M¨¢s cr¨ªticos con la jerarqu¨ªa
Los lectores cuestionan cada vez m¨¢s las decisiones editoriales. El f¨¢cil acceso a m¨²ltiples medios les permite comparar y hacer su propia valoraci¨®n de las noticias
Decidir qu¨¦ noticias son importantes y qu¨¦ asuntos merecen ser contados a los lectores es una de las funciones esenciales del periodismo. La selecci¨®n de las noticias y su ordenaci¨®n en el espacio conforman una jerarquizaci¨®n de la realidad y la forma de presentarlas define el marco conceptual desde el que esa realidad debe interpretarse. El periodismo ha ejercido durante muchos a?os este papel prescriptor sin que los lectores tuvieran muchas oportunidades de comparar ni expresar sus preferencias. Se supon¨ªa que al comprar el diario, los lectores expresaban una aceptaci¨®n t¨¢cita de la forma en que ejerc¨ªa esa funci¨®n y en esa confianza se basaba la relaci¨®n de fidelidad. Internet ha trastocado por completo este escenario. Para empezar, los lectores pueden ahora acceder f¨¢cilmente a las fuentes originales y comparar qu¨¦ noticias dan otros medios y c¨®mo las dan. Tienen, por tanto, m¨¢s elementos de juicio para cuestionar la forma en que el diario ejerce su funci¨®n prescriptora. Y lo hacen cada vez con m¨¢s frecuencia.
Una frase supuestamente textual se public¨® de cuatro formas distintas
Buena parte de las llamadas o cartas que recibo son de lectores que se dirigen a la Defensora para cuestionar decisiones editoriales o para expresar su desacuerdo con la valoraci¨®n de una noticia. Muchas de estas quejas son por omisi¨®n. Son de lectores que, como Javier de las Heras Molinos, consideran que el diario no ha dado importancia a una noticia que ellos piensan que la ten¨ªa: "Estoy francamente irritado tras comprobar que su edici¨®n del domingo 18 no recoge la noticia de que el d¨ªa anterior, y por en¨¦sima vez en lo que va de curso, miles de personas nos manifestamos en defensa de la ense?anza p¨²blica en Madrid", escribe, y a?ade que no es la primera vez que el diario ignora una manifestaci¨®n multitudinaria en la capital.
Pablo Guim¨®n, redactor jefe de Madrid, comprende el malestar del lector por no haber visto reflejado un acontecimiento que considera importante, pero recuerda que el diario ha dado una extensa cobertura al conflicto educativo y pide que se la valore por el conjunto.
Otros lectores de Madrid han lamentado tambi¨¦n en las ¨²ltimas semanas la ausencia de alguna noticia que consideraban relevante. Estas quejas tienen que ver con dos cambios importantes: la reducci¨®n de la paginaci¨®n del cuadernillo de Madrid y la modificaci¨®n de los contenidos en el fin de semana. Este sol¨ªa contar con 16 p¨¢ginas pero ahora algunos d¨ªas no tiene m¨¢s que ocho. La decisi¨®n de dedicar el cuadernillo del viernes y el s¨¢bado a temas de ocio y cultura deja fuera noticias de otros ¨¢mbitos, pues el espacio que se habilita para la informaci¨®n local de Madrid al final de la secci¨®n de Espa?a resulta en ocasiones insuficiente.Algunas veces los lectores discrepan de la valoraci¨®n que se ha dado a una noticia. Es el caso, por ejemplo, de Iker Urbina, de Santander: "Quiero mostrarles mi malestar por la tibia reacci¨®n al indulto de la semana pasada. Un peri¨®dico como EL PA?S, te¨®ricamente progresista, no puede pasar sobre este tema por encima, sin mostrar su opini¨®n. He esperado un editorial contundente el fin de semana, en vano". Se refer¨ªa al indulto concedido por el Gobierno socialista en su ¨²ltimo Consejo de Ministros al vicepresidente y consejero delegado del Banco Santander, Alfredo S¨¢enz. La noticia se public¨® el 26 de noviembre en una discreta media p¨¢gina, con el t¨ªtulo El Gobierno indulta a S¨¢enz para que pueda seguir al frente del Santander.
Algunas quejas aluden directamente a la jerarquizaci¨®n. Lidia Fern¨¢ndez Montes, "lectora de EL PA?S desde los 14 a?os", escribe: "Me ha causado bastante malestar el tratamiento dado a la noticia del atentado sufrido por Norma Andrade, activista mexicana contra los feminicidios. El tratamiento informativo es correcto, pero no creo que sea as¨ª la jerarqu¨ªa que ocupa". Considera que no debi¨® situarse en la secci¨®n de Sociedad, sino en la de Internacional, donde se habr¨ªa ubicado si la v¨ªctima hubiera sido un activista masculino, algo en lo que coincide tambi¨¦n ?lex Ma?as. Efectivamente, unos d¨ªas m¨¢s tarde, el caso de Andrade se inclu¨ªa en un reportaje publicado en Internacional sobre la persecuci¨®n de activistas en M¨¦xico.
