galicia 1896-2008.
El pr¨®ximo 25 de febrero, un d¨ªa despu¨¦s de la fecha exacta, el CGAI celebrar¨¢ a su manera el 175 aniversario del nacimiento de Rosal¨ªa. Lo har¨¢ con la proyecci¨®n de esta pel¨ªcula de siete minutos y medio, testimonio de la actividad gallega en la Argentina poco antes de la constituci¨®n del Consello de Galiza, y otras obras relacionadas con la escritora. Entre ellas, est¨¢ prevista la difusi¨®n de una pel¨ªcula poco conocida, al menos en su versi¨®n original: Pelerinaxe l¨ªrica ¨®s lugares rosalianos (1951), una pieza dom¨¦stica de la familia Beiras. Por desgracia, junto al documental del centenario hallado en Padr¨®n no hab¨ªa m¨¢s material de la ¨¦poca.
Frustrado en Galicia por la victoria definitiva de los militares golpistas, el recuerdo de Rosal¨ªa se hizo especialmente significativo en la Galicia de ultramar. Se celebraron actos en La Habana y M¨¦xico, pero en Argentina cobraron m¨¢s protagonismo y se prolongaron durante toda una semana, del 22 al 29 de julio de 1939. Eduardo Blanco Amor ten¨ªa entonces 42 a?os. A dos d¨¦cadas de la publicaci¨®n de A esmorga, era esencialmente poeta, y acababa de encargarse del pr¨®logo -Palabras breves sobre Rosal¨ªa de Castro- de la antolog¨ªa conmemorativa editada para la ocasi¨®n por la Federaci¨®n de Sociedades Gallegas con el t¨ªtulo de Poemas galegos. Otros autores, como Juan Ram¨®n Jim¨¦nez o Luis Seoane, hab¨ªan contribu¨ªdo al tributo desde las p¨¢ginas de Galicia.
Adem¨¢s de Blanco Amor, las im¨¢genes muestran a otros personajes relevantes de la emigraci¨®n gallega en Buenos Aires. Entre la multitud que pasea en comitiva por la ciudad y se sienta m¨¢s tarde a la mesa en la Casa de Galicia se reconocen, por ejemplo, a Rodolfo Prada, Manuel N¨²?ez B¨²a, el secretario del comit¨¦ de organizaci¨®n del homenaje, Xos¨¦ Benito Abraira, o un jovenc¨ªsimo Fernando Iglesias, Tacholas, quien poco despu¨¦s participar¨ªa con dos papeles en el estreno de Os vellos non deben de namorarse en el Teatro Mayo. Faltaba un a?o para la llegada a la ciudad de Castelao, de quien Prada ser¨ªa secretario personal, y la consecuente radicalizaci¨®n de la di¨¢spora. El Atl¨¢ntico nunca hab¨ªa sido tan ancho.
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