La guerra secreta est¨¢ en marcha

Ilan Mizrahi, exdirector del Consejo Nacional de Seguridad israel¨ª y exsubdirector del Mosad, no se esforz¨® ayer en negar la implicaci¨®n de los servicios secretos de Israel en el asesinato del cient¨ªfico iran¨ª Mustaf¨¢ Ahmadi Roshan. Pero s¨ª subray¨® que en esa "guerra secreta" hay "bastantes participantes y nadie act¨²a por su cuenta". Mizrahi habl¨® de "diversos pa¨ªses y de grupos de la oposici¨®n iran¨ª", aunque sin citar de forma expresa a los Muyahidines del Pueblo, posibles ejecutores de la acci¨®n.

El exdirector del Consejo Nacional de Seguridad se reuni¨® con un grupo de periodistas en un hotel de Jerusal¨¦n y defini¨® la "guerra secreta" como "algo intermedio entre la guerra y la diplomacia, algo que puede desembocar en guerra abierta pero mantiene abiertas v¨ªas de contacto m¨¢s o menos encubiertas". "La guerra secreta entre Ir¨¢n y otros pa¨ªses, como Israel, Estados Unidos y Arabia Saud¨ª, est¨¢ en marcha pr¨¢cticamente desde la revoluci¨®n de 1979", explic¨®, "aunque algunos de sus episodios permanezcan ocultos".

A Ir¨¢n no le interesa un choque abierto en torno al tr¨¢fico petrolero

El juego que se desarrolla en Oriente Pr¨®ximo es complejo. Como elemento fundamental aparece la disputa por la supremac¨ªa regional, con Ir¨¢n en un lado (junto a Siria, al menos de momento, el Irak chi¨ª y la milicia libanesa Hezbol¨¢) y el eje Israel-Arabia Saud¨ª-monarqu¨ªas petroleras, respaldado por Estados Unidos, en otro. "A veces se olvida a Turqu¨ªa, que aspira a la hegemon¨ªa porque tiene recursos para ello y que, en mi opini¨®n, sigue un rumbo que conduce a la confrontaci¨®n con Ir¨¢n", indica Ilan Mizrahi.

La clave del juego en estos momentos es la aspiraci¨®n iran¨ª de poseer armas nucleares, con el fin de equilibrar unas fuerzas por el momento muy favorables a sus rivales. Las cada vez m¨¢s severas sanciones impuestas a Ir¨¢n para que renuncie a su programa nuclear han ampliado el juego al ¨¢mbito del petr¨®leo: Teher¨¢n afirma que si siguen estrangul¨¢ndose sus exportaciones de crudo cerrar¨¢ el estrecho de Ormuz y cortar¨¢ el paso al petr¨®leo de los saud¨ªes y del resto de monarqu¨ªas del Golfo, lo que disparar¨ªa los precios y ejercer¨ªa un impacto inmediato sobre Occidente.

Ahora mismo, toda la atenci¨®n se centra en Ormuz. En los ¨²ltimos d¨ªas han llegado a Israel unos 8.000 pilotos y t¨¦cnicos a¨¦reos del Ej¨¦rcito estadounidense para participar en lo que, en principio, deber¨ªan ser las mayores maniobras militares conjuntas realizadas entre Israel y Estados Unidos. Un n¨²mero indeterminado de pilotos israel¨ªes se ha desplazado a su vez a bases estadounidenses en Alemania. Pero Desaf¨ªo Austero, como se ha llamado a la operaci¨®n, "ha dejado ya de consistir en unas maniobras militares para convertirse en un despliegue", seg¨²n el general Frank Gorenk. El despliegue podr¨ªa servir tanto para mantener abierto Ormuz como para lanzar un ataque directo contra Ir¨¢n.

Arabia Saud¨ª no participa en Desaf¨ªo Austero, pero ha recibido aviones de combate estadounidenses F-15 por valor de casi 30.000 millones de euros. Otros pa¨ªses pr¨®ximos a Washington, como Emiratos ?rabes Unidos, ser¨¢n dotados tambi¨¦n de aviones adicionales y de bombas de gran potencia, capaces de da?ar las instalaciones nucleares subterr¨¢neas iran¨ªes si se eligiera esa opci¨®n.

El espionaje israel¨ª calcula que a Ir¨¢n no le interesa un conflicto abierto en torno a los movimientos petroleros, porque podr¨ªa desembocar en ataques contra su territorio y la correlaci¨®n de fuerzas le perjudica. A los iran¨ªes les conviene m¨¢s jugar a las escaramuzas, dificultar el paso de los petroleros saud¨ªes sin impedirlo completamente y elevar la tensi¨®n de forma controlada: las primas de las compa?¨ªas de seguros sobre los fletes de petr¨®leo y el temor en los mercados bastar¨ªan para elevar r¨¢pidamente el precio del crudo.

En el juego participa tambi¨¦n China, la nueva gran potencia. China ha comunicado a las autoridades de Teher¨¢n que reducir¨¢ sus compras de petr¨®leo iran¨ª, lo que en Israel se interpreta como un doble gui?o: a Estados Unidos, que intenta convencer a Pek¨ªn de que se una a las sanciones, y a Ir¨¢n, para que se mueva con cautela y no emprenda acciones de consecuencias irreversibles.