Mortadelo se va al quiosco
Ib¨¢?ez escoge aventuras de su personaje para un coleccionable
"Si un d¨ªa no sale nada, pues bueno; pero si al siguiente me pasa lo mismo, re¨²no los lapiceritos, los cuadernos, cojo una cerilla y lo quemo todo; pero de momento no se me ha secado la cabecita". Francisco Ib¨¢?ez, a sus 75 a?os, est¨¢ expansivo, cada vez m¨¢s parecido (imagen aparte) a la felicidad ingenua de su Rompetechos (su personaje favorito). El motivo de ayer: la llegada al quiosco de una edici¨®n de coleccionista de las mejores historietas de Mortadelo y Filem¨®n, sus personajes insignia, seleccionadas por ¨¦l mismo.
Una tirada inicial de 100.000 ejemplares y aparici¨®n semanal para 60 entregas (6.500 p¨¢ginas) en tapa dura son las macrocifras de un proyecto que edita Salvat y cuya selecci¨®n ha ido al puro estilo de los personajes: "Lo he hecho a partir de acordarme de una vi?eta divertida o de una aventura que me gustaba; he tirado de memoria, vamos", admit¨ªa ayer el veterano dibujante, que ha contado para la labor de rescate con el experto en c¨®mic Antonio Guiral.
Mortadelo y Filem¨®n nacieron en enero de 1958 en Pulgarcito, pero no vivieron una historieta larga hasta 1969: El sulfato at¨®mico. Esta edici¨®n reunir¨¢ 177 aventuras extensas ("casi todas", acota Guiral) y una notable selecci¨®n de las cortas, poniendo en circulaci¨®n algunas entregas que no se hallan ahora en el mercado. Cada volumen recoger¨¢ tres t¨ªtulos, ordenados cronol¨®gicamente con trabajos que van desde 1969 a 2011. As¨ª, la primera entrega agrupa La m¨¢quina del cambiazo, Mag¨ªn el mago y Los mercenarios, de entre 1971 y 1975. Ello permitir¨¢ poder guardarlas por orden de producci¨®n y comprobar la evoluci¨®n. "Cambian formas de moverse o hablar, pero poco: ha sido casi sin darme cuenta; lo que s¨ª cambian son famosos que incluyo seg¨²n la actualidad, como hice con el corrupto Luis Rold¨¢n..., pero ahora hay tantos de esos que incorporarlos ya no tiene gracia".
Dibujante compulsivo (a los cinco a?os traz¨® un ratoncito en un diario de su padre y cuando trabajaba en el banco "ten¨ªa una libretita llena de personajillos bajo las hojas de la cartera de riesgos"), Ib¨¢?ez se hace cruces de su ¨¦xito: de cada t¨ªtulo se venden casi 40.000 ejemplares de salida. Ahora, los nuevos lectores lo descubrir¨¢n y los viejos lo reencontrar¨¢n, coleccionable, en los quioscos.
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