?Gente tenebrosa, esquinada?
Si no me equivoco, hoy es el d¨ªa de Navidad, en que se supone -el motivo no est¨¢ muy claro- que la gente se llena de buenos sentimientos y deseos hacia los dem¨¢s, brinda por su salud y fortuna y los mira, si no con simpat¨ªa, s¨ª con benevolencia y esp¨ªritu de tregua. Como bien sabemos, todo esto es una mera convenci¨®n y una falsedad en todas partes. Pero probablemente no haya pa¨ªs en el que la representaci¨®n sea m¨¢s falsa que Espa?a. Uno aprende desde peque?o su historia a menudo sombr¨ªa y fratricida, y en las edades tempranas quiere creer que eso es pasado y que a lo largo de su vida asistir¨¢ a un cambio de signo o al menos a una evoluci¨®n. En cierto sentido ha sido as¨ª, no se puede negar, durante los ¨²ltimos treinta y seis a?os: no ha habido nunca un periodo tan largo de democracia y libertad y paz (a la famosa "paz de Franco" le faltaban los otros dos elementos, y en realidad s¨®lo hab¨ªa paz para los que militaban en su bando o se somet¨ªan a ¨¦l); hasta hace poco, tambi¨¦n de empleo y prosperidad. En conjunto, y pese a todas las deficiencias, pese a la calamidad de nuestros pol¨ªticos actuales, la corrupci¨®n ambiente, los asesinatos de ETA y los variados nacionalismos ramplones y reaccionarios -incluido el espa?ol-, no podemos quejarnos de esta ¨¦poca, o no mucho si la comparamos con cualquier otra anterior.
"Espa?a sigue siendo un pa¨ªs en el que se tiene a gala no admirar ni respetar a nadie"
Y sin embargo parece haber algo malhadado y siniestro en el car¨¢cter de los espa?oles, que aflora antes o despu¨¦s. No en el de todos, por supuesto, pero s¨ª en el de una considerable cantidad de ellos que adem¨¢s arman m¨¢s ruido que los luminosos, tal vez porque su n¨²mero sea mayor, tal vez porque lo que nos mueve a la palabra y a la acci¨®n es el enfado, la insatisfacci¨®n y el resentimiento, mucho m¨¢s que el contento y la aprobaci¨®n. Por lo poco que s¨¦ y lo bastante que me cuentan, si de algo han servido Internet, sus blogs, sus foros y las redes sociales, ha sido para hacer aflorar en su esplendor ese car¨¢cter antip¨¢tico, mal¨¦volo, zahiriente y torvo que lamentablemente nos distingue. Si ustedes se fijan, cada vez que aparecen compatriotas en novelas o pel¨ªculas extranjeras, se los presenta -con excepciones- como gente tenebrosa, esquinada, cruel cuando no sa?uda, vengativa y muy poco de fiar. Gente con muy mala leche, en todo caso. Sin duda el retrato es interesado en no pocas ocasiones, pretende dejarnos mal a prop¨®sito y alimentar la leyenda negra: antipropaganda, en suma. Pero, incluso en estos casos, da que pensar cu¨¢les son los t¨®picos que se atribuyen a una naci¨®n, porque en ellos hay siempre una base de verdad que permite las posteriores caricatura y exageraci¨®n.
Lo cierto es que hoy, en este mejor periodo, muchos de los espa?oles que m¨¢s hablan lo hacen tan s¨®lo para echar pestes y cagarse en los muertos de quien se les ponga delante. No hay individuo que destaque en algo que no sea inmediatamente vituperado por una turba furiosa que las m¨¢s de las veces se ampara en el anonimato: "Ese escritor es una estafa editorial". "Ese cantante es un soplapollas y un privilegiado". "Tal director de cine ha triunfado porque est¨¢ subvencionado, as¨ª tambi¨¦n triunfar¨ªa yo". "Ese futbolista que todo el mundo considera un genio es una puta mierda y un tramposo favorecido por los ¨¢rbitros". "Esa actriz con tantos premios los ha ganado porque es una vendida al d¨®lar". Cuando a alguien le sucede una desgracia, no es raro que los comentarios sean del tipo: "Me alegro, se lo tiene bien empleado por cabr¨®n". Si ha sufrido un accidente: "Ojal¨¢ se hubiera matado". Si se le ha muerto un hijo o un hermano: "Ojal¨¢ hubiera palmado la familia entera". Mi amigo Agust¨ªn D¨ªaz Yanes, hijo de torero, entra a veces en webs o blogs taurinos y me cuenta su estupefacci¨®n ante el tono predominante de las aportaciones. Si a un diestro lo pilla un toro: "L¨¢stima que no le haya reventado la femoral, as¨ª se habr¨ªa quedado en el sitio de una puta vez". Si fallece un anciano matador: "Ya era hora. Un p¨¦simo torero y un cerdo que no merec¨ªa seguir respirando". (Ojo, he dicho blogs taurinos, no antitaurinos.) Hace poco un grupo de tenistas j¨®venes recaud¨® dinero para ayudar al viejo ¨ªdolo de su deporte Andr¨¦s Gimeno, con apuros econ¨®micos. Lo cual era digno de encomio o en todo caso de silencio: los j¨®venes tenistas eran due?os de hacer lo que les pareciera y no se recurr¨ªa a fondos p¨²blicos. Pues bien, el ciberespacio alberg¨®, por lo visto, buen n¨²mero de twits encabronados y amargos: "Por qu¨¦ co?o tienen que ayudar a Gimeno". "Si ha perdido sus ahorros, que se joda. Tambi¨¦n los he perdido yo". "Deja de dar la lata y mu¨¦rete".
De lo que les cae a los pol¨ªticos ya ni hablemos, lo menos que se les desea es que los empalen a todos. Ahora, con la mala pinta de lo de su yerno, se ha abierto un poco m¨¢s la veda contra el Rey y su familia: "Sexo y drogadicci¨®n", hasta eso he le¨ªdo en una revista "seria", sin m¨¢s explicaciones. Casi nadie parece acordarse de que ha sido durante el reinado de aqu¨¦l cuando hemos disfrutado este mejor periodo de nuestra historia, tutto sommato. Espa?a sigue siendo un pa¨ªs gratuitamente iconoclasta, en el que se tiene a gala no admirar ni respetar a nadie, y en el que lo peor que le puede pasar a alguien es asomar la cabeza y destacar. Lo peor, naturalmente, despu¨¦s de ser tambi¨¦n lo mejor, como en todas partes. Lo que ocurre es que en otros pa¨ªses el que tiene talento o fortuna no lo ha de lamentar, por lo general. Aqu¨ª s¨ª, aqu¨ª es obligado, y m¨¢s bien antes que despu¨¦s. Aun as¨ª, muy feliz Navidad.
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