Esta la pago yo

Yo no salgo del Puente de las Flores de Valencia. Por all¨ª paseo sin parar. Es una atracci¨®n tur¨ªstica. Los guiris admiran sus tiestos, tan mediterr¨¢neos: esa alegr¨ªa que nos desborda, ese Levante feliz que nos colma. Y que tanto nos envidian los for¨¢neos, s¨ª se?or. A m¨ª, qu¨¦ quieren, me atrae la dicha floral y la jardiner¨ªa de Rita Barber¨¢. Sencillamente me parece fastuoso ese derroche de rojos, de rojos-pasi¨®n, de oro, de amarillos: colores tan levantinos.

El puente es un colosal macetero y sus responsables crean all¨ª un ambiente de mucho tipismo. Como si resucitaran a Joaqu¨ªn Sorolla. S¨ª, que se sepa: siempre que paseo por sus maderos laterales, esa pasarela reservada a los peatones, creo vivir en un cuadro de Sorolla. Es un sue?o. Supongo que si yo fuera toledano tambi¨¦n me gustar¨ªa vivir en un ¨®leo de El Greco, ?no es cierto? En ese caso, tendr¨ªan que pintarme alargado y filiforme, con el tono sombr¨ªo y espiritual que acaban teniendo sus figuras. Pero, como nac¨ª valenciano, soy festivo y floral, al modo de Rita Barber¨¢.

Hay, s¨ª, alg¨²n resentido que pone peros o trabas al puente. Pero no lleva raz¨®n. Son muchos los valencianos que, como yo, se enorgullecen, se pasman; son muchos los vecinos que aceptan los costes de mantenimiento. Por altos que sean: creo que unos 500.000 euros anuales. No deber¨ªamos ser cicateros, no deber¨ªamos oponernos al gasto de la alcaldesa. Si hay que podar, que recorte de otras partidas. ?De cu¨¢les? De servicios sociales o de peinetas, que ya tenemos una y bien grande: la de Calatrava. Y encima es puente, tiene cuesta, tiene pinchos y carece de flores. Pero volvamos a la cosa ornamental, que me pierdo en romer¨ªas.

Ahora mismo, en el puente est¨¢ reci¨¦n puesta la Poinsetia, la flor de Navidad. Con ella, nuestro Ayuntamiento ha querido decorar de rojo-pasi¨®n, rojo-alcaldesa, este acceso. Lamentablemente, los p¨¦talos est¨¢n mustios. Seg¨²n me confes¨® un vecino que se dec¨ªa experto en bot¨¢nica, las macetas est¨¢n mal colocadas, el riego apenas llega a las ra¨ªces y el sol abrasador las agosta. Mentira. Pero no solo eso: este antipatriota propon¨ªa plantar algo perenne, de secano. ?Para qu¨¦? Para no tener que gastar los 60.000 euros que ha costado la roj¨ªsima plantaci¨®n. Bobadas. ?A que Valencia est¨¢ muy bonita? Pues se debe a la alcaldesa, que lo paga de su bolsillo. O eso creo.

Me propongo organizar una colecta para corresponder: encargar¨¦ una estatua en homenaje a Rita Barber¨¢. Pero ser¨¢ de oro, no como esa que han erigido a Carlos Fabra, que es de bronce. La alcaldesa se lo ha ganado, ya que es la flor que m¨¢s luce. Pues s¨ª: pronto, una estatua de oro macizo y, al lado, una ronda de Poinsetias bien regadas.

Esta la pago yo.

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