Adolescentes en la batida
Los ecologistas critican la presencia de ni?os de 14 a?os en las campa?as mientras los cazadores defienden que en el resto de Espa?a esta es una pr¨¢ctica habitual
Como a muchos ni?os criados en el campo, a Julio Fern¨¢ndez, hoy presidente del colectivo Matar por matar, non, los viejos de su municipio de Punx¨ªn (Ourense) lo llevaron de batida siendo a¨²n un adolescente. Por aquel entonces -hace casi medio siglo- los cazadores, que ahora llama escopeteros, "hac¨ªan sus propios cartuchos" y la actividad no eran a¨²n "un producto de consumo". Por eso las reforma propuesta en el borrador de la Lei de Caza, que permitir¨¢ a los ni?os de 14 anos obtener una licencia para participar en las batidas, le parece una "inmoralidad" destinada ¨²nicamente "a fomentar un negocio". Los chavales podr¨¢n asistir a las batidas y participar en labores que no impliquen el uso de armas, como el adiestramiento de perros o la gu¨ªa de animales.
El 72% de los aficionados a la caza son habitantes del medio rural
Los detractores opinan que "se incita a la violencia" a los j¨®venes
La rebaja en la edad m¨ªnima para asistir a las batidas -hasta ahora de 16 a?os- fue el gui?o de despedida a los cazadores del ya exconselleiro de Medio Rural, Samuel Ju¨¢rez. El colectivo est¨¢ preocupado por el relevo generacional, en entredicho debido a la tibia afici¨®n de los m¨¢s j¨®venes. Seg¨²n un informe de la Federaci¨®n Galega de Caza (FGC), que con 23.000 miembros representa al 90% del colectivo en Galicia, el 77% de los cazadores de la comunidad tiene entre 30 y 64 a?os, pero solo el 8% baja de los 29. La mayor¨ªa, el 72%, viven en el campo y la 56% caza "por tradici¨®n familiar".
Del lado de los cazadores, "la filosof¨ªa" de la nueva ley solo recibe halagos. A Javier Nogueira, presidente de la FGC, a¨²n le falta leer con calma los detalles del borrador, pero alaba "que una persona pueda participar antes en la cultura cineg¨¦tica-medioambiental". La incorporaci¨®n de adolescentes a las batidas ya es un hecho en otras zonas de Espa?a y, en opini¨®n de Nogueira, Galicia no hace otra cosa que "armonizar su legislaci¨®n" con la del resto de comunidades. "Parece que el tema de las licencias est¨¢ siendo el punto m¨¢s pol¨¦mico; yo creo que es por desconocimiento", defiende. Aunque ahora permanece "estable", el n¨²mero de cazadores baj¨® de manera sostenida en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, al tiempo que las aldeas se fueron vaciando. Hoy caza sobre todo el que sigue viviendo en el campo y, en menor medida -un 26,60%- el que va de visita en vacaciones o los fines de semana. Pero si el v¨ªnculo con el campo es un factor decisivo para la querencia por la escopeta, y hoy la mayor¨ªa de los j¨®venes son urbanitas, no es descabellado que la afici¨®n decaiga. "La cultura de la caza est¨¢ muy ligada al ¨¢mbito rural. Y es una actividad que se practica hasta una edad bastante avanzada", explica Nogueira. M¨¢s de 14% los cazadores pasan de los 65 a?os.
Julio Fern¨¢ndez, aunque preocupado por "la incitaci¨®n a la violencia" que a su parecer favorece la nueva ley entre los m¨¢s j¨®venes, augura que ni la incorporaci¨®n de ni?os a las batidas garantiza el inter¨¦s de los adolescentes. "Gracias a la educaci¨®n que se les est¨¢ dando a los ni?os para que sean m¨¢s respetuosos, la reacci¨®n de los chavales es de rechazo", asegura. Incluso pone un ejemplo cercano: un conocido suyo, cazador, quiso regalarle a su hijo un conejo que acababa de cazar y el peque?o lo mir¨® horrorizado, asustad¨ªsimo. "Todo eso serv¨ªa cuando ¨¦ramos brutos y no entend¨ªamos m¨¢s. La gente joven ahora tiene gatitos en casa", insiste. En Pux¨ªn, el municipio que mejor conoce, quedan "dos o tres" cazadores jovencitos, y el resto es ajeno a la afici¨®n. Con todo, Fern¨¢ndez entiende que a un ni?o de 14 a?os "es m¨¢s f¨¢cil comerle el tarro y meterle en la cabeza que la caza es algo bueno". "Yo dir¨ªa 'menos escopeta y m¨¢s bibliotecas'. Est¨¢ descontento con el fondo, pero tambi¨¦n con las formas que han llevado al actual borrador. "No nos llamaron para nada aunque 34 colectivos ecologistas presentamos nuestras propuestas", se queja. Desconf¨ªa, adem¨¢s, de que la vigilancia a la que se sometan las licencias de los chavales sean realmente efectivas. "?Si ni siquiera se realizan las pruebas de alcoholemia!", acusa.
Los ecologistas tampoco ven con buenos ojos las otras novedades propuestas por el borrador de la futura ley, como la ampliaci¨®n de las zonas autorizadas para la actividad a las ¨¢reas de reserva de los cotos de caza, pensadas para la reproducci¨®n. Por su parte, Nogueira cree que si su colectivo no existiese "habr¨ªa que crear un cuerpo para hacer garantizar la convivencia de los animales con cultivos o v¨ªas de comunicaci¨®n". El control de las poblaciones es uno de los argumentos de Medio Rural para reformar la ley. "Pero es una falacia. La mayor¨ªa de los accidentes con animales se producen en v¨ªas de caza. Se repueblan los montes con animales mansos que mueren de hambre y sed y se asustan con los cazadores", opone Fern¨¢ndez.
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