Un mundo en sus manos
Las crisis afloran el valor de lo esencial, ponen en su sitio a los vendedores de ladrillo y humo y nos emplazan a redescubrir el esplendor secreto de lo peque?o. Ahora que las autoridades andan recort¨¢ndole a la cultura el flequillo presupuestario con la podadora el¨¦ctrica, resulta oportuno constatar que con imaginaci¨®n y tiempo puede hacerse mejor teatro que juntando solo grandes nombres y mayores presupuestos.
Ros. Mel¨®gamo m¨ªnimo de un viaje, espect¨¢culo de t¨ªteres sin t¨ªteres donde una mano enguantada pasa por ser un simp¨¢tico hombrecillo, es un ejemplo de que el ingenio no tiene precio, y una apoteosis de la sin¨¦cdoque. Ram¨®n Pascual, su int¨¦rprete coautor, convierte los dedos ¨ªndice y coraz¨®n de su mano izquierda en las piernas de un personaje cuyo brazo derecho es el dedo pulgar del titiritero. Una bola de madera con una boca y unos ojos pintados, engarzada en una varilla que el actor sujeta con su mano libre, hace las veces de cabeza de la criatura.
En su palpitante carnalidad, la mano transmutada en t¨ªtere despierta en el p¨²blico mayor empat¨ªa que el m¨¢s logrado y expresivo de sus parientes de hilo o de guante: es un mu?eco que no abandona del todo su humana condici¨®n, un ser indefenso que de propon¨¦rselo podr¨ªa dar un pu?etazo sobre la mesa y romper las reglas del juego. La t¨¦cnica que utiliza Pascual no es nueva: Ines Pasic, mitad bosnia de la compa?¨ªa Hugo & Ines, lleva veintitantos a?os dando vida con sus manos de pianista (pero tambi¨¦n con los pies) a seres de ficci¨®n infinitamente tiernos y divertidos; a mediados de los ochenta, Claudio Cinelli ya armaba micro¨®peras cuyos int¨¦rpretes eran sus dedos de prestidigitador, pero esta disciplina es todav¨ªa hoy un territorio fertil¨ªsimo por explorar.
Como Hugo & Ines y Cinelli, Ram¨®n Pascual crea espect¨¢culos para adultos que los ni?os ven tambi¨¦n con sumo gusto y enorme atenci¨®n, a juzgar por los bastantes de entre 4 y 10 a?os que durante el estreno de Ros. Mel¨®gamo m¨ªnimo de un viaje en la sala Kubik Fabrik, la semana pasada, admiraban asombrados las incre¨ªbles realidades que existen fuera del mundo de las pantallas. Pascual imprime a su criatura movimientos que remedan fielmente los humanos, aunque todo cuanto le acontece sea de naturaleza surreal. Su acierto y el de Lindes Farr¨¦, coautora y directora de la funci¨®n, consiste en que han sabido salpicarla de un aluvi¨®n de sorpresas m¨ªnimas pero incesantes, protagonizadas por mil objetos animados que crearon en casa a partir de trastos cuyo destino era acabar en la basura: la huella de lo que fueron les da un encanto genuino.
Moviendo tazas convertidas en ba?eras, maletas min¨²sculas que interpretan n¨²meros acrob¨¢ticos y otros cachivaches confeccionados a la escala de un circo de pulgas, el actor burgal¨¦s parece un titiritero animista, auscultando atentamente el alma secreta de los objetos. Apenas hay texto en este espect¨¢culo, cuyo ritmo marcan la banda sonora compuesta por Santiago Gonz¨¢lez y dos canciones interpretadas por Edith Piaf y Mireille Mathieu. El sobresaliente resultado global se beneficiar¨ªa si los breves momentos de contacto visual entre manipulador y manipulado tuvieran un desarrollo algo mayor, y si las historias paralelas del protagonista y su bestia negra confluyeran al final de alg¨²n modo. Estupenda la microiluminaci¨®n de Rafa Mar¨ªn, con focos hechos con latas de guisantes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.