A la c¨¢rcel por un 'palestino'
Un estudiante kurdo est¨¢ preso y se enfrenta a una larga pena por llevar un pa?uelo palestino en Turqu¨ªa. Es un ejemplo de la represi¨®n pol¨ªtica en la rep¨²blica turca
Eran las dos de la ma?ana cuando el tel¨¦fono son¨®: "Se?or Kirmizig¨¹l, su hijo Cihan est¨¢ detenido por participar en una manifestaci¨®n. Venga a Estambul y ah¨ª lo solucionaremos". La llamada proced¨ªa del departamento de lucha contra el terrorismo, una mala se?al en Turqu¨ªa, mucho peor si, como Kirmizig¨¹l, eres kurdo. Tom¨® el primer vuelo a Estambul y al amanecer lleg¨® a la comisar¨ªa. Le explicaron que su hijo estaba preso por participar en una manifestaci¨®n del PKK
[el partido independentista del Kurdist¨¢n], que le consideraban sospechoso de pertenecer a la guerrilla kurda y que, si no se declaraba culpable y acced¨ªa a colaborar, su castigo ser¨ªa duro. "El oficial me dijo que el tribunal dar¨ªa el veredicto que la polic¨ªa quisiera. Hoy, que mi hijo lleva 22 meses encerrado sin sentencia, le creo", asegura el padre de Cihan delante de la puerta de los juzgados.
Turqu¨ªa suma denuncias en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En el pa¨ªs se habla de un Estado policial
Todo comenz¨® hace dos a?os. Entonces, Cihan Kirmizig¨¹l solo era un estudiante de ingenier¨ªa de 20 a?os. Acababa de entrar en una de las universidades m¨¢s prestigiosas de Turqu¨ªa, la Universidad p¨²blica de Galatasaray, gracias a una beca de estudios. Sus amigos le recuerdan como un joven normal, aplicado, y que nunca hab¨ªa estado ligado a movimiento pol¨ªtico alguno. Pero no import¨®. El pa?uelo palestino que llevaba aquella noche de febrero de 2010 le bast¨® a la polic¨ªa para arrestarlo mientras esperaba el autob¨²s, acusado de haber participado en una manifestaci¨®n celebrada dos horas antes y de tirar un c¨®ctel molotov, a pesar de que el ADN encontrado en los restos no coincid¨ªa. A la ecuaci¨®n se sum¨® un testigo oculto que solo identific¨® al joven por su vestimenta.
Cihan fue detenido bajo la ley antiterrorista. Esta legislaci¨®n, especial para combatir a la guerrilla vinculada al PKK, tambi¨¦n se usa para juzgar a sus simpatizantes o a cualquier persona que exprese abiertamente su apoyo a la causa kurda, y se sustenta en un sistema judicial y penitenciario propio. En sus tribunales, las pruebas se mantienen en secreto hasta que se presentan los cargos, dificultando el trabajo de la defensa. Mehmet Karli, profesor de Derecho en la Universidad de Galatasaray y activista, explica que, en estos procesos, la presunci¨®n de inocencia se invierte. "El acusado es culpable hasta que consiga demostrar lo contrario", asegura. En el caso de Cihan Kirmizig¨¹l, su defensa ha de probar que no pertenece a ning¨²n grupo criminal, que no da?¨® ninguna propiedad p¨²blica y que no almacen¨® ni distribuy¨® sustancias peligrosas. Tres cargos por los que le podr¨ªan condenar hasta a 44 a?os de c¨¢rcel.
Los tribunales de delitos especiales juzgan exclusivamente a los inquilinos de las llamadas prisiones de tipo F. Unas c¨¢rceles de m¨¢xima seguridad donde Amnist¨ªa Internacional y otras entidades tienen prohibida la entrada. Son prisiones en las que solo se permite una hora de luz al d¨ªa, donde las paredes est¨¢n almohadilladas para evitar suicidios y en donde los sospechosos de terrorismo o de asociaci¨®n mafiosa pueden permanecer hasta 10 a?os sin sentencia.
Sentado en un caf¨¦ a la salida del juzgado especial de Besiktas, en Estambul, el padre de Cihan no esconde su rencor. "Yo aceptar¨ªa que mi hijo fuera declarado culpable por un sistema limpio y objetivo", dice, "pero los jueces est¨¢n actuando en base a sus prejuicios". En el tribunal, la escenograf¨ªa indica que el preso ya es culpable: cuatro miembros de la Gendarmer¨ªa rodean al reo, que se sienta en un banco escondido de la vista del p¨²blico; seis polic¨ªas m¨¢s controlan la sala que preside un busto del fundador de la Rep¨²blica, Mustaf¨¢ Kemal Ataturk. Al fondo, separados por una valla, los familiares y los pocos miembros de la prensa a los que se ha permitido acceder a la sala. En el otro extremo, una peque?a puerta especial para el preso.
Fuera del juzgado aguardan sus compa?eros y profesores armados con pancartas. La polic¨ªa les filma: es el procedimiento com¨²n, aseguran los all¨ª presentes. Sus caras pasar¨¢n esa misma tarde a engrosar la lista de estudiantes a vigilar. Ninguno esconde su miedo. "Cihan est¨¢ encerrado por vestir un palestino. Si le declaran culpable, a m¨ª tambi¨¦n me podr¨ªan considerar terrorista por apoyarle", explica un joven que prefiere no dar su nombre.
La preocupaci¨®n no es exagerada. Seg¨²n la Asociaci¨®n de Abogados Contempor¨¢neos, hay otros 500 estudiantes encarcelados. En los ¨²ltimos siete meses, 4.547 personas han sido apresadas bajo el mismo supuesto que Cihan: "Colaborar con un grupo armado".
Organizaciones internacionales como Human Right Watch (HRW) llevan meses denunciando que gran parte de las detenciones se realizan sin apenas pruebas. "Hoy en d¨ªa, cualquiera puede ser sospechoso. Todos esperamos que una noche llamen a la puerta para llevarnos", explica Emma Sinclaire-Webb, investigadora de HRW.
"Cihan est¨¢ preso por ser kurdo y porque la polic¨ªa ten¨ªa que tapar su error. En la manifestaci¨®n eran 50 chavales con pasamonta?as y no pudieron atrapar a ninguno. As¨ª que cogieron a Cihan, que coincide con el perfil de lo que se espera que sea un terrorista: kurdo y con pa?uelo palestino", dice el abogado Mehmet Karli. Seg¨²n Amnist¨ªa Internacional, "las irregularidades, lejos de ser una excepci¨®n, se han convertido en la regla en Turqu¨ªa". En la ¨²ltima vista del juicio, el pasado 10 de diciembre, ocurri¨® lo esperado: el tribunal deneg¨® una nueva investigaci¨®n a la defensa y se neg¨® a dar m¨¢s tiempo al abogado para preparar su alegato, lo que forz¨® su dimisi¨®n. La siguiente vista ha quedado fijada para el 23 de marzo.
El chico del palestino, como se le conoce ya en Turqu¨ªa, pasar¨¢ otros tres meses en prisi¨®n sin saber si es culpable. Su historia desmonta la imagen de democracia exitosa con la que el pa¨ªs se presenta en el extranjero. En casa, cada vez se habla m¨¢s alto de un Estado policial, que, por cierto, ha convertido a Turqu¨ªa en el pa¨ªs con m¨¢s periodistas encarcelados del mundo, 67; con m¨¢s condenas por terrorismo desde el 11-S: 12.000, seg¨²n un informe de Associated Press. Y con el mayor n¨²mero de denuncias ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Partidos pol¨ªticos, periodistas y ONG han tomado el pa?uelo palestino como s¨ªmbolo para llevar a cabo la defensa de Cihan. -
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.