L'Albufera se ti?e de negro
Colectivos del parque piden opciones a la pudrici¨®n de la paja del arroz en el lago
Aguas negras y peces muertos. La estampa se repite desde hace unos a?os en oto?o-invierno en diversos puntos del lago del parque natural de L'Albufera, acompa?ada de malos olores y pol¨¦mica. En el punto de mira, la paja del arroz que cubre los campos tras la siega. Su eliminaci¨®n se ha convertido en un problema al que dan vueltas agricultores, pescadores, ecologistas, habitantes del parque y las administraciones implicadas.
Un problema que, hoy por hoy, se pudre a la espera de una soluci¨®n que debe impulsar la Generalitat. Y se pudre literalmente, porque en los ¨²ltimos a?os la paja del arroz se queda en los campos y al quedar sumergida en agua se descompone, la ti?e de negro y en el proceso resta ox¨ªgeno al lago y genera metano. "Es un grave problema ecol¨®gico y de salud p¨²blica. Llevamos cuatro a?os as¨ª y exigimos soluciones", denuncia Josep Chaqu¨¦s, secretario de la Asociaci¨®n de Vela Latina de Silla y portavoz de Albufera Viva, una plataforma que aglutina a colectivos del parque natural que se cre¨® el pasado septiembre. La organizaci¨®n ha llevado su denuncia a la Fiscal¨ªa, que ha archivado las diligencias por supuesto delito ecol¨®gico, y al S¨ªndic de Greuges, cuya respuesta est¨¢ pendiente.
Seg¨²n V¨ªctor Navarro, de Acci¨® Ecologista, "es un problema de gesti¨®n"
"Seguimos buscando una soluci¨®n", se?ala la consejer¨ªa
"Es un grave problema ecol¨®gico y de salud p¨²blica", dice Josep Chaqu¨¦s
Los arrozales ocupan dos terceras partes del ¨¢rea del parque natural
El cultivo del arroz est¨¢ ¨ªntimamente ligado al espacio natural, a su paisaje y biodiversidad. Los arrozales ocupan dos terceras partes de la superficie del parque de L'Albufera, de 21.000 hect¨¢reas. La protecci¨®n del ecosistema ha exigido cambios en la producci¨®n, como el control de pesticidas, y en la eliminaci¨®n de la paja del arroz, que se quemaba tras la siega hasta que se prohibi¨® por razones medioambientales y de salud p¨²blica. "Pero el da?o por la putrefacci¨®n de la paja es mil veces peor", asegura Chaqu¨¦s, "porque el agua contaminada pasa de los 'tancats' al lago y provoca la muerte de los peces".
Aunque la Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia, due?o del lago, rechazan una relaci¨®n entre las densas aguas negras y las mortandades de 'llises' de los ¨²ltimos meses o la de hace 10 d¨ªas por las zonas en que se han producido -la vinculaci¨®n s¨ª se admite para casos de a?os anteriores-, coinciden en que la podredumbre del rastrojo perjudica al parque.
La Consejer¨ªa de Agricultura alega que la prohibici¨®n de quemar el rastrojo es cosa de la Uni¨®n Europea (UE) y que las subvenciones a los agricultores (468 euros por hect¨¢rea) van unidas a esa condici¨®n, y solo deja abiertas las opciones de fanguear -mover la tierra para que incorpore el rastrojo- o la retirada de la paja fuera del parque. Dos m¨¦todos que no siempre son posibles por las especiales caracter¨ªsticas del humedal. Los 'tancats' -zonas de arrozal ganadas a la laguna- "est¨¢n bajo el nivel de L'Albufera, son zonas muy h¨²medas, pero en Sueca o Sollana el arroz est¨¢ en zonas altas y el r¨¦gimen h¨ªdrico es distinto", explica el director del parque, Jos¨¦ Segarra. "No sirve la f¨®rmula del caf¨¦ para todos", a?ade.
La lluvia condiciona el secado de la paja y su retirada resulta cara (son cientos de toneladas). El fangueado del terreno al terminar la siega tambi¨¦n causa problemas, ya que la tierra queda expuesta a la erosi¨®n por los temporales y acaba ensuciando el agua, explica el responsable del sector del arroz en la Uni¨® de Llauradors, Enric Bellido. Los agricultores, adem¨¢s, deben mantener los campos inundados en invierno por exigencias de la UE. A ello se a?ade que hay due?os de 'tancats' que los inundan r¨¢pidamente tras la cosecha, sin tiempo a que se seque la paja y quede pegada a los campos, porque se abre la veda para cazar.
"Es un problema dif¨ªcil y no hay una soluci¨®n clara, salvo poniendo mucho dinero", abunda el concejal de Devesa-Albufera del Ayuntamiento de Valencia, Vicente Aleixandre, que tambi¨¦n es arrocero y de El Palmar. "Ya hemos hecho de todo. La quema, sacar la paja en balas, mezclarla con lodo...". Prueba de ello son los proyectos Eco-Rice y Biocompost, cofinanciados por la UE. Pero el "elevado coste" de embalar y transportar la paja o buscarle salida al compost los ha dejado en la cuneta. "No se puede arreglar el tema a costa de las subvenciones a los agricultores", defiende Aleixandre.
"Es un problema de gesti¨®n, y en este parque no hay nadie que se ocupe de ello", critica el portavoz de Acci¨® Ecologista-Agr¨®, V¨ªctor Navarro, que considera que "a estas alturas, despu¨¦s de cuatro a?os, deber¨ªa haber alguna propuesta concreta". "Fue Agricultura la que propuso dejar de quemar la paja para conseguir ayudas de la UE y ahora culpa a Bruselas", sostiene Navarro, que cree que la retirada de la paja a¨²n dejar¨ªa beneficios a los arroceros. Pero, en todo caso, lo que es factible es "la gesti¨®n de los niveles del agua, los niveles de inundaci¨®n", especialmente en las partes m¨¢s profundas del entorno de El Palmar. Adem¨¢s, es necesario "hacer circular el agua en las zonas cr¨ªticas" para evitar la podredumbre.
Gesti¨®n del agua "en cantidad y calidad, hay que hacerla circular", coincide Bellido, que recuerda que L'Albufera no tiene caudal ecol¨®gico asignado y lo necesita. "No se est¨¢ afrontando el problema de frente, hay que aplicarle la experiencia y el sentido com¨²n", a?ade.
Este a?o se retras¨® la suelta de aguas a los campos y acompa?¨® un oto?o seco, por lo que el problema ha sido menor, opina Aleixandre, que ha insistido ante Agricultura en que defienda en Bruselas una soluci¨®n mixta que permita quemar la paja al menos en las zonas bajas. "No todos los campos tienen las mismas caracter¨ªsticas de inundabilidad", abunda Segarra, que tambi¨¦n apuesta por "soluciones por zonas".
La Consejer¨ªa de Agricultura, hacia la que se dirigen todas las miradas, defiende que ha propuesto alternativas y ha llevado a representantes de la UE a L'Albufera para que conozcan su peculiaridad. "Hasta el momento no hemos obtenido una respuesta favorable y seguimos trabajando en la b¨²squeda de una soluci¨®n". Una soluci¨®n que no tiene fecha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.