Amigotes
Ya se sabe que el t¨¦rmino nepotismo, que viene de nepote, sobrino en italiano, se acu?¨® con el papa Borgia, un valenciano muy aficionado a repartir sinecuras y cardenalatos entre su parentela. O sea que es un vicio pol¨ªtico muy ligado a la tradici¨®n espa?ola. Todo esto ya lo he escrito varias veces en mis art¨ªculos, lo cual, adem¨¢s de evidenciar que me repito, demuestra algo peor: que el nepotismo sigue imperando en nuestras costumbres y que hay que volver a hablar de ello. La descarada promoci¨®n del amigote es algo tan com¨²n entre nosotros que a veces hasta nos cuesta ver lo ileg¨ªtimo que es. Por desgracia estamos acostumbrados a ese paisaje.
En ese maravilloso parque que es el Retiro de Madrid hay 11 quioscos en los que tomar una cerveza o un bocadillo. Son peque?os negocios familiares y la mayor¨ªa han pasado de padres a hijos desde hace 120 a?os. No se les permite cocinar y las ganancias son modestas. Este a?o, el Ayuntamiento de Madrid ha cambiado los pliegos de condiciones para renovar la concesi¨®n. Ha triplicado el coste de las tasas, ha permitido por primera vez que concurran grandes empresas, no punt¨²a la veteran¨ªa en el Retiro y adem¨¢s los pliegos est¨¢n cerrados, de manera que no puede saberse lo que ofrecen. Las familias hacen cuentas: es literalmente imposible pagar esas tasas con el negocio tal y como es. De manera que es inevitable albergar sospechas y sentir la paranoia del nepote-amigote: ?no ser¨¢ que est¨¢n haciendo un concurso dise?ado para favorecer que un gran empresario se pueda quedar con los 11 chiringuitos? Y, si fuera as¨ª, ?masificar¨¢n los quioscos? ?Autorizar¨¢n absurdos y caros restaurantes? ?Cometer¨¢n la barbaridad de dejar entrar coches en el Retiro? Los quiosqueros llevan un a?o intentando ver a Ana Botella para poder explicarse y que les expliquen. Pero la se?ora Botella no les recibe.
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