Algunos lectores nos critican por exceso de ciertos contenidos. Ra¨²l Mart¨ªn Arranz, por ejemplo, cuestiona el mucho espacio que en su opini¨®n se dedica al lujo. "Con la que est¨¢ cayendo", dice, "compruebo que, s¨¢bado tras s¨¢bado, domingo tras domingo, el lujo va ocupando cada vez m¨¢s espacio y cada vez con m¨¢s descaro. ?Acaso saben ustedes algo de lo que no nos informan cabalmente? Porque a m¨ª, que me tengo por bien informado, no me salen las cuentas". En la misma l¨ªnea, Ren¨¦ Meyer Schwarz cuestiona el contenido de la revista SModa: "?Usted cree de veras que interesa a mucha gente la colecci¨®n de 30 pares de zapatos que posee la brit¨¢nica Alice Temperley? ?Pretenden alimentar la envidia y la frustraci¨®n de los lectores con su reportaje Cuidar el cuerpo, en el que proponen retiros a 300 euros la noche que solo se pueden costear el 2% de los espa?oles?".
Otros lectores, en cambio, nos critican porque echan de menos otros temas. Juan Rivero, por ejemplo, considera que faltan contenidos cient¨ªficos. "Me asombra que no haya un apartado de Ciencia en la web, y en cambio s¨ª lo haya de Tecnolog¨ªa". Esta ausencia "denota un desinter¨¦s galopante" hacia el mundo cient¨ªfico, opina.
Los titulares y la forma de presentar las noticias son tambi¨¦n cuestionados con frecuencia. Rosaura Castell¨¤, por ejemplo, discrepa de la frase que encabezaba la noticia sobre el comunicado de I?aki Urdangarin: "El duque de Palma pide perd¨®n por el perjuicio causado a la imagen de la familia real". "He le¨ªdo el comunicado por activa y por pasiva", escribe, "y no veo esas disculpas y esa petici¨®n de perd¨®n por ning¨²n sitio. Es m¨¢s, a m¨ª me parece que arremete contra ustedes, los medios de comunicaci¨®n, como causantes de los perjuicios".
Federico Revilla critica tambi¨¦n la forma en que se ha presentado la alocuci¨®n navide?a del Rey. Y en concreto el titular "El Rey muestra gran preocupaci¨®n por el da?o a la corona del caso Urdangarin", cuando, seg¨²n el lector, "no ha habido en sus palabras ni expresi¨®n de dicha preocupaci¨®n, ni menci¨®n de da?o alguno, ni mucho menos alusi¨®n directa a la persona ni las actividades de Urdangarin". Tambi¨¦n discrepa de la afirmaci¨®n del editorial de que "el Rey dedic¨® la parte central de su discurso al esc¨¢ndalo de su yerno".
En este ejemplo, los lectores no solo pod¨ªan escuchar cuando quisieran el discurso del Rey, sino que pod¨ªan ver f¨¢cilmente en su ordenador el tratamiento que hab¨ªa recibido en otros diarios. Ese d¨ªa, la mayor parte de diarios destacaba en portada una frase textual del Rey, la de que "la justicia es igual para todos". Solo EL PA?S y El Mundo hicieron un titular muy interpretativo.
Los expuestos son algunos ejemplos recientes de c¨®mo los lectores enjuician las decisiones editoriales. Cada lector dispone ahora de elementos de juicio como para hacerse su propia jerarquizaci¨®n de la realidad. Y cuando esta no coincide con la que le ofrece el diario, la cuestiona. Por lo que he podido comprobar, los lectores se muestran especialmente irritados cuando hacemos interpretaciones que consideran excesivas o que no est¨¢n suficientemente amparadas en los hechos o las palabras.
Tambi¨¦n cuando consideran que les faltamos al respeto, por ejemplo, publicando hasta cuatro versiones distintas de la misma frase supuestamente textual. Ocurri¨®, como se?al¨® Mike Pritchard, con la frase "S¨¢came de esta y no te faltar¨¢ de nada". Figuraba en la portada del martes pasado y fue pronunciada por el testigo de cargo Jos¨¦ Tom¨¢s en el juicio por cohecho contra el expresidente de la Generalitat valenciana Francisco Camps. La frase aparec¨ªa en la edici¨®n del martes de cuatro formas distintas, todas ellas entrecomilladas y, por tanto, todas ellas supuestamente literales.
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