Artistas sin subvenciones
Actores y m¨²sicos cuentan c¨®mo sobrevivir en tiempos de recortes
Para suplir la baja de una actriz, a los 20 a?os se enrol¨® en la compa?¨ªa castellonense Visitants interpretando papeles de mujer en el teatro callejero. A los 26 firm¨® su primera hipoteca en Barcelona gracias al contrato por un a?o en la serie de sobremesa El cor de la ciutat de TV3. De regreso a Valencia, Albena Teatre y la productora Conta Conta apostaron por su rostro juvenil para las series Autoindefinits, Mani¨¤tics y Uni¨® Musical Da Capo de Canal 9. Pero, tras el ¨¦xito en el audiovisual valenciano, el cierre de productoras por los impagos de la televisi¨®n valenciana obliga a actores como Sergio Caballero a lanzarse a la autoproducci¨®n para seguir en el tajo art¨ªstico.
De su bolsillo personal, con los ahorros ganados en cine y televisi¨®n, a sus 37 a?os afronta la crisis en Oscura Teatre, compa?¨ªa que comparte con el actor y guionista Abel Zamora. "Lo que he ganado lo he reinvertido en mi profesi¨®n, es el riesgo que tengo que asumir", se?ala Caballero. Con cinco espect¨¢culos estrenados en sus tres a?os de recorrido en la escena off valenciana, su compa?¨ªa independiente nunca ha recibido una subvenci¨®n. "Hemos demostrado que podemos funcionar sin ayudas. Lo triste de los recortes es que las compa?¨ªas que han vivido muchos a?os solo de las subvenciones ahora se quejan", observa este actor de Vila-real.
Caballero: "Hemos desmostrado que se puede vivir del teatro sin ayudas"
Las vacas flacas obligan a volver al mundo de la bohemia de los 70
El premio de jazz Tete Montoliu ha firmado solo dos contratos en 15 a?os
Oscura Teatre cerr¨® diciembre con dos actuaciones de la obra Todas Muertas en pueblos cuyos ayuntamientos no pagar¨¢n hasta 2015. Aunque estrena el nuevo a?o sobre las tablas de Cabaret Inestable, Caballero reconoce vivir por primera vez "casi parado" tras una carrera de quince a?os hasta ahora imparable: "Es como la historia del burro y la zanahoria. Con la ca?a m¨¢s larga o m¨¢s peque?a seg¨²n el momento, siempre ha habido un proyecto, pero ahora es la primera vez que no hay zanahoria. El panorama es desolador".
"Ha habido unos a?os en los que se ha podido compaginar doblaje, televisi¨®n y teatro, y muchos actores j¨®venes han vivido unos momentos de esplendor. Ahora tienen que apretarse el cintur¨®n y eso cuesta mucho, pero hay que vivirlo como ciclos", advierte Mamen Garc¨ªa. En unos tiempos de crisis, la artista se?ala que los actores de las series se han convertido en el referente de la profesi¨®n: "Al igual que los del teatro, muchos actores de cine ahora participan en series porque no se hacen pel¨ªculas. Aunque un actor sea bueno, si no trabaja en una serie, los pueblos no le contratan".
Las vacas flacas que vive el sector manda volver a la bohemia, la que Mamen Garc¨ªa vivi¨® en los inicios de su carrera en los a?os 70 en la Barcelona del hippismo, la Sala Celeste y Jaume Sisa, cuando los artistas viv¨ªan al d¨ªa y no ten¨ªan vivienda propia: "Yo viv¨ªa en el barrio de Gr¨¤cia en una azotea que hab¨ªa sido una antigua porter¨ªa. El alquiler costaba 5.000 pesetas y en cada actuaci¨®n se pod¨ªan ganar 3.000, as¨ª que quedaba un peque?o margen para vivir". Tras actuar en los clubes de la Valencia de la transici¨®n con el grupo Orxateta i Fartons, el primer contrato laboral le lleg¨® a los 36 a?os con la banda Patxinguer Z en Si yo fuera presidente, el famoso programa de los 80 que la convirti¨® en la "cantante de la tele". Con un recorrido "muy poco ortodoxo", de m¨¢s de tres d¨¦cadas como actriz, cantante y compositora, en los dos ¨²ltimos a?os ha trabajado fijo s¨®lo dos meses, aparte de los bolos que le ha proporcionado su ¨²ltimo disco, autoeditado, El cofrecito.
A la autoedici¨®n tambi¨¦n se ha aventurado uno de sus hijos, Albert Sanz, pianista de jazz. En Nueva York acaba de grabar su quinto disco como l¨ªder, pagando ¨¦l mismo el estudio, los m¨²sicos y el viaje. Formado en Valencia, Barcelona y Boston, a los 21 a?os gan¨® el premio Tete Montoliu de la SGAE al mejor pianista revelaci¨®n. Aunque act¨²a desde hace quince a?os, s¨®lo ha firmado dos contratos en toda su carrera. "No estoy situado, pero creo que estoy encaminado", reconoce Sanz. Sin hijos que mantener ni hipotecas que pagar, su ¨²nica propiedad es un piano de cola: "Si eres m¨²sico de vocaci¨®n es muy dif¨ªcil que te vayas a enriquecer, a no ser que te dediques tambi¨¦n a los negocios".
