Un estreno de luto

Lleg¨® a Mar del Plata con la ilusi¨®n de terminar lo que hab¨ªa empezado un a?o atr¨¢s. Jorge Mart¨ªnez Boero, natural de Bol¨ªvar (Buenos Aires), de 38 a?os, corri¨® su primer Rally Dakar en 2011. Abandon¨® en la sexta etapa, despu¨¦s de un episodio algo traum¨¢tico que no le dej¨® m¨¢s dolor que la tristeza de tener que dejar la competici¨®n, seg¨²n contaba. Ayer, sin embargo, puso punto y final a su nueva peripecia dakariana de manera tr¨¢gica. Falleci¨® a unos cinco kil¨®metros del final de la primera especial en la primera jornada del rally-raid m¨¢s duro del planeta. Ocurri¨® en un tramo te¨®ricamente sencillo, "en un camino con un poco de polvo solamente y de esa tierra fina y blanquecina, cuando circulaba, solo, por una recta a unos 85 o 90 kil¨®metros por hora", explicaba David Castera, director deportivo de la prueba. Las lesiones que le ocasion¨® el accidente provocaron su muerte.

Seg¨²n la organizaci¨®n, circulaba a 85 o 90 kil¨®metros por hora por una recta

Asegura Castera que ASO, la empresa organizadora del Dakar, no ten¨ªa muchos m¨¢s detalles de lo sucedido. "Pero s¨¦ que cay¨® delante de un equipo de la televisi¨®n francesa y que fueron ellos quienes dieron el aviso", a?ad¨ªa. Es por eso que el equipo m¨¦dico lleg¨® cinco minutos despu¨¦s -respondi¨® pues con bastante celeridad trat¨¢ndose del tipo de carrera de la que se trata: la etapa de ayer, por ejemplo, era de 820 kil¨®metros en total-, aunque se lo encontr¨® ya en parada respiratoria. Iniciaron los trabajos de reanimaci¨®n, sin ¨¦xito. El piloto falleci¨® poco despu¨¦s del accidente, a las 10.19, hora argentina, en el helic¨®ptero que le transportaba hasta el hospital.

Por una de aquellas bromas macabras del destino, el ¨²ltimo mensaje que Mart¨ªnez Boero hab¨ªa dado al mundo estaba enmarcado en una caja de 140 caracteres y dec¨ªa: "Lo que no mata, fortalece". Lo hab¨ªa enviado de buena ma?ana antes de montarse en su moto para disputar la primera especial de este Dakar 2012, el segundo en su curr¨ªculo. "Much¨ªsimas gracias por los mensajes, lo voy a dar todo", empezaba aquel escrito en que hac¨ªa referencia a otro accidente, el que hab¨ªa tenido su cami¨®n de asistencia un d¨ªa antes. La reparaci¨®n era imposible, por lo que el piloto perd¨ªa un apoyo important¨ªsimo durante la carrera, algo que no le quit¨® las ganas de seguir luchando: "No voy a bajar los brazos, llegar¨¦ hasta Lima", escrib¨ªa.

Tampoco pudo acabar la competici¨®n en 2011, aunque las consecuencias de aquel accidente no fueron tan terribles. El piloto, hijo de un conocido corredor argentino de Turismo de Carretera, campe¨®n en 1982 y del mismo nombre, tampoco hab¨ªa tenido mucha suerte un a?o atr¨¢s: el d¨ªa que deb¨ªa llegar a Iquique, a falta solo de un kil¨®metro para llegar al final de la etapa, qued¨® colgando de un precipicio. Y as¨ª estuvo durante ocho horas, a la espera de quien pudiera socorrerle. Tres d¨ªas m¨¢s tarde, gracias a la intervenci¨®n de un helic¨®ptero, pudo recuperar su moto. Y regres¨® a casa. Su segunda participaci¨®n en el Dakar, que desde su estreno en 1979 se ha cobrado la vida ya de 20 participantes, 14 de ellos en la categor¨ªa de moto, seguramente los m¨¢s vulnerables a los peligros de miles de kil¨®metros v¨ªrgenes, termin¨® antes de tiempo.

La ¨²ltima v¨ªctima hasta ahora en competici¨®n fue el franc¨¦s Pascal Terry, fallecido en 2009. Muri¨® a la sombra de un ¨¢rbol, dispon¨ªa de bebida y comida, aunque nadie acudi¨® a su rescate. Su cad¨¢ver fue hallado en una zona con mucha vegetaci¨®n y de dif¨ªcil acceso dos d¨ªas m¨¢s tarde por un problema en las comunicaciones y la organizaci¨®n.

Desde entonces, el hermetismo se ha endurecido en el entorno de ASO, que apenas quiso detallar los motivos de la muerte de Mart¨ªnez Boero ayer. Chaleco L¨®pez, ganador de la etapa en la que muri¨® el argentino y que hace apenas unos meses luchaba por su vida, se mostr¨® afligido por la noticia: "Yo estuve muy cerca. Y me he dado cuenta de que es la pasi¨®n que sentimos por este deporte lo que nos trae aqu¨ª una y otra vez. Esa pasi¨®n es la misma que nos ayuda a levantarnos, no solo tras caer en moto, tambi¨¦n en la vida", concedi¨®.