Diplo en negativo
Supo entender como pocos las posibilidades de la globalizaci¨®n del 'clubbing'. Su talento para la fiesta le ha convertido en una eminencia de la pista. El 'dj' estadounidense estar¨¢ el mi¨¦rcoles en Madrid.
Diplo es el alias de Thomas Wesley Pentz, nacido el 7 de diciembre de 1978, en Tupelo, Misisispi, un nombre que resulta familar porque es el pueblo natal de Elvis Presley. Cuentan que tuvo una infancia errante por Estados Unidos, lo que podr¨ªa explicar dos cosas: su afici¨®n por los sonidos que tienen una ra¨ªz tradicional y el hecho de que nunca se est¨¦ quieto. Asentado -al menos nominalmente- en Filadelfia desde hace casi 10 a?os, su capacidad para hacer varias cosas al mismo tiempo y recorrer cada rinc¨®n del mundo conocido pinchando hace que, m¨¢s que una persona, a veces parezca un colectivo. El mi¨¦rcoles, en la ahora llamada sala Marco Aldany (calle de la Princesa), compartir¨¢ sesi¨®n con los Zombie Kids, que han tomado mucho de ¨¦l.
- No es aut¨¦ntico. Si hay un concepto que rechaza Diplo es "autenticidad". "?A qui¨¦n le importa hoy lo que es aut¨¦ntico?", dec¨ªa hace unos meses en una entrevista. Lo que busca es el hedonismo. "Fiestas en las que los chavales se desnudan, saltan y se tiran las bebidas por encima", en sus propias palabras. No es casual que empezara su carrera en esos templos de la fiesta que son los campus universitarios. Hace 10 a?os, matriculado en la Facultad en Filadelfia alquilaba un peque?o local, repart¨ªa flyers entre los estudiantes y pinchaba con su amigo Low Budget bajo el nombre Hollertronix. En 2003, Never scare, una recopilaci¨®n pirata de una de aquellas noches, fue elegida por The New York Times como uno de los discos de ese a?o.
- No es un creador. No en el sentido cl¨¢sico de la palabra, pero pocos han entendido tan bien como ¨¦l las posibilidades de la globalizaci¨®n. Gracias a Internet, un chaval de Singapur puede tener los mismos gustos que uno de Winconsin y otro de Croacia. El truco est¨¢, entonces, en encontrar lo que tienen en com¨²n. Lo ve en una gira por Asia con Steve Aoki: "En Europa piensan que es un cursi. Y a ¨¦l le da igual. Act¨²a para cr¨ªos de 18 a?os a los que les importa una mierda lo que piensan sus hermanos mayores".
- No tiene prejuicios. Las favelas de Brasil, las barriadas chabolistas de Luanda, en Angola, o los clubes para adolescentes de los suburbios residenciales de Estados Unidos tienen un punto en com¨²n: rebosan de cr¨ªos que lo ¨²nico que quieren cuando salen es desfasar. As¨ª, ¨¦l fue el que trajo el favela funk de S?o Paulo a Occidente, fue uno de lo m¨¢ximos propagandistas del Kuduro angole?o y su ¨²ltima grabaci¨®n conocida hasta ahora es Express yourself, en la que desarrolla algo llamado moombahton, un estilo inventado hace unos meses por un DJ de 18 a?os en Washington DC. Descubri¨® que si bajaba de revoluciones un tema llamado Moombah, de un productor holand¨¦s de house, el resultado se asemejaba al reggaeton. Diez meses despu¨¦s las fiestas de moombahton se extienden desde Vilnius (Lituania) a Vancouver (Canad¨¢).
- No encaja en ninguna parte. En 2004, mientras pinchaba en Londres, se le acerc¨® una chica de origen tamil llamada Maya Arulpragasam. "Era un sin tierra, como yo. No encajaba en ninguna parte, que es lo que dec¨ªan de mi m¨²sica", recordar¨ªa de aquel primer encuentro esa chica, ya convertida en M.I.A., una estrella mundial. Y en su pareja. Durante varios a?os y dos discos fueron inseparables, pero la historia de amor entre el chico blanco de Florida y la rapera de Sri Lanka acab¨® fatal. Ella le acusa a ¨¦l de haberse atribuido m¨¦ritos que no le pertenec¨ªan. Y ¨¦l reconoci¨® que no hizo tanto como dijo.
- No tiene amigos. Diplo es un hombre de negocios. Tiene su propia discogr¨¢fica, Mad Decent, y no hace ascos a patrocinios. Muchas veces es acusado de aprovecharse de gente que no sabe lo que puede lograr con su m¨²sica. Dicen que un verso de M.I.A. -"pongo en el mapa a gente que nunca ha visto un mapa"- era un dardo contra ¨¦l. Aunque a veces parece que se ceban en exceso. Uno de sus ¨²ltimos proyectos es Major Lazer, a medias con su amigo Switch. Grabado en Jamaica con cantantes locales, consigui¨® llevar el dancehall, el baile jamaicano, al ¨¦xito. La cara del proyecto era un dibujo animado: "No quiero que dos chicos blancos aparezcan en la portada de un disco de dancehall". Pero se le acus¨®, otra vez, de saqueador. En abril publica la segunda parte.
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