A sus 33 a?os compagina los bolos en locales como el Jimmy Glass o el Caf¨¦ Mercedes con la docencia como profesor especialista en el Conservatorio Superior de Valencia desde hace dos cursos. Aunque reconoce que el jazz lo tiene dif¨ªcil sin subvenciones, detecta que el problema est¨¢ en la distribuci¨®n de las ayudas: "En lugar de organizar un festival anual en Valencia en el que se mal escucha en una sala no preparada para escuchar jazz, ese dinero deber¨ªa invertirse en ayudar a las salas peque?as dedicadas a programar m¨²sica en directo para crear un circuito".
En el ¨¢mbito de los coros de aficionados, el director Juan Francisco Ballesteros comparte una visi¨®n similar: "M¨¢s que pagar al artista, las ayudas deber¨ªan potenciar una red de conciertos. Pero aparte de la subvenci¨®n, es necesario que haya una taquilla de unos cuantos euros por entrada para que la Administraci¨®n asuma los costes y los grupos de aficionados act¨²en sin tener que poner dinero de su bolsillo". Sin embargo, esa soluci¨®n la ve lejana: "La crisis es la excusa perfecta para que aquello que nunca se ha dado, ahora no se d¨¦ por decreto".
Desde que a los 18 a?os se iniciara en la direcci¨®n de coros y orquesta, disciplina que ha complementado en Italia y Suecia, el periodo m¨¢s largo de relativa estabilidad laboral lo ha vivido durante 10 a?os en un conservatorio municipal, del que se despidi¨® el verano pasado v¨ªctima del recorte presupuestario. "Trabajar en el ¨¢mbito municipal supone estar a merced del viento pol¨ªtico sin saber si hay continuidad el pr¨®ximo curso", explica Ballesteros. Entre Valencia e Ibiza imparte como freelance cursos de t¨¦cnica vocal y direcci¨®n para grupos de aficionados. A sus 38 a?os admite que sin riesgo no hay futuro: "La incertidumbre es lo que define mi vida. Avanzo sin saber lo que va a pasar, por eso me preocupa m¨¢s el d¨ªa a d¨ªa".
Xavi Castillo, "una compa?¨ªa rara"
En una nave de un pol¨ªgono industrial de Picanya, Xavi Castillo fabrica con su equipo de Pot de Plom las ideas para sus espect¨¢culos. "Hace tiempo que no me controlo las horas trabajando", dice el actor en su faceta de empresario aut¨®nomo. Autodidacta inquieto, este actor alcoyano empez¨® a cocinar su carrera en la compa?¨ªa La Cassola de la mano de maestros como Pep Cort¨¦s y Juli Cant¨®. Tras una etapa de actor contratado en Teatres de la Generalitat, la Pavana o Moma Teatre, hace 20 a?os cre¨® compa?¨ªa propia, con la que vive en un estado de "independencia creativa total" para dedicarse a una l¨ªnea de trabajo poco cultivada en la escena valenciana actual: "He insistido en satirizar todo lo que veo en los diarios. En la actualidad pol¨ªtica hay materia, pero cuesta encontrar compa?¨ªas que se lancen a buscarle posibilidades art¨ªsticas". Pero esa apuesta tambi¨¦n ha tenido su cara B. "Hemos vivido unos episodios de censuras y vetos muy directos de ayuntamientos hacia nuestra compa?¨ªa", lamenta el actor. Sin embargo, reconoce que esas dificultades le han dado p¨²blico en unos tiempos, seg¨²n califica, de "dictadura de la correcci¨®n pol¨ªtica".
Fuera del circuito de las ayudas p¨²blicas, su cartera de clientes la compone la sociedad civil (casales falleros, capitan¨ªas moras y asociaciones culturales). A pesar de la crisis, confiesa que su compa?¨ªa puede llegar a fin de mes: "Al no estar subvencionados, somos raros en estos momentos, porque la mayor¨ªa de las compa?¨ªas han basado su estructura en las subvenciones, pero ahora con los recortes viven un momento muy ca¨®tico".
Con una metodolog¨ªa basada en creer en el humor y en la cr¨ªtica social, su g¨¦nero estrella es el mon¨®logo, adaptable tanto en las salas peque?as como en auditorios para mil espectadores. Pasados los 40, conserva una visi¨®n rom¨¢ntica por el teatro: "En las ¨¦pocas m¨¢s desastrosas para la Humanidad siempre ha existido el teatro. Aunque haya crisis, no podemos recoger la paraeta y marcharnos. Aqu¨ª se hace teatro como sea, porque con dos sillas se puede actuar".
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