Yo sumiso
Hay puertas que nunca deber¨ªan permanecer cerradas. La memoria es una de ellas porque nos permite alcanzar la verdad. En condiciones de olvido o desmemoria somos capaces de dibujar met¨¢foras terribles, omn¨ªvoras. En septiembre de 1939, los nazis comenzaron la invasi¨®n de Polonia con el prop¨®sito de explotar y conquistar a otros europeos. Las f¨¢bricas, minas, granjas, los obreros manuales e ingenieros de los pa¨ªses ocupados fueron puestos al servicio del Reich. Pero, en contraste con los europeos del este, los nazis trataron a los europeos del oeste con cierta deferencia y estos hicieron relativamente poco por oponerse a los esfuerzos b¨¦licos alemanes. Tony Judt en su obra maestra Postguerra documenta que los nazis administraron a 35 millones de franceses con tan solo 1.500 de los suyos. Lo mismo ocurri¨® en Noruega y los pa¨ªses del Benelux. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n de estos pa¨ªses ocupados de Europa occidental fue sometida, una cantidad importante colaboraron y muy pocos integraron la resistencia armada. La II? Guerra Mundial no solo fue una guerra cuasiuniversal que afect¨® a millones de civiles y soldados, provocada por una visi¨®n totalitaria y exterminadora de los invasores, adem¨¢s supuso una degradaci¨®n extrema de los hombres y mujeres de los pa¨ªses ocupados.
La explotaci¨®n y humillaci¨®n provocadas por los nazis es un ejemplo de sumisi¨®n por la violencia, pero hay otros como la sumisi¨®n al poder por la necesidad, la seducci¨®n y el sentimiento de culpa. La fuerza de la necesidad se fundamenta en mostrar que el mundo est¨¢ regido por un orden determinado (mecanicista, divino, da lo mismo), de modo que, consecuentemente, se deja de preguntar porque se piensa y se hace lo que toca en asuntos econ¨®micos, lo pol¨ªticamente conveniente y lo necesario a nivel social. El juego de la necesidad lo est¨¢ practicando un envejecido Obama cuando niega a los palestinos el derecho a formar un Estado de pleno derecho y lo ha dejado de ejecutar Zapatero para ser sustituido por un ferviente servidor de la necesidad como Rajoy. Sin embargo, el primer Zapatero es un ejemplo de plantar cara a la fascinaci¨®n por la necesidad (recu¨¦rdese la salida de las tropas espa?olas de Irak o la profundizaci¨®n en los derechos civiles). Lo que atrae y seduce a muchos a cruzar a la orilla populista es la omnipresencia y camarader¨ªa de los poderosos (veo y escucho m¨¢s a la presidenta que a mi propia madre; habla sin pelos en la lengua) que distraen de la b¨²squeda de la verdad. Barber¨¢, Aguirre y Bono son excelentes int¨¦rpretes de esta estrategia de acatamiento por seducci¨®n.
En el caso de muchos individuos que forman parte de la supuesta ¨¦lite funcionarial, el sometimiento no se consigue por narraciones de seducci¨®n primaria, sino mediante el da?ino sentimiento de culpa que el sistema y sus guardianes producen en ellos. Este sentimiento se sostiene en la certeza de que nadie est¨¢ libre de culpa, de pecado. Todos tenemos cosas reales ocultas (incluso mentiras como en la acusaci¨®n a Josef K. en El proceso de Franz Kafka) que pueden ser reveladas por los flujos comunicativos que nos atraviesan en esta sociedad empapada de la cultura del rumor. El resultado es la complicidad con la par¨¢lisis, la mudez. La renuncia a la ciudadan¨ªa por la culpabilidad de ser justamente humanos.
Esperemos que alg¨²n d¨ªa, la luz deslumbrante de la evidencia nos revele el verdadero significado de estas historias y tengamos la verg¨¹enza, el pundonor de hablar de las insuficiencias, de las injusticias que rigen nuestro entorno-mundo (desde el clientelismo al que se condena quien aprueba fraudulentamente unas oposiciones auton¨®micas a especialista de departamento, hasta la tiran¨ªa del mercado internacional del grano, que deja en hambruna a millones de seres humanos). Mientras llega ese momento, la memoria de la sumisi¨®n nos requiere, nos emplaza a asumir que somos miembros obedientes del sistema, a pesar de ser sus v¨ªctimas.
Rafael Tabar¨¦s es catedr¨¢tico de Psiquiatr¨ªa de la Universitat de Val¨¨ncia e Investigador del Centro de Investigaci¨®n Biom¨¦dica en Red para la Salud Mental (CIBERSAM).
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