Cinco siglos de ciudad
La 'Gu¨ªa de arquitectura urbana de Barakaldo' recoge 237 edificios singulares - El Ayuntamiento distribuir¨¢ 10.000 ejemplares
Un paseo por Barakaldo, la cuarta ciudad del Pa¨ªs Vasco, revela su pasado de anteiglesia rural, la expansi¨®n urbana que desde finales del siglo XIX impulso la industrializaci¨®n, y la arquitectura de firma que en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas ha cambiado su imagen. Una gu¨ªa, elaborada por el historiador Gorka P¨¦rez de la Pe?a, recoge 237 edificios dispersos por el t¨¦rmino municipal de Barakaldo en un recorrido cronol¨®gico de cinco siglos.
Barakaldo, con sus 25 kil¨®metros cuadrados de superficie y una poblaci¨®n en torno a los 100.000 habitantes, ofrece distintas posibilidades para acercarse a la arquitectura que ha ido conformando su perfil urbano. Gu¨ªa de arquitectura urbana de Barakaldo, con una edici¨®n de 10.000 ejemplares que el Ayuntamiento distribuir¨¢ gratuitamente en la oficina de turismo del BEC y en instalaciones municipales, propone el orden cronol¨®gico. P¨¦rez de la Pe?a se?ala a la iglesia de San Vicente como "n¨²cleo de la primitiva anteiglesia" de Barakaldo. El templo original se construy¨® en el siglo XIV, pero de aquella construcci¨®n solo se conserva el arco ojival situado bajo la torre. La iglesia actual es el resultado de una construcci¨®n de primera mitad del siglo XVII, sobre la que se realizaron varias intervenciones 200 a?os m¨¢s tarde.
La publicaci¨®n ha sido escrita por el historiador Gorka P¨¦rez de la Pe?a
La iglesia de San Vicente marca el antiguo n¨²cleo de la anteiglesia rural
De la ¨¦poca renacentista Barakaldo conserva ejemplos de arquitectura civil como los palacios de Sesunaga y Zubileta y del barroco los ejemplos se reparten entre la ermita de Santa Agueda, en la ladera del monte Arroletza, y el palacio de Larrea, una reforma de una antigua casa torre banderiza.
El inter¨¦s de la arquitectura en la ciudad aumenta en paralelo a su desarrollo industrial. En las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo XIX comenz¨® la transformaci¨®n del n¨²cleo rural en la ciudad industrial que marc¨® su car¨¢cter. Naci¨® una ciudad de nueva planta en la que fue necesario construir nuevas infraestructuras, como las estaciones de ferrocarril de Desierto y Lutxana, los cementerios municipales y las viviendas para los obreros y las clases medias.
El eclecticismo de finales del XIX, reflejado, por ejemplo, en el matadero municipal o el edificio Ilgner, dej¨® paso ya en el XX al modernismo, que dej¨® una huella singular en el asilo Fundaci¨®n Miranda, hoy Conservatorio Municipal. El racionalismo de la posguerra qued¨® patente en bloques de viviendas, y la modernidad de los a?os 50 en el hospital de Cruces y el colegio Larrea.
El Barakaldo postindustrial ha basado su transformaci¨®n, recuerda P¨¦rez de la Pe?a, en la arquitectura emblem¨¢tica. La plaza el Desierto o el campo de f¨²tbol de Lasesarre, ambos proyectos del arquitecto Eduardo Arroyo, desatacan en una etapa en la que Barakaldo ha visto construir el metro, el BEC y los centros comerciales de Kareaga.
Jaime Urrutia